El dividendo activa el interés por la banca, con rentabilidades de más del 7%
Las entidades retoman los pagos al accionista tras el veto del BCE con cautela y apostando a menudo por la recompra de acciones
La banca está dando estos días un importante paso en la reconciliación con sus accionistas tras la pesada factura que ha supuesto la pandemia sobre sus cotizaciones. El veto establecido el pasado año por el BCE al pago de dividendos ha tocado a su fin de forma definitiva y a partir de este mes de octubre, los bancos podrán retomar su política de retribución al accionista previa a la pandemia.
Los anuncios de pago de dividendo para los próximos días han ido en cascada y las entidades se preparan para recuperar el tiempo perdido, aunque con todas las cautelas. El supervisor, aunque ha abierto la mano, no permitirá excesos que puedan debilitar la solvencia de las entidades ni desviarlas del objetivo de facilitar crédito para la reconstrucción de la economía. Y el entorno del negocio, aunque muy restablecido, tampoco va a permitir ni mucho menos una explosión en los beneficios y con ello en los dividendos.
Los bancos continúan afrontando el desafío de los tipos cero, aunque la visión de los inversores sea ahora más favorable que meses atrás. El anuncio a finales de julio del fin a la restricción a los dividendos por parte del BCE fue un revulsivo para las cotizaciones, que se ha reforzado en los últimos días con el alza de las rentabilidades de la deuda, ante un entorno de precios al alza que podría llegar a acelerar la retirada de estímulos monetarios.
Así, la banca es el sector que más sube en el año en Europa, con un alza en Bolsa de casi el 28%. Y en septiembre, se ha anotado un ascenso del 3,67%, solo superado por el despegue de las petroleras. ¿Es ahora la inversión en banca más atractiva, una vez retomado el dividendo y con las rentabilidades de la deuda subiendo?
Las rentabilidades por dividendo serán este año del 7% en Credit Agricole, Intesa San Paolo y los bancos nórdicos e inferiores al 6% en los españoles
Los gestores sí aprecian un mayor atractivo táctico en el sector, si bien permanecen desafíos en el medio plazo que amenazan la continuidad de las subidas y que tienen su epicentro en la baja rentabilidad del negocio. “Ahora estamos más constructivos con la banca, en especial con la de Estados Unidos. En Europa no vemos tan clara el alza de rentabilidades de la deuda de aquí a final de año. Los bancos del norte de Europa, con más exceso de capital, son los que están en mejor posición de retribuir al accionista”, explica Carlos García, analista de banca de Mutuactivos.
Las entidades nórdicas son las que encabezan el ránking de la rentabilidad por dividendo prevista para este año y el próximo. Y comparten el podio con el francés Credit Agricole y el italiano Intesa San Paolo, todos ellos con rentabilidades por dividendo para 2021 superiores al 7%, según el consenso de FactSet. En Goldman Sachs prevén incluso una rentabilidad total sobre el capital, incluyendo pago de dividendo y los programas de recompra de acciones, del 18,2% este año para el sueco Nordea y de más del 12% para el también sueco SEB y el holandés ING.
El exceso de capital es clave en la expectativa de retribución al accionista que maneja el mercado y en el margen de mejora que se puede esperar una vez levantado el veto al dividendo. Y ahí no destaca la banca española, en la parte baja del ránking europeo por exceso de capital. “Hay posibilidades de alguna sorpresa al alza en los dividendos en la banca europea, aunque los españoles no están a la cabeza de rentabilidad por dividendo, que, de media, en Europa, se sitúa en torno al 7,5%”, añade Carlos García.
Para Nuria Álvarez, analista de Renta 4, “el mercado ya ha puesto en precio que los bancos españoles retomarían su política de dividendos previa a la crisis”. Así, Santander ha anunciado estos días que destinará el 40% del beneficio ordinario de 2021 a retribuir al accionista, a partes iguales entre el dividendo en efectivo y una recompra de acciones. Y BBVA prevé regresar a un pay-out de entre el 35% y el 40% del beneficio, considerando íntegramente el dividendo en efectivo y al margen del plan de recompra de acciones que también ha anunciado.
“Los bancos están anunciando políticas de retribución similares a las previas a la pandemia, aunque la cuantía de los dividendos no será aún la previa, eso puede tomar todavía un par de años. Hay que recuperar el nivel previo de beneficios”, añade Álvarez.
Además de Santander y BBVA, no se prevén más planes de recompra de acciones en la banca española
En el regreso al dividendo, las recompras de acciones están tomando peso. Son una fórmula común entre la banca de EE UU –donde lo habitual suele ser un dividendo reducido pero estable junto a la recompra de títulos– y que está ganando adeptos entre las entidades europeas. Además de Santander y BBVA, también han anunciado recompra de títulos Nordea, UBS y Barclays, sin que se esperen más recompras por parte de otras entidades españolas. “Son una vía de retribución que el supervisor ve con mejores ojos y que el mercado entiende bien”, añaden desde Mutuactivos.
Para los bancos, las recompras de acciones ofrecen la ventaja de permitir una salida al exceso de capital con la que retribuir al accionista, aprovechando un nivel de precios en Bolsa a menudo con descuento, por debajo del valor en libros. Para el accionista, en especial el minorista, su ventaja es mucho más incierta: el plan de recompra ofrecerá sin duda un sostén para la cotización y un menor número de títulos en circulación elevará el beneficio por acción. Pero deberá cumplirse el guion de la subida en Bolsa, algo completamente imprevisible. “Las recompras pueden restar atractivo a quienes buscan rentabilidad pura y dura por el dividendo en efectivo”, añaden en Renta 4. Santander sí prevé retomar en el dividendo de 2021 el pago en metálico de 2019, pero no así la parte que abonaba en scrip dividend.
Para Juan Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, la rentabilidad por dividendo de la banca española sí cobra atractivo, en especial si se compara con el sector eléctrico patrio, ahora bajo el huracán de una tormenta regulatoria que puede poner en cuestión sus dividendos y perjudicado también si se consolidan las subidas de tipos en la deuda. “Las eléctricas tienen más estabilidad en los flujos de caja y los bancos son más cíclicos, pero para invertir por dividendo en eléctricas, hay mejores opciones fuera de España. La banca puede ofrecer un par de ejercicios de favorables rentabilidades por dividendo”, explica.
El experto añade en todo caso que “el sector bancario no termina de arrancar en Bolsa”. Las cotizaciones no han recuperado aún el nivel previo a la crisis y hay un problema estructural de baja rentabilidad que condena a cotizar con descuento. Entre los españoles, y pese a las meteóricas subidas del último año, ni siquiera Bankinter cotiza sobre su valor en libros.
La buena noticia es, como se apreció en los resultados del primer semestre, que el sector ha podido rebajar su nivel de provisiones tras la crisis, que está dejando un reguero de impagados menos dramático de lo que se estimaba en principio. Goldman Sachs, optimista con el sector, ha elevado en lo que va de año un 67% su estimación de beneficio por acción de este año para la banca europea y un 14% la de 2022.