Estrategias de inversión a la medida para acertar en 2022
Se espera un año de transición, en el que la Bolsa dé algo de rentabilidad, aunque menos que en los años anteriores
¿Será el ómicrom la última versión del coronavirus? ¿La inflación seguirá asustando con niveles cercanos al 5%? ¿Se desbloquearán los cuellos de botella? ¿Bajará el precio de la electricidad?
Las incógnitas sobre cómo van a evolucionar la economía y los mercados financieros en 2022 son muchas. Pero también hay algunas certezas. Una de ellas es que los bancos centrales van a ir levantando el pie del acelerador en las políticas monetarias. A medida que reduzcan sus ingentes programas de compras de deuda, bajará la demanda de bonos y perderán valor.
La tendencia ya comenzó en 2020, continúo en 2021 y los expertos creen que seguirá en 2022. Joaquín García Huerga, director de estrategia global de BBVA Asset Management, explica que “dada la baja rentabilidad actual y unas previsiones de tipos estables o al alza, mantenemos la recomendación de infraponderación en los bonos de gobiernos desarrollados”.
Los expertos recomiendan que en la parte más conservadora de las carteras se vaya sustituyendo la deuda soberana por bonos ligados a la inflación y también, en la medida de lo posible, por activos alternativos como fondos de capital riesgo.
Para las carteras más agresivas, los inversores apuestan por tener compañías tecnológicas de alta calidad, sector inmobiliario de Estados Unidos y cotizadas cíclicas que se puedan ver beneficiadas por la mejora macroeconómica.
Perfil conservador: menos bono soberano y más activo alternativo
Las casas de análisis discrepan sobre muchos temas pero hay uno en el que todas están de acuerdo: en 2022 la inversión en bonos no va a funcionar bien. En concreto, en deuda soberana de Estados Unidos o de Europa, que siempre ha constituido el ingrediente principal de las carteras más conservadoras. La explicación no tiene mucho misterio. Los bancos centrales van a empezar (o ya han empezado) a retirar sus programas de compras masivas de bonos que desplegaron para combatir la crisis de coronavirus. Estos programas han sido el sostén para garantizar una financiación barata a los países, y se tradujeron en una revalorización de las emisiones de los tesoros públicos, que ahora van a ir perdiendo valor.
Además, las fuertes subidas de precios están metiendo presión en los bancos centrales para que adelanten las retiradas de estímulos.
Ante este escenario, dónde puede invertir alguien con perfil conservador? Hay varias opciones. Desde BBVA Asset Management una de sus propuestas es tener en cartera bonos a corto plazo ligados a la inflación. “Hemos visto que es el activo que mejor funciona en estos entornos de mercado”, apunta Joaquín García Huerga, director de estrategia global de la gestora.
Desde el equipo de JP Morgan Banca Privada recuerdan que “la protección frente a la inflación va a resultar clave para alcanzar objetivos a corto plazo. Es importante en 2022 construir una cartera que reconozca y mitigue los riesgos de inflación”. Desde la entidad recomiendan apostar por gestores activos de renta fija, que puedan aprovechar la creciente disparidad de las diferentes políticas monetarias, y añadir a sus carteras “préstamos bancarios, valores híbridos y crédito privado”. También recomiendan destinar una parte de su cartera a inversiones en activos no líquidos: capital riesgo en compañías no cotizadas, deuda privada o infraestructuras.
Algunos fondos de inversión de renta fija han sabido capear muy bien el entorno de bajos tipos de interés. Es el caso de Buy & Hold Bonds. Su gestor, Rafael Valera, recuerda que ha logrado rentabilidades medias anuales del 6,3% en los últimos tres años. “La clave ha sido buscar oportunidades en emisiones de deuda corporativa que las grandes gestoras no tienen en el radar”.
Otra apuesta segura para los perfiles más conservadores es el fondo de Credit Suisse CS Duración 0-2, que ha logrado un retorno medio anual del 2,2% en la última década, con una volatilidad muy controlada.
Perfil equilibrado: mayor peso de la Bolsa y más diversificación
Aquellos inversores a los que no les importa asumir un poco más de riesgo y soportar algo de volatilidad, deberían incrementar algo el peso de la Bolsa en sus carteras. En los últimos años funcionó la fórmula de ir añadiendo deuda corporativa, pero las rentabilidades de los bonos emitidos por empresas han ido cayendo, y ya no son un activo muy atractivo para la mayoría de los expertos.
Una opción que ha funcionado bien en este tipo de perfiles equilibrados es la estrategia Barbell. Ignasi Viladesau, director de inversiones de Myinvestor, la explica: “consiste en extremar la cartera, tener una parte en activos muy seguros, y una parte en activos de riesgo, como la Bolsa, pero no tener nada en la parte intermedia, como son los bonos soberanos a medio plazo. Eso es lo que hemos hecho en las carteras de nuestros clientes de perfil medio”. Esta fórmula ha dado resultado, y la Cartera Pop de Myinvestor (que incluye un 39% de fondos indexados de renta variable y un 81% de fondos indexados de bonos) ha conseguido un retorno en 2021 del 8,7%, que bate a la mayoría de fondos comparables.
Algo similar está haciendo Klaus Kaldemorgen, el histórico gestor alemán de DWS, famoso por llevar las riendas de un fondo que mantiene un estricto control de la volatilidad. El fondo mantiene un perfil bajo en renta fija convencional, mientras que ha aumentado mucho la liquidez (que supone el 24% de la cartera) y mantiene un importante peso en Bolsa, el 52% del total, incluyendo posiciones en Alphabet (la matriz de Google), pero también en compañías defensivas, como la eléctrica Eon. “Es muy importante tener una amplia diversificación en el perfil de compañías cotizadas en cartera”, apunta el gestor.
En España, un producto que ha demostrado una gran capacidad para preservar el capital al tiempo que genera unas rentabilidades atractivas es el fondo Olea Neutral, que tiene un peso en efectivo muy similar al DWS Kaldemorgen Concept, un 28%. Además, también comparte con el gestor alemán una importante posición en oro. Hernán Cortés, gestor del fondo, explica que “así consiguen una cobertura para los momentos de más volatilidad”. El fondo ha conseguido una rentabilidad media anual del 7% en los últimos años, al tiempo que ha esquivado las grandes correcciones el mercado. En la parte de inversión bursátil tiene en cartera a gigantes tecnológicos como Alphabet y Apple. En renta fija ha apostado por bonos mexicanos.
Perfil de riesgo: bancos, tecnológicas sólidas y compañías de perfil cíclico
La Bolsa mundial subirá en 2022. Tal vez no tanto como el ejercicio que ahora termina, pero subirá. Eso es lo que opinan la inmensa mayoría de inversores. Los cuellos de botella de las cadenas de suministro se han ido deshaciendo, la inflación está muy monitorizada y, según muchos epidemiólogos, la variante ómicron podría ser la traca final del coronavirus, por lo que progresivamente van a ir desapareciendo todas las restricciones.
El equipo de banca privada de JP Morgan explica que para 2022 tienen “una opinión más optimista del crecimiento de los beneficios empresariales que el consenso del mercado, con la notable excepción de China”. Desde la entidad consideran que, en general, la renta variable mundial no está sobrevalorada y puede proporcionar importantes retornos.
Por sectores, priorizan el financiero (que podría verse beneficiado con el inicio de las subidas de tipos de interés) y el tecnológico. Desde la entidad recuerdan que hay algunas grandes compañías tecnológicas que han demostrado sobradamente que son capaces de generar fuertes crecimientos de beneficios e ingresos de forma consistente.
El mercado también espera que algunos sectores cíclicos, como la industria o el turismo, se vean por fin beneficiados con la normalización de la economía y la progresiva desaparición de las restricciones impuestas para tratar de frenar la pandemia.
Uno de los fondos españoles más destacados en Bolsa en los últimos años es el Bestinver Grandes Compañías, un vehículo con 160 millones de euros de patrimonio que ha logrado situarse entre el 12% de los mejores fondos internacionales comparables. Su rentabilidad media anual en los últimos tres años ha sido del 18%. El fondo tiene en cartera compañías como la china Tencent (que se ha depreciado mucho, ante lo que han aprovechado para comprar), Meta (la matriz de Facebook), además de varias farmacéuticas, como el gigante Roche o la española Rovi, que se acaba de estrenar en el Ibex.
Otro vehículo con una rentabilidad contrastada y gran capacidad de adaptación es Numantia Patrimonio, de la gestora Renta 4 y asesorado por Emérito Quintana. El fondo ha conseguido un retorno medio anual del 29% en los últimos tres años. Una de sus grandes apuestas son las compañías inmobiliarias de Estados Unidos, pero también tiene posiciones en grandes tecnológicas, como Tesla y Meta.