La alegría veraniega del mercado laboral de EE UU
La mitad de los estados ya ha decidido adelantar la retirada de estímulos, para animar a los parados a buscar trabajo
Julio dio la alegría del año al mercado laboral norteamericano con la creación de 943.000 empleos. El mejor dato desde agosto de 2020. Analistas y economistas apostaban por 870.000 nuevos puestos de trabajo, pero el levantamiento de restricciones, el mayor consumo y el impulso del turismo, la hostelería y la restauración, dejaron pequeñas las expectativas frente a la realidad. En la hostelería se crearon 360.000 empleos en julio. Menos mal que los americanos apenas toman vacaciones, porque si las cogiesen como los europeos…
La tasa de paro bajó en medio punto, del 5,9% al 5,4% (los economistas consultados por WSJ, Reuters y Bloomberg estimaban un 5,7%). Y los datos del mes previo, junio, se revisaron al alza, generándose 938.000 empleos. Ya van diez meses de tendencia positiva en el mercado de trabajo norteamericano. Y la tendencia se nota en la calle y en el consumo y en la producción. Y en los salarios, que aumentaron de media el 0,4% en julio. Nada de esto es obvio porque, tras una recesión, lo más triste que puede haber es una recuperación estadística: mejora del PIB sobre el papel, pero sin afectación positiva a la población.
Allá donde la economía americana ha levantado más restricciones, se nota la alegría del consumo. Los americanos cenan fuera de casa un 30% más que a principios de año. Hay menos miedo y más poder adquisitivo, gracias a los planes de estímulo del Gobierno. De hecho, en julio, la mitad de los estados había decidido adelantar la retirada de estímulos a agosto, sin esperar a septiembre, para animar a la población en paro a buscar trabajo, para no acostumbrarse a vivir de los subsidios.
Así, la tasa de participación laboral es del 61%, cuando venía del 58%. El sector servicios ha sido el que más empleo ha creado, gracias al turismo, los hoteles y los restaurantes. Pero sanidad, servicios profesionales, tecnologías de la información y educación también han creado mucho empleo en julio.
La educación ha generado 211.000 empleos, por diversos motivos, todos buenos: la vuelta al cole de los niños versus la educación online en el hogar y, tanto o más importante, el impulso a planes de formación para educar a los trabajadores en paro de larga duración (27 semanas o más, en EE UU) en nuevas capacidades profesionales, como logística y cadena de suministro.
Amazon fichó a 100.000 personas más y el retail tradicional físico, también creció: en julio, el comercio electrónico se mantuvo en los mismos niveles de junio, pero el comercio de tiendas aumentó ventas un 25%, por el deseo de las personas de salir al aire libre (en California, Florida y otros estados de buen tiempo, los grandes centros comerciales son al aire libre), pasear, tocar el producto y comprar.
En servicios profesionales, se han dado situaciones curiosas: los grandes bancos de Wall Street y las tecnológicas de Silicon Valley decidieron pagar no menos de 100.000 dólares anuales en salario fijo a sus empleados más jóvenes, tras las polémicas declaraciones de altos directivos de empresas de esos sectores que dijeron sin ambages en junio que, para triunfar en esas profesiones, es menester trabajar, al menos, 72 horas semanales.
Puesto que hay mucha oferta de trabajo, los empresarios han tenido que aumentar salarios en el rango más bajo de la gama alta, porque, sean creadores de software o banqueros de inversión, la realidad es que, hoy, el mercado se rifa esos profesionales. Basta ver el desempeño empresarial de Amazon, Netflix, Alphabet (Google), Microsoft, Salesforce, Oracle, Apple o Facebook: los beneficios son tan elevados que, o se remunera bien el talento o este busca pastos más verdes.
Y, en Wall Street, los mercados de valores se dispararon al alza con el informe de empleo de julio y junio. También el petróleo (Brent y West-Texas), las criptomonedas (el bitcóin superó los 40.000 dólares) y las materias primas y metales preciosos, con la excepción del oro, que bajó, por entenderse que, con la bonanza económica podría dejar de ser valor refugio de la inversión conservadora.
Aún hay 8,5 millones de parados y 5,4 millones de ellos son consecuencia de la reciente crisis económica. ¿Se encuentran la oferta y la demanda en el mercado laboral americano? En los ámbitos antes mencionados, claramente, sí. Pero hay otros en que esto no es así. El miedo al virus y la nueva variante delta hace que muchos se queden en casa en vez de buscar trabajo. El miedo es libre y, hasta que no se extienda (casi) totalmente la inmunidad colectiva, muchos seguirán teniendo miedo.
Es una cuestión que está afectando la vuelta al trabajo. Conforme empleadores como Microsoft, Amazon o CNN exigen a sus empleados que estén vacunados antes de volver a trabajar a las oficinas, el miedo a contagiarse aflora y las empresas están tomando decisiones, como Amazon, de retrasar la vuelta al puesto de trabajo al año que viene.
Mientras, China sigue apretando las tuercas de sus empresas tecnológicas para que sean, primero de todo, fieles al partido comunista. En ese sentido, cabe prever que EE UU afloje la presión antitrust contra sus empresas tecnológicas, a las que pide colaboración para luchar contra los ciberataques chinos. América apuesta por la manufactura y China también, por lo que la guerra fría se extenderá de internet a la fábrica.
El presidente norteamericano no baja la guardia contra China, siguiendo la estela de su predecesor, Donald Trump. Pronto habrá una doctrina Biden sobre la rivalidad con China.
Jorge Díaz Cardiel es socio director de Advice Strategic Consultants. Autor de ‘El New Deal de Biden-Harris: política económica para el siglo XXI’