Béatrice d’Orléans: “Cuanto más culta es España, más aprecia el lujo”
Es princesa de Orleans y fundó hace años la Asociación Española del Lujo, desde donde busca dar a conocer el lujo nacional fuera del país
Fue la primera mujer consejera delegada de Dior en un tiempo en el que solo había hombres, tanto en la dirección como en la compañía. Pero si algo hace célebre a Béatrice d’Orléans (Neuilly-sur-Seine, Francia, 1941) es su título de princesa de Orleans, que aún reconoce Francia a pesar de su tradición republicana. Pero no quiso quedarse ahí: es licenciada en Ciencias Políticas por La Sorbona y máster en marketing por la Universidad de Cambridge. Además, hace 11 años fundó la Asociación Española del Lujo - Luxury Spain, con el objetivo de aprovechar todo lo aprendido en sus 30 años como embajadora de la maison francesa para dar a conocer el lujo español fuera de España.
- R. ¿Por qué decidió fundar Luxury Spain?
- R. Siempre tuve claro que cuando saliera de LVMH iba a hacer una asociación de lujo en España, porque no había ninguna en ese momento. La gente se piensa que en España no tienen lujo porque no existe el cochazo de Ferrari, las joyas súper llamativas o los vestidazos de Dior, pero es que el lujo no es eso. El lujo es la excelencia de cualquier cosa, desde unos zapatos a una anchoa. Puede que aquí no haya una gran casa de lujo, porque las que había las han comprado grupos extranjeros, pero tienen muchos productos de lujo. Quizá sea menos ostentoso, pero es excelente. Por eso monté, de la mano de Cristina Martín Blasi, la asociación, donde tenemos socios de todos los tamaños.
- R. ¿Cuál es el trabajo que realiza Luxury Spain?
- R. Somos una organización independiente y sin ánimo de lucro. Dentro de España ayudamos a las marcas en la distribución, la comunicación y en poner en contacto a la industria. Pero también es importante que las firmas salgan: hoy en día, si una marca no sale de su país, se muere. Por eso, hacemos misiones comerciales en el extranjero. Nuestro objetivo es dar a conocer el made in Spain fuera de España. Entre Cristina [Martín Blasi] y yo llegamos a todo el mundo.
- R. El título de princesa ayudará a abrir muchas puertas.
- R. Nunca se sabe: te pueden abrir la puerta o te la pueden cerrar de golpe sin escucharte. Ahora menos, pero hace tiempo la gente se pensaba que una princesa era una persona completamente inculta, que llevaba diadema y que no sabía de nada. Cuando llegué como delegada de Dior había únicamente hombres y no se podían creer que desde París hubieran mandado a una mujer princesa. No sabe lo complicado que lo tuve. Es cierto que el título abre muchas puertas, pero también las cierra sin motivo.
- R. ¿Cómo ha evolucionado el lujo desde entonces?
- R. En realidad no tanto, pero sí que ha cambiado muchísimo en un aspecto: las casas de lujo nunca han vendido tanto. Esto es porque la alta gama se ha democratizado gracias, en parte, a la comunicación. Antes era inaccesible, pero ahora se habla más de ello, así que más gente se siente vinculada al lujo. Es complicado porque es una cuestión de educación, de cultura, de refinamiento... pero es bueno que haya pasado.
- R. De hecho, han lanzado una categoría cultural. ¿Es la cultura un lujo?
- R. Sí, hemos creado un sello cultural a raíz de la pandemia. No pagan cuota de socios, pero es importante que las instituciones culturales también estén en la asociación porque la cultura es básica para la vida. Y sí, es un lujo; no debería serlo, pero lo es. Pero es que el lujo es leer, es escuchar música, es entender el por qué de cada cosa... El lujo también es civilización. El ser humano tiene que aprender a disfrutar de todo. Cada vez que España es más culta, aprecia más el lujo.
- R. Entonces, ¿qué es el lujo hoy en día?
- R. Para mí, tener tiempo y dar una vuelta por el Retiro en otoño. El tiempo es el principal lujo hoy en día. Pero hay muchas cosas, también es más agradable ponerse un vestido de seda que uno de nailon de cualquier bazar. Todo eso es cultura, apreciar lo que hay detrás. ¿Por qué un bolso de Hermès vale cerca de 10.000 euros? Porque desde la alimentación de la vaca hasta cualquier mínimo detalle está cuidado. El lujo se ha democratizado porque explicamos el proceso que hay detrás de cada cosa. Creo que las generaciones más jóvenes lo han entendido muy bien: no compran un Louis Vuitton solo por la marca, sino por todo lo que hay detrás. Hay que explicárselo a la gente.
- R. ¿Cómo se encuentra la industria de la alta gama en España?
- R. La verdad es que los productos españoles están más reconocidos fuera que dentro. A nivel internacional se reconoce la calidad de la fabricación. De hecho, muchas marcas extranjeras producen aquí, desde el aceite al cuero. Queremos potenciar la imagen de España para que cuando los viajeros regresen a casa sigan demandando productos españoles. Estamos trabajando también para que se reconozcan más las marcas por los consumidores locales, igual que los franceses y los italianos sí que consumen sus propios productos, queremos que los españoles también se vuelquen.
- R. ¿Qué falta para que despegue aquí?
- R. Que los grandes empresarios respalden más un producto de lujo. En España hay fantásticos creadores, pero si no tienen poder adquisitivo, dinero para llevar sus proyectos a cabo, desgraciadamente, no van a llegar. Pero ningún empresario en España les respalda. Es una pena porque tener dinero es fácil, mucha gente lo tiene; lo más complicado es tener creatividad, que aquí es fantástica. ¿Cómo puedes crecer si no tienes dinero?