Lejos de una gestión eficiente del agua
La inversión en el ciclo del agua arrastra un déficit anual de 2.500 millones de euros desde 2008
El ODS 6 propone reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentar considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial. En la actualidad, “solo el 32% de nuestros municipios de más de 10.000 habitantes dispone de sistemas de depuración terciarios, lo cual incumple con Europa y nos ocasiona sanciones y multas desde 2018”, expone Fernando García Canales, director de financial advisory de Deloitte.
“Cumplir con la directiva europea implicaría, además de terminar con las sanciones recurrentes, beneficiar a más de dos millones de personas en la mejora de la calidad ambiental del agua”, añade. Además de la depuración, García Canales prioriza la construcción de presas para la protección frente a avenidas, ya que permitirían acotar el riesgo de una de las mayores catástrofes naturales en España.
España incumple la directiva europea, lo que genera sanciones
Óscar Barrero, socio de energía de PwC y miembro de la Oficina de Fondos Europeos, incide en fomentar la digitalización y el uso de nuevas tecnologías que optimicen las operaciones y reduzcan el nivel de fugas –España, de hecho, es uno de los países europeos con mayor número de pérdidas en su red de distribución–.
Sin olvidar los proyectos que involucran la relación agua-energía. “Son fundamentales y necesarios, dados los déficits hídricos y energéticos previsibles a medio y largo plazo”, indica Roberto Alonso González-Lezcano, doctor y profesor de Construcciones Arquitectónicas de la Universidad CEU San Pablo. Y como ejemplo pone las centrales hidroeléctricas o las turbinas hidráulicas en redes de abastecimiento de grandes masas de agua.
Los fondos de la UE pueden suponer un incentivo
Sin embargo, según datos de PwC, España ha recortado las inversiones en el ciclo del agua, pasando de un 0,36% del PIB entre 2007 y 2009 a un 0,14% del PIB entre 2014 y 2017. “Tras la crisis financiera de 2008, las inversiones en infraestructura del agua por parte de las comunidades autónomas han descendido a valores mínimos”, destaca Barrero, y la reducción de las inversiones en infraestructura del ciclo urbano del agua ha generado un déficit de inversión anual de unos 2.500 millones de euros. Es más, “se ha estimado que el déficit de inversiones ascenderá a más de 25.000 millones durante los próximos 10 años”.
“Esta falta de inversión”, tal y como apunta el experto de PwC, “ha generado una red envejecida y más ineficiente, lo que genera un mayor coste de mantenimiento y mayores pérdidas de agua”. Por ello, en opinión de Barrero, “es preciso cubrir el déficit de inversión para fomentar la digitalización y el uso de nuevas tecnologías que optimicen las operaciones”. Ahora, “los fondos europeos pueden suponer un incentivo para recuperar las necesidades de inversión que requiere el sector”.
En Deloitte vislumbran que la inversión prevista en esta área en España apenas llega al 1,2% de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos, a pesar no solo del estado de las infraestructuras hídricas, sino de otras ventajas asociadas como la de que cubrir el déficit de inversiones en la actividad generaría más de 43.000 empleos, según las estimaciones de PwC.
Los problemas más graves
Degradación de ecosistemas y biodiversidad derivada del cambio climático y uso inapropiado de los recursos, que provocan alteraciones en el ciclo natural del agua.
Tensión hídrica creciente por eventos climatológicos cada vez más extremos, que pone en riesgo la disponibilidad del recurso.
Baja calidad y cantidad del agua, debida a la progresiva destrucción de cuencas hidrológicas y a la gestión deficitaria de la depuración de las aguas residuales.