La identidad cultural, palanca de la moda española
Inspirarse en las tradiciones es clave para posicionar la industria local en el panorama internacional
Cuando Rosalía pisó la alfombra roja de la MET Gala 2021, las primeras reacciones ponían el grito en el cielo: la temática del evento era In America: A Lexicon of Fashion (En América: un glosario de la moda), pero ella lucía un traje que evocaba, sin dejar lugar a dudas, un mantón de manila. Pero la cantante no se saltó por completo el protocolo, puesto que su diseño era obra del estadounidense Rick Owens, quien quiso, a su vez, hacer un guiño a la identidad española a través del característico pañuelo de flecos.
Una peculiar decisión, al ser tomada por el creativo norteamericano, que, sin embargo, podría ser una palanca para la moda española si los diseñadores locales aprovechan el legado de sus propias raíces. Exprimir la identidad cultural es clave para diferenciar la creación patria y acabar de posicionarla a nivel internacional. Sobre todo ello se debatió en la mesa redonda Hoja de ruta de un plan estratégico de la moda de autor española, celebrada este viernes en el Ateneo de Madrid en el marco de Madrid Es Moda.
“Yo siempre había pensado que era algo muy nuestro, que no se entendería fuera, pero cuando ves crónicas internacionales de los desfiles, ves que son capaces de identificarlo. Eso es muy bonito”, celebró la directora de ready to wear y calzado de Loewe, Ainhoa García. La experta recordó además que la mesa de la moda internacional es un lugar que “estamos absolutamente legitimados a ocupar basándonos en nuestra herencia cultural”. Pero el sistema no se consigue de la noche a la mañana ni puede copiarse de países bandera, como Francia o Italia, sino que cada uno debe encontrar su método. “Las creaciones tienen que estar enraizadas en lo cultural, que además de legitimarte, te da un importante valor añadido y contribuye a la imagen de país”, prosiguió la portavoz de Loewe.
Las tradiciones son las que marcan el camino a seguir, según apuntó la diseñadora Ana Locking. “Ese es el futuro de la globalización. Estamos todos tan bebiendo de lo mismo que buscamos que se haga un producto diferente. Esa es la riqueza cultural”, continuó. Por su parte, el director creativo de Reliquiae, Héctor Jareño, destacó tres cuestiones que, a su juicio, son elementos diferenciadores de la moda española. La tradición pictórica: “Todo lo que está expuesto en el Museo del Prado es una fuente de inspiración”. El legado de Cristóbal Balenciaga, “que trabajaba sobre esos mismos elementos pictóricos”. Y, por último, “que hemos sabido hacer una interpretación de todos estos ingredientes hacia lo contemporáneo, que no hacia lo moderno, también a nivel político, lo que ha desembocado en una estética muy concreta”, enumeró el diseñador.
El objetivo, continuó Jareño, es generar una identidad de moda española que ayude a la propia moda española a desarrollarse. Una transformación que debe apoyarse en una narrativa común y bien elaborada, al contrario de lo que ha ocurrido hasta ahora. “Todas las marcas del mundo fabrican en Ubrique, pero Ubrique no ha sido capaz de crear una marca de marroquinería propia en todos estos años”, reprochó.
Mantener todo esto requiere de personas formadas, que cada vez son más complicadas de encontrar en la industria. El diseñador Modesto Lomba animó a tener una mirada crítica dentro del propio sector y señaló la deslocalización como una de las fuentes de estos problemas. “Cuando las cosas se han movido a Asia, se ha desprotegido la industria y se ha facilitado esta desconexión. Esa transmisión de conocimientos la hemos ido perdiendo porque hemos perdido generaciones. Es complicado recuperar el tejido industrial porque hemos roto esa cadena”, lamentó Lomba.
Más allá del valor artístico, el experto recordó los valores asociados con este tipo de producción y consumo. “Estoy seguro que a ningún consumidor le gustaría tener las condiciones laborales, sociales y económicas en las que se fabrican estas prendas. Cuando hablamos de comprar en proximidad, estamos hablando también de favorecer que haya una serie de recursos y profesionales, pero no lo conectamos lo suficiente”, desarrolló. Pero la desconexión entre el mundo formativo y el profesional no es exclusivo de España, sino que ocurre en todo el mundo, lo que García presentó como una oportunidad: “Si lo abordamos mejor que el resto de países, tenemos una coyuntura excepcional”.
En esta línea, Jareño reiteró que la moda de autor –y, al igual que sus compañeros de mesa, hizo hincapié en el concepto de autor– contribuye a lograr los objetivos de la Agenda 2030. “Genera empleo de calidad en torno a los oficios y a la España vaciada de la que tanto se habla”, continuó. Un aspecto que apoyó Locking, recordando que se necesitan muchos más profesionales en la industria que la figura del director creativo. “Mis alumnos de más éxito son aquellos que se han especializado en cosas muy concretas”, reconoció la diseñadora, que también es profesora del Centro Superior de Diseño de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid.
En el terreno formativo tampoco pueden faltar nociones de emprendimiento, estimó Jareño. Así lo hizo ver también la directora general de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación (Ministerio de Cultura y Deporte), Adriana Moscoso: “Esa es precisamente una de las debilidades de todas las industrias culturales, no solo de la moda. El tejido se articula a través de pymes o de autónomos, por lo que se requieren perfiles altamente multidisciplinares”. Sin olvidar que, incluso desde el punto de vista económico, es la identidad lo que genera interés. “El sector se tiene que crear sobre los elementos identitarios. Vamos a estructurarlos y a hacer que tengan valor. Nosotros ya los tenemos y eso es lo que no se puede crear. Los americanos llevan años intentándolo y no lo han conseguido”, concluyó el director creativo de Reliquiae.