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Escándalo

El canciller austriaco Sebastian Kurz dimite acusado de corrupción, pero no se aleja del poder

El joven líder democristiano, de 35 años, se hará cargo del grupo parlamentario del gobernante partido popular ÖVP

El canciller federal austríaco, Sebastian Kurz.
El canciller federal austríaco, Sebastian Kurz.EFE

Tras cuatro intensos días de crisis de gobierno en Austria, el canciller federal, el conservador Sebastian Kurz, investigado por un supuesto escándalo de corrupción, anunció este sábado su dimisión y propuso al hasta ahora ministro de Exteriores, Alexander Schallenberg, como nuevo jefe de Gobierno.

Pero en lugar de abandonar la política, como exigían los partidos de la oposición, el joven líder democristiano, de 35 años, se hará cargo del grupo parlamentario del gobernante partido popular ÖVP, con lo que mantiene gran parte del poder.

Poco después del anuncio del canciller, los socios del ÖVP en el Gobierno, el partido ecologista Los Verdes, aceptaron el nombramiento de Schallenberg como nuevo jefe de Gobierno.

Malversación y desfalco

El propio Kurz, nueve de sus colaboradores y el ÖVP como partido, están acusados de malversación y desfalco de dinero público para encargar y publicar en 2016 encuestas manipuladas para dejar en mal parado al entonces líder conservador, Reinhold Mitterlehner.

Gracias a esta campaña, organizada en cooperación con un diario sensacionalista de Viena, el entonces ministro de Exteriores logró hacerse con las riendas del partido en 2017, rompió el gobierno de coalición con el SPÖ socialdemócrata y ganó con gran ventaja las elecciones de ese año.

La acusación de la fiscalía anticorrupción se basa en una serie de mensajes de textos entre el canciller y sus colaboradores, incautados en el marco de otra investigación.

La noticia de las investigaciones y del registro de oficinas y viviendas de los sospechosos estallaron esta semana como una bomba en la política austríaca poco después de que la coalición presentara una reforma fiscal, con importantes elementos ecologistas, uno de sus grandes proyectos como gobierno.

"Quiero ceder el espacio para evitar el caos y garantizar la estabilidad. He pedido a todo el equipo de ministros seguir en sus cargos y he propuesto al presidente federal (Alexander Van der Bellen) a Alexander Schallenberg como nuevo canciller federal", dijo Kurz hoy en una declaración ante la prensa.

Con esta decisión, el hasta ahora jefe de Gobierno buscaba mantener con vida la coalición con Los Verdes y evitar que se forme una alianza en contra del ÖVP, con los ecologistas y los opositores socialdemócratas, liberales y ultraderechistas.

En cuanto a las acusaciones de la Justicia en su contra, Kurz destacó una vez más con vehemencia que se trata de alegaciones "falsas".

Además, anunció que demostrará desde el Parlamento su inocencia, por lo que pedirá que levanten su inmunidad para que la Justicia pueda seguir adelante con sus investigaciones.

Los Verdes mantienen la coalición

Los Verdes aceptaron la renuncia del canciller como suficiente para seguir adelante con el gobierno, tras exigir del ÖVP presentar un candidato "irreprochable" para ocupar el cargo de canciller federal en lugar de Kurz.

El jefe ecologista y vicecanciller federal, Werner Kogler, dijo hoy en una declaración ante la prensa que este cambio permite "seguir adelante con el programa de Gobierno".

"Mañana (domingo) me reuniré a solas con Alexander Schallenberg", concluyó el número dos de la coalición, dando por terminada la crisis de Gobierno.

Críticas de la oposición

La líder del opositor partido socialdemócrata SPÖ, Pamela Rendi-Wagner, criticó el cambio en el seno del Gobierno, destacando que desde la posición del portavoz parlamentario Kurz seguirá siendo "un canciller en la sombra".

La líder del también opositor partido liberal NEOS, Beate Meinl-Reisinger, dijo que la dimisión de Kurz "llega tarde" y vaticinó que "el caos en la política austríaca seguirá en los próximos meses".

Mientras, el líder del partido ultranacionalista FPÖ, Herbert Kickl, destacó que con esta nueva constelación sigue adelante lo que calificó como el "sistema Kurz".

UN DIPLOMÁTICO DE CARRERA

El nuevo canciller propuesto, Alexander Schallenberg, es un diplomático de carrera, nacido en Berna (Suiza) en el seno de una familia de diplomáticos.

En su juventud, Schallenberg vivió en varios países, entre ellos España, donde su padre fue embajador austríaco.

Tras ser portavoz del Ministerio de Exteriores en Viena, pasó a ser asesor para política exterior de Kurz cuando éste asumió -con solo 27 años- las riendas del ministerio en 2013.

Tras el estallido en 2019 de la coalición liderada por Kurz con el FPÖ por otra escándalo de corrupción, Schallenberg fue nombrado ministro de Exteriores de un gobierno de transición con expertos.

A diferencia de los demás ministros de ese ejecutivo, siguió en su cargo en la coalición que el ÖVP formó con Los Verdes en enero de 2020 tras ganar las elecciones de octubre de 2019.

El designado canciller federal tiene 52 años, está separado y es padre de cuatro hijos. EFE

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