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La magia de los datos transforma en sostenible la movilidad

La logística logra ya ahorros en emisiones y costes con el ‘big data’

Dos trabajadores del grupo Sesé en la sala de tráfico donde se controlan los movimientos de la flota.
Dos trabajadores del grupo Sesé en la sala de tráfico donde se controlan los movimientos de la flota.

Medir para conocer lo que hay y después mejorarlo para evitar que se degrade. A esta máxima actualizada de Lord Kelvin se han aplicado en los últimos años empresas de logística y transporte, consultoras y ayuntamientos de toda España.

La conjunción de digitalización y big data ha permitido dar un salto de calidad. Uniendo los millones de datos que se manejan ahora, y la calidad de los mismos, se puede hacer magia convirtiendo la movilidad en sostenible.

No son trucos. Son realidades que ya manejan empresas de distribución y que se traducen en menos emisiones de CO2, ahorro de costes y aumento de la productividad. Es información que usan los consistorios para mejorar el transporte público y el tráfico en las ciudades.

Las ciudades usan información para mejorar el tráfico y el transporte

Y hay un elemento más. Lo menciona Eva García San Luis, socia responsable de lighthouse de KPMG en España: “Los datos serán el corazón del sistema de movilidad interconectado, desbloqueando oportunidades de negocio que no existen en este momento”.

“Con esos datos masivos, variables, en tiempo real y subidos a la nube, se pueden crear herramientas muy útiles para las empresas que se dedican a la logística”, afirma David Escuín, profesor en el máster en Dirección Logística de la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja).

Como la que ha creado el grupo logístico Sesé con la el Instituto Tecnológico de Aragón Itainnova. Se llama Smart driving y funciona desde 2019. Con el histórico de datos de los más de 1.000 camiones de esta empresa “se ha creado una ruta homologada en la que se indica al conductor, entre otras cosas, la velocidad, los lugares donde repostar o descansar”, explica Jorge Carcas, responsable de sistemas de transportes.

El grupo Sesé aumentó la productividad un 7% con su propia plataforma

Su última fase, Smart planning, será capaz de informar “cuál es el mejor siguiente viaje o cambiar el que ya hay ajustándose a los nuevos datos”. Las ventajas se pueden medir: “Aumento de la productividad de un 7%, ahorro de combustible, 1,3 céntimos por kilómetro y 600.000 euros al año”, resume Carcas.

CHEP es otro ejemplo. Vicente Mollá, director general en España: “Más de 220 clientes en Europa se benefician de una idea con la que hemos conseguido ahorrar más de 6 millones de kilómetros en vacío, 4.700 toneladas de CO2 y 8,7 millones de euros”, dice.

La tecnología de datos ha llegado también a las ciudades con varias iniciativas. Algunas desde tecnológicas, como Nommon, con el proyecto Momemtum, big data para estudiar las características de los usuarios y el uso de los servicios de bicicleta y motocicleta compartida en Madrid. “Hemos desarrollado modelos con inteligencia artificial para predecir la demanda de estos servicios según tipos y periodos del día, zonas de la ciudad, etc., y ayudar a gestionar mejor estos sistemas y maximizar su complementariedad con el transporte público”, detalla Ricardo Herranz, CEO de la empresa.

Desde las universidades

Otras se impulsan desde la universidad, como las que desarrolla la cátedra de Movilidad Sostenible Cabify-Universidad Politécnica de Madrid. Han analizado el servicio público de autobuses y Bicimad, el préstamo de bicicletas, ambos en Madrid. “Con la gestión inteligente de datos se podría planificar mejor el transporte público y las bicicletas, fomentando la movilidad compartida y combinando el uso del transporte”, sostiene Pedro José Zufiría, codirector.

CHEP ha dejado de emitir 4.700 toneladas de dióxido de carbono y ha ahorrado 8,7 millones 

El big data debe servir a las ciudades, según Xavier Ferré, socio responsable de automoción y transporte de EY, para “comprender todo su ecosistema de movilidad, mejorar el transporte y diseñar una red de movilidad que minimice las emisiones”, a la vez que permite “desarrollar políticas de movilidad inteligentes y tomar decisiones estratégicas y operativas basadas en hechos verificables”.

La consultora Opus RSE controla con sensores los gases de los coches y convierte esos datos en información. Sus descubrimientos los cuenta Javier Buhigas, jefe de operaciones: “Entre el 3% y el 5% de los vehículos que circulan por la ciudad son muy contaminantes y son responsables de entre el 25% y el 40% de toda la contaminación”.

Solución Cabify y barreras legales

Piloto. Cabify probó en 2019 su nuevo sistema de asignación de viajes y comprobó que este permitía “ahorrar 120.000 horas mensuales de conducción y unos dos millones y medio de kilómetros en vacío cada mes, esto es, 3.300 toneladas de CO2 menos emitidas”, comenta Carlos Herrera, director de tecnología de la empresa. Este se usa ahora “con adaptaciones locales” en las urbes donde opera.

Actualizar. Buhigas, de Opus RSE, afirma que “hay capacidades y tecnología para hacer la movilidad más verde”, aunque no se hace más “por las barreras legales”. La actualización de algunos puntos de la Ley de Tráfico, en debate, puede eliminarlas.

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