Elon Musk puede permitirse el desaire de Biden al coche eléctrico
Los Tesla no tendrán derecho a un nuevo crédito fiscal, pero tienen otros motores de crecimiento, como China
Elon Musk puede superar el resalto para el sector de los vehículos eléctricos de Joe Biden. Los modelos de Tesla no tendrían derecho a un crédito fiscal adicional en el plan de gasto de 1,8 billones de dólares del presidente, porque sus vehículos los fabrican empleados no sindicalizados. Pero Musk tiene otros motores para el éxito, principalmente China.
El impulso a los vehículos eléctricos de Biden tiene claros ganadores y perdedores. Una propuesta que se está estudiando en el Congreso añadiría un crédito fiscal adicional de 5.000 dólares para los vehículos y baterías fabricados en Estados Unidos y con mano de obra organizada, además de los 7.500 dólares que hay actualmente. Hasta ahora, el Chevrolet Bolt de General Motors es el único modelo que cumple los requisitos, aunque las futuras versiones de la camioneta F-150 de Ford Motor, el Cadillac Lyriq y el Hummer de GM también serían aptos.
Ello supone una desventaja para Tesla, el mayor fabricante estadounidense de vehículos eléctricos, que vale un billón de dólares. Aunque fabrica coches en California y pronto en Texas, los trabajadores no están sindicados. Es uno de los fabricantes de automóviles, junto con Toyota, Honda y otras empresas extranjeras, que ha criticado los créditos fiscales.
Aun así, es solo un pequeño golpe para Tesla. La firma de Musk domina el mercado estadounidense con cerca del 73% de cuota en el tercer trimestre, según Experian. Los Tesla ya son más caros, y sus ventas no se han visto mermadas a pesar de que los créditos fiscales ya favorecen a otros coches. El incentivo a los consumidores de 7.500 dólares llegó al máximo para la firma en 2019, cuando superó las 200.000 ventas de vehículos que cumplían los requisitos. Pese a ello, las ventas de Tesla se dispararon más de un 70% en el tercer trimestre.
Musk también tiene otra vía de ventas: China. La República Popular es el principal centro de exportación de Tesla, y el año pasado los ingresos se duplicaron con creces, hasta los 6.700 millones de dólares, mientras que en Estados Unidos crecieron un 20%, hasta los 15.200 millones. Según Rystad Energy, China representó en septiembre cerca de la mitad de las ventas mundiales de vehículos eléctricos, y Pekín se ha fijado el objetivo de que representen el 40% de todas las ventas de automóviles en 2025.
El Chevrolet, más barato, ha hecho algunas incursiones en Estados Unidos, pero una retirada de baterías redujo su cuota de mercado a más de la mitad entre el segundo y el tercer trimestre, hasta el 4%, según Experian. Tesla ya planea bajar de precio, con un modelo de 25.000 dólares que podría lanzarse en 2023. Eso mantendrá las ventas, incluso sin el impulso adicional de Biden.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías