Startups: regular como sinónimo de facilitar
Las nuevas normativas sobre las fintech y el emprendimiento tecnológico apuestan por agilizar los lentos y tortuosos procesos burocráticos
Estos últimos meses hemos sido protagonistas del crecimiento del sector emprendedor español y de los avances que se han ido dando desde los legisladores y reguladores. El sandbox financiero o la Ley Start Up, son dos claros ejemplos de estos pasos. Unas leyes que, pese a no ser perfectas, ayudan a los emprendedores españoles a contar con menos dificultades a la hora de crear su empresa.
Pese a la lentitud política, la nueva ley para la Transformación Digital del Sector Financiero dio vida al sandbox financiero. Un campo de pruebas regulado que permitirá a empresas del sector de la tecnología financiera (fintech) testar sus innovaciones y productos de forma controlada y garantizando siempre la seguridad de los potenciales clientes que participen en las pruebas.
Como consecuencia de ese paso, en febrero de este año el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital anunció que había recibido un total de 67 solicitudes en la primera convocatoria lanzada para acceder al espacio controlado de pruebas. De ellos, 18 proyectos (aproximadamente el 27%) pasaron a la segunda fase.
Al igual que el sandbox financiero, recientemente la conocida como Ley Start up, con la que se pretende fomentar el crecimiento del país y atraer talento de fuera, ha sido portada en todos los medios. El objetivo de este proyecto es promover el emprendimiento y el talento de nuestro país. De esta manera, se empieza a atajar una de las principales trabas que se encuentran las fintech a la hora de empezar a funcionar: la obtención de licencias. Estas nuevas normativas permiten a España ascender puestos como un país amigo de los emprendedores y demostrar que la regulación es un elemento clave no solo para impedir la mala praxis, sino también para agilizar los tortuosos procesos burocráticos.
Es lógico que, ante la falta de un modelo regulatorio bien definido, la incertidumbre inunde las mentes de nuestros emprendedores que, contando con un sandbox de calidad, podrán dar rienda suelta a su creatividad de una manera mucho más eficiente, al mismo tiempo que España se convierte en la capital emprendedora europea. Sin ir más lejos, en 2015, Reino Unido puso en marcha un programa similar y a día de hoy es el principal motor de Europa en la industria fintech y el segundo a nivel mundial con un capital riesgo en 2020 de 4.100 millones de dólares, solo por detrás de Estados Unidos.
De acuerdo con el último informe Global Fintech Rankings Report, elaborado por Findexable, que cubre 264 ciudades en 83 países, España ocupa el puesto 16, y el 9 en Europa. Este índice tiene en cuenta el número de fintech, su calidad y la facilidad y el atractivo de desarrollar una fintech en un determinado país. Es muy probable que, tras la puesta en marcha del sandbox, se escalaran posiciones en el ranking.
Por supuesto, fomentar la innovación es una herramienta clave en la educación financiera de nuestra sociedad. No es un secreto que España suspende en educación financiera. Lenguaje ininteligible, letra pequeña, procesos lentos y tediosos obligan a la gente a aparcar por completo, la responsabilidad en cuanto a sus finanzas y dejar el dinero en su banco cogiendo polvo.
Estas leyes facilitarán la creación e implementación de nuevas compañías que simplifican la gestión del dinero, consiguiendo una experiencia más accesible, inclusiva y agradable. Si nos explicasen y nos facilitasen el acceso a las mejores oportunidades, ¿quién no querría hacerse cargo de sus finanzas para sacarles el máximo partido?
Además, si hay un grupo en el que están calando estas nuevas fintech es en el de los jóvenes, quienes saben que no podrán vivir como sus padres y que, para poder gozar de las mejores condiciones de vida y economía es imprescindible una buena educación financiera con la que gestionar sus activos.
Por otra parte, que las finanzas y el emprendimiento dejen de ser temas tabú ayudará a acabar con uno de los grandes problemas de las entidades financieras: la desconfianza. La crisis económica de 2008 no hizo sino aumentar el descontento de la sociedad con los bancos, algo que hoy en día sigue siendo palpable.
Del mismo modo, sucesos recientes como las restricciones de compra de acciones de Gamestop han vuelto a poner de manifiesto la necesidad de regular el sector y garantizar así la máxima transparencia en los modelos de negocio de las fintech. Con estas iniciativas y si se siguen tomando medidas en la dirección correcta, España se posiciona como uno de los países más avanzados a nivel regulatorio y tiene todo para conseguirlo: desde un profundo respaldo legal hasta unos requerimientos específicos y más flexibles en cuanto a las prestaciones habituales de los servicios financieros.
En un momento en el que el país también quiere ser pionero en la regulación europea de la inteligencia artificial, esta apuesta por la tecnología puede ayudar a España a no ser tan dependiente del turismo, un sector que ha demostrado su fragilidad en los últimos años y ahora especialmente con la crisis sanitaria del Covid-19. Como en una buena cartera de inversión, es importante diversificar el modelo productivo del país y si algo tenemos en España, es una generación de mujeres y hombres con un gran talento en el sector tecnológico, con muchísimas ganas de emprender y crear los nuevos modelos de negocio que pueden, si se les da la oportunidad, convertirse en uno de los principales motores del país.
Ramiro Martínez-Pardo es CEO de HeyTrade
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