Será complicado devolver a la botella al genio de la inflación
La presión persistirá, ante el rechazo de los bancos centrales a retirar los estímulos y de los Gobiernos a la austeridad fiscal
Los bancos centrales se han mostrado circunspectos a la hora de frenar el estímulo monetario, a pesar de que los récords de inflación se han convertido en la norma. Y la austeridad fiscal es menos fetiche que hace una década, y los ministros de finanzas son menos propensos a adoptar esta política pese a que la carga de la deuda es mucho mayor. Ambos grupos quieren asegurarse de que las economías se recuperan adecuadamente del Covid. Pero eso significa que las presiones sobre los precios se mantendrán durante más tiempo.
Es cierto que la caída de la inflación está prácticamente garantizada para el próximo año, aunque más tarde de lo que los bancos centrales habían previsto. Sus máximos de cuatro décadas son en parte el resultado de las comparaciones con los precios de 2020. La escasez de bienes también remitirá a medida que se enfríe la demanda y se solucionen gradualmente las interrupciones de la cadena de suministro. Aun así, la inflación seguirá superando los objetivos hasta bien entrado el año.
Hay una gran acumulación de pedidos. Y las empresas podrían pasar de un enfoque “justo a tiempo” a otro “justo por si acaso”, manteniendo más inventarios. Walmart, por ejemplo, dijo en noviembre que los inventarios en EE UU habían subido un 11,5% antes de su ajetreada temporada festiva. Las empresas también podrían estar más dispuestas a pagar más por piezas fabricadas localmente o cuya entrega esté garantizada y tratar de trasladar los costes adicionales a los clientes.
Cuanto más tiempo persista la alta inflación, más probable será que los trabajadores exijan mayores aumentos salariales. Ciertamente, tienen más influencia para hacerlo que en el pasado, dada la escasez de mano de obra pospandemia. En EE UU, la tasa de abandono del trabajo está en máximos. El paro en la zona euro se ha mantenido más estable, pero algunos sectores se enfrentan a escasez de personal, ya que las tasas de participación de la población activa tardan en recuperarse.
Los bancos centrales esperan que la inflación salarial no sea ni demasiado caliente ni demasiado fría. Pero eso es otro cuento de hadas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías