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Pellets Asturias, el combustible de emisiones neutras renace en el Principado

La empresa fabrica 40.000 toneladas de pellet al año utilizando residuos forestales de la zona

El sistema de ensacado está robotizado y se utiliza el 60% de plástico reciclado.
El sistema de ensacado está robotizado y se utiliza el 60% de plástico reciclado.Fotos: Javier Martínez Mansilla

“No es rentable ir al monte a buscar biomasa. Al monte hay que ir a buscar madera”. Así lo afirma Luis García, gerente de Pellets Asturias. “Todo lo que sobra, lo aprovechamos nosotros”. Esta empresa produce 40.000 toneladas de pellets de pino al año para uso doméstico desde su fábrica en Santa Eulalia de Tineo, un pueblo de 87 habitantes rodeado por los bosques del suroccidente del Principado.

“Para su fabricación empleamos el serrín y la astilla que se desechan en las industrias de primera transformación de la madera”, explica García. “También utilizamos subproductos de podas y talas, como los troncos de árboles que no tienen valor para uso maderero”. Estos últimos sirven de combustible para alimentar la caldera.

Se ha convertido en un ejemplo de aprovechamiento al máximo de los recursos y de la economía circular

Porque en Pellets Asturias, empresa integrada en la compañía cántabra Inversiones Grupo Saiz, la eficiencia energética es fundamental, como lo es el aprovechamiento máximo de la materia prima. Un modelo de negocio enfocado hacia una economía circular y un crecimiento con horizonte sostenible completan las líneas que marcan el presente y el futuro de esta compañía. Hablamos de un biocombustible sólido para calefacción de emisión neutra de CO2.

En la fábrica entran camiones cargados con madera desechada.
En la fábrica entran camiones cargados con madera desechada.

El clima es el que manda

“Entre un invierno normal y uno duro puede haber un 30% de diferencia de consumo”, sostiene García. “También tenemos que convencer a nuestros clientes para que lo saquen en verano con alguna oferta”.

Reutilizamos un producto desechado de otra fabricación y, salvo la ceniza que emite la caldera, no generamos ningún residuo

Luis García, gerente de Pellets Asturias 

A pesar de las dificultades de un sector donde cualquier variación climática puede alterar “una barbaridad”. “La demanda en el mercado nacional de este combustible vegetal sigue creciendo y también nuestro negocio”, afirma García. Pellets Asturias factura nueve millones de euros anuales y las previsiones son optimistas, aunque los inicios “fueron muy complicados”, recuerda el gerente. “Era un producto muy desconocido en España”, añade.

Modelo austriaco

En 2010, un grupo de empresarios de la industria maderera de Asturias acudió a Austria para descubrir las nuevas tendencias en biomasa y aprovechamiento forestal. “En aquel momento en España la fabricación de pellets era algo relativamente nuevo”, cuenta. “En Europa llevaba muchos años”.

Ese mismo año, estas cinco pequeñas empresas crearon Pellets Asturias como sociedad limitada, con una inversión inicial de 10 millones de euros. “Ahora hay 13 millones invertidos”, comenta el directivo.

Apuesta por un único producto: el pellet doméstico de máxima calidad

La compañía ha recibido diferentes subvenciones desde su fundación por parte de la Consejería de Medio Rural con fondos europeos. Han supuesto, según el gerente, el 30% de la inversión en desarrollo industrial. En cifras: 233.834 euros para la mejora de las condiciones ambientales, 197.266 euros para los procesos de producción y 322.230 para la ampliación de las instalaciones. La sociedad cuenta con una parcela de 20.000 m2 en el polígono La Curiscada, donde trabajan sus 17 empleados.

Reciclaje absoluto

Pellets recién prensados.
Pellets recién prensados.

Anualmente, en la fábrica de Pellets Asturias entran camiones cargados con 100.000 toneladas de serrines, astillas, apea de monte y troncos descartados para el aserrado, entre otros residuos forestales. Este cargamento pasa por los diferentes procesos en esta factoría donde prácticamente todo está automatizado y nunca se detiene. La fábrica trabaja 24 horas todos los días del año.

Cifra

50%. Es el porcentaje en el que la compañía prevé aumentar su producción. Existe un planteamiento para pasar de 40.000 a 60.000 toneladas anuales fabricadas.La empresa espera continuar creciendo. Por ello han acometido diferentes inversiones para mejorar la planta, el sistema de almacenaje y así optimizar la capacidad de producción y reducir costes. Esta apuesta ha costado cerca de tres millones de euros a Pellets Asturias. De dicha cantidad, 753.000 euros proceden de distintas subvenciones del Principado de Asturias.

Descortezado y astillado, distintos cribados y secados de la madera, prensado, ensacado y transporte. El reciclaje de la materia prima es total. “Hasta el calor residual de la caldera lo utilizamos para generar electricidad”, apunta García.

Un mercado 100% nacional

Pellets Asturias apuesta por un único producto, el pellet doméstico de máxima calidad (A1, con doble certificación NPlus y DinPlus). Se trata del de mayor poder calorífico y el de menor residuo de cenizas (el 0,5% de su masa). Este producto se vende en sacos de 15 kilos a un precio que ronda los 4 euros. Supone el 80% de sus ventas.

¿Sus clientes? Suministradores de combustibles para calefacción, grandes superficies como Leroy Merlin o Bricomart, estaciones de servicio… En palabras del gerente de la compañía, “el uso se está generalizando, se encuentra en cualquier lado”. El 20% restante de la producción está destinada a la venta a granel y en grandes sacos de 1.100 kilos. Todo se comercializa en España, donde “la competencia crece”, indica.

Empresas como Gupellet, Ribpellet y Biomasas Forestales de Galicia, con capacidades de producción parecidas, son rivales para la compañía asturiana en un sector español donde “los portugueses compiten muy bien por sus precios bajos”. Así lo considera el gerente de Pellets Asturias, que espera poder incrementar su producción a 60.000 toneladas anuales. “Estamos a la expectativa de cómo evolucione el mercado”, concluye García.

Luis García gestiona la compañía desde 2010.
Luis García gestiona la compañía desde 2010.

Máximo exponente de un modelo sostenible

“Somos el ejemplo más acabado de economía circular que puede haber”, asegura Luis García. La madera se corta en los montes cercanos al concejo de Tineo, los aserraderos se reservan la mejor materia prima, cuyos residuos se emplean para fabricar pellets o como combustible para generar electricidad. “Reutilizamos un producto de otra fabricación y prácticamente no generamos ningún residuo aparte de la ceniza de la caldera”, detalla García.

El pellet es considerado un combustible de emisión neutra, porque las plantaciones se regeneran y vuelven a captar el dióxido de carbono (CO2) que genera.

Además, el gerente de la firma destaca la cantidad de empleo indirecto que se crea en la zona. “La Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa calcula que se crea un puesto de trabajo por cada 1.000 toneladas anuales de madera”, refiere. “Nosotros movemos 140.000 al año”. En resumen: 140 empleos indirectos.

La ubicación de la compañía resulta ventajosa en una actividad donde los portes se penalizan debido al bajo coste del producto. El objetivo es tener unidades de producción pequeñas que se abastezcan del entorno cercano y que suministren al entorno próximo. “En eso estamos”, sostiene.

Eficiencia energética, una obligación

“Aprovechamos todos los recursos de energía que tenemos”, comenta Luis García. La parcela industrial de Pellets Asturias tiene unas dimensiones de 14.000 m2. Es jueves por la mañana y apenas se ven trabajadores en la fábrica. Sin embargo, la producción no se detiene en ningún momento, con un sistema altamente automatizado y prácticamente autosuficiente. “Usamos un recuperador de temperatura de humo para calentar el agua para el secadero”, explica el director de la compañía. Un ejemplo más. “En eficiencia energética vamos al máximo”.

En un negocio que trabaja con una materia prima de bajo coste, este factor es fundamental, ligado a un aprovechamiento absoluto de los recursos y a la reducción del radio de transporte de la mercancía. “En un tráiler de pellets pueden ir 4.000 euros. En uno de café, 50.000 euros”, compara. “Además, si creamos un combustible de emisiones neutras pero que para venderlo necesitamos movilizar muchos camiones y contaminar, ya no somos ecológicos”, reflexiona el director.

En este modelo, lo sostenible y lo rentable caminan de la mano en busca de un futuro no muy lejano de autoabastecimiento energético regional. “Lo ideal sería que el Principado consumiera nuestras 40.000 toneladas de pellets cada año”, anhela el portavoz de Pellets Asturias. De momento, la sociedad destina la totalidad de la producción de este biocombustible sólido a clientes del norte de España.

Desde una pequeña estufa a una gran caldera o una central térmica. Los pellets de la empresa están destinados para el uso doméstico e industrial. La demanda ha dictado el tamaño de su envasado: venden sacos de 15 kilos para los hogares.

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