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ESG
Tribuna
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La S de la sostenibilidad: ¿la letra olvidada?

La representante de la vertiente social de la sostenibilidad es un aspecto clave de ESG en la toma de decisiones

Getty Images

Raro es el día en que no veamos publicada alguna noticia relacionada con la sostenibilidad y con la importancia de incorporar criterios ESG en las estrategias empresariales.

En realidad, hace ya tiempo que vemos estas inquietudes en nuestros clientes, pero, sin duda, en los últimos meses los aspectos de ESG han pasado a ser fundamentales para la creación de valor de las empresas y están permanentemente sobre la mesa de los CEO, especialmente en empresas cotizadas. Las instituciones y los organismos oficiales no se han quedado al margen; la CNMV se declara “muy activa y comprometida con las finanzas sostenibles y en general con la sostenibilidad” y la CNMC, como macro regulador de los mercados españoles, ha incorporado objetivos de desarrollo sostenible como uno de los ejes prioritarios de su actuación, señalando que la sostenibilidad es un objetivo prioritario en la agenda pública para los próximos años y exigiendo compromiso y adaptación de todas las políticas públicas.

Ahora bien, los aspectos que normalmente se tienen en cuenta a la hora de medir ratios de sostenibilidad están relacionados con cuestiones medioambientales y de cambio climático como la reducción de la huella de carbono o la reducción de la generación de residuos. En DLA Piper no nos quedamos atrás y, por ejemplo, hemos adoptado medidas dirigidas a reducir el impacto de los gases de efecto invernadero en un 60 % en 2030. Y desde un punto de vista más financiero, el foco se centra casi siempre en las posibilidades de acceso a mejores condiciones de financiación, en la mejora de la reputación de la empresa y, en general, en el incremento del valor de la empresa.

Sin restar importancia a esas cuestiones, lamentamos ver que la “S” no tiene normalmente el reconocimiento que merece. La “S” es un aspecto clave de ESG, la representante de la vertiente social de la sostenibilidad, con aristas tan complejas y valiosas para la evolución y valoración de compañías como las políticas dirigidas al bienestar de los empleados, la diversidad y la inclusión, el ambiente laboral, la salud mental de los empleados, etc. Se trata de cuestiones capitales por el impacto que tienen en la gestión de riesgos legales, pero, también, en la creación de valor para la compañía.

Es evidente que no se puede descuidar el cumplimiento de la normativa en materia laboral, vertiente quizá más estrechamente ligada a la S. Nos referimos a la normativa en materia de igualdad salarial y elaboración de planes de igualdad, o a la prevención y erradicación de la discriminación y el acoso laboral o sexual en el centro de trabajo. Sin duda, estas cuestiones estarán en primera línea de las campañas que la Inspección de Trabajo pondrá en marcha en los próximos meses y a las que conviene prestar especial atención.

Pero no podemos olvidar que la implementación de medidas que se encaminen hacia la sostenibilidad social y el bienestar de los trabajadores son clave para ser competitivo. Es evidente que los empleados demandan ahora otras cosas, más allá de reivindicaciones tradicionales como puede ser el nivel salarial.

En lo que se refiere a la captación del talento, es indudable que en los últimos años se ha producido un cambio cultural que lleva a empleados a rechazar ofertas de trabajo si la empresa no tiene buenas políticas no sólo respecto a temas medioambientales sino también respecto a cuestiones como las antes indicadas o las relacionadas con la diversidad y la inclusión de distintos colectivos en el seno de una organización. Y otras políticas como la atención a la salud mental de los empleados o la flexibilidad (teletrabajo, configuración de oficinas, etc.) han pasado a ser cuestiones que las empresas no pueden ignorar si aspiran a retener al mejor talento.

Por tanto, no descuidemos la “S” y reconsideremos nuestras políticas de flexibilidad, no discriminación, remuneración, canal de denuncias, selección de personal, etc., y reconozcámosles el valor fundamental que tienen a la hora de generar valor en nuestras organizaciones.

Paz de la Iglesia y Joaquín Hervada, socios en DLA Piper y codirectores de la práctica ESG en España.

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