Los emergentes combaten el desafío del ‘tapering’ y el enfriamiento de China
Sus divisas acusan los nuevos riesgos con caídas de más del 2% Los expertos señalan que están en una posición más sólida que en crisis previas
Los mercados emergentes suelen ser el eslabón más débil en la cadena de contagio del riesgo financiero. La crisis de Evergrande ha hecho recordar a los inversores su fuerte vínculo con la economía china, dado su rol de exportadores de materias primas. Un traspié en el crecimiento del gigante asiático tiene un efecto inmediato en el consumo de materias primas. Además, este nuevo foco de inquietud llega justo cuando el alza imparable de los precios de la energía está impulsando las tasas de inflación y haciendo temer por un endurecimiento acelerado de las políticas monetarias. El tapering de la Fed ya se da por hecho en noviembre, un repliegue en las compras que lleva a recordar el de 2013, cuando el dinero huyó en estampida desde los países emergentes hacia EE UU.
Ante estos nuevos focos de tensión, las divisas emergentes registran en los últimos diez días depreciaciones frente al dólar que van desde el 2,8% de la lira turca –que acusa además la reciente rebaja de tipos de interés–; el 2,1% del real brasileño; el casi 3% del rand sudafricano o el 2,7% del peso chileno, en una economía muy dependiente de la exportación de materias primas. La deuda emergente en moneda local también se ha tensionado estos días, al hilo de la subida de rentabilidades del bono de EE UU. El rendimiento del bono sudafricano a una década cotiza en máximos de julio de 2020 y el de Corea del Sur toca máximos de noviembre de 2018.
Expertos e inversores coinciden sin embargo en que, pese a los riesgos, los países emergentes están en una posición más sólida que en crisis anteriores para resistir a las turbulencias financieras. El tapering de EE UU no apunta a crear una sacudida financiera y tampoco Evergrande, aunque el crecimiento chino pueda ser menor. “Los tipos en EE UU y emergentes están divididos entre una China más débil y una Fed ligeramente más dura”, apuntan desde Citi.
El banco estadounidense reconoce que un menor crecimiento en China es un desafío para los emergentes. Recuerda que China supone casi el 50% del consumo global de muchos metales básicos, en especial el acero y el cobre, aunque señala también que el impacto en mercado visto en la deuda de las compañías mineras emergentes es menor que el registrado por el sector inmobiliario chino o el high yield asiático, donde el contagio de Evergrande es más directo. En todo caso, la firma no augura un problema sistémico por Evergrande. Además, este riego llega en un momento de reactivación económica en EE UU y Europa. Así, Citi tiene posiciones largas en la deuda de China y Rusia y sobrepondera también la de Indonesia.
Los países emergentes “se encuentran en un lugar muy diferente al de 2013, muchos son más capaces que algunos desarrollados de manejar la subida de los tipos en este momento”, asegura Elisabeth Colleran, experta de Natixis IM. Añade que las reservas de los mercados emergentes están más saneadas y el posicionamiento exterior es más favorable que en 2013.
Alejandro Arévalo, responsable de deuda de mercados emergentes en Jupiter AM, añade que los mercados emergentes han aprendido los errores del pasado. “Los balances se gestionan de forma mucho más eficiente en muchos países. Hay más deuda local en manos de inversores locales, que tienden a ser menos propensos a salir corriendo si las condiciones de financiación se endurecen”, explica. El mismo Banco de Pagos Internacionales de Basilea apuntaba en su informe trimestral publicado la semana pasada que los emergentes estaban en una posición lo bastante sólida como para no temer por turbulencias financieras.
En Bank of America sí muestran en cambio más inquietud, en especial respecto al impacto de Evergrande en los emergentes. “Los mercados permanecen apenas sin inmutarse, pero el impacto de una ralentización en China en los diferenciales de la deuda puede llegar con retraso”, señala. Sostiene que la prima de rentabilidad respecto al riesgo en la deuda soberana emergente está en la actualidad en niveles muy bajos y muestra su sorpresa sobre las posiciones largas que mantienen los inversores. Aconseja además elevar la cautela en la deuda latinoamericana en divisa local, en especial ante el alza de la inflación en México y Brasil.
Una brecha bursátil que se amplía
En lo que va de año, el índice bursátil MSCI Emerging Markets sufre una caída de más del 2%, en contraste con las alzas superiores al 15% del S&P 500. En este mes de septiembre, el castigo bursátil a ambos índices ha sido similar, con lo que la amplia brecha entre ambos se mantiene. Las economías emergentes van por lo general por detrás en la recuperación, reflejo del mucho menor grado de estímulo fiscal y monetario que recibieron estos países frente a la pandemia.