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El pico de población de China acelera el ajuste de cuentas fiscal

Un cálculo exagerado de sus habitantes podría haber provocado un déficit de financiación de las pensiones

Estudiantes de un programa de cuidadores domésticos, en Pekín.
Estudiantes de un programa de cuidadores domésticos, en Pekín.reuters

La lenta caída demográfica de China se está acelerando. El Gobierno debe ahora, antes de lo previsto, contemplar cambios radicales en la política para compensarlo.

Pekín debía publicar los resultados de su último censo a principios de abril. Semanas más tarde sigue en secreto, lo que hace sospechar que se están retocando unas cifras peores de lo esperado. El Financial Times ha informado de que la población china se redujo por primera vez en cinco décadas el año pasado, citando fuentes no identificadas.

La oficina de estadística lo desmintió indirectamente, pero algunas autoridades esperan que el pico llegue ya en 2025, en cualquier caso. Yi Fuxian, un conocido científico especializado en reproducción, cree que la población nacional comenzó a reducirse en 2018, y afirma que ello impedirá que la economía china supere a la de Estados Unidos.

Pekín esperaba que la modificación gradual de su controvertida “política del hijo único” en 2013 para permitir a más familias tener hasta dos hijos produciría un aumento sostenido de la natalidad. No ha sido así. El elevado coste de la vida disuade a algunas parejas jóvenes de procrear. A medida que más mujeres dan prioridad a sus carreras, la tasa de nupcialidad también cae en picado.

La estimación actual de 1.400 millones de habitantes podría estar inflada. Los gobiernos locales que buscan apoyo fiscal del Ejecutivo central tienen incentivos para contabilizar dos veces a los residentes que emigraron a otros lugares. Aunque la riqueza media per cápita podría ser mayor, el país también podría haber sobreconstruido viviendas, invertido en exceso en infraestructuras y subfinanciado los planes de jubilación para servir a los fantasmas estadísticos. El futuro puede verse en la ciudad norteña de Weihai, donde las muertes empezaron a superar a los nacimientos en 2019. Las ventas de propiedades medidas por superficie se desplomaron un 40% y los ingresos del Gobierno cayeron un 12% ese año. La deuda pública, incluyendo los vehículos de financiación del Gobierno, se elevó a más del 700% de los ingresos fiscales en 2020, según estimaciones de Guangfa Securities.

La Academia China de Ciencias Sociales estimó que los cerca de 1 billón de dólares que se mantienen en los fondos de pensiones urbanos podrían agotarse en 2035. Ello se debe, en parte, a que las autoridades han mirado hacia otro lado mientras las empresas hacían un recorte de las contribuciones. El déficit puede cubrirse en cierta medida transfiriendo las participaciones del Gobierno, algo que Pekín ha empezado a hacer. También se puede aumentar la edad de jubilación.

Pero económicamente hay pocos sustitutos para los niños. La eliminación de los límites de natalidad podría ayudar, pero a los políticos parece aterrorizarles permitir que los pobres tengan familias numerosas. Eso deja métodos más torpes, como los subsidios, o los impuestos a las mujeres sin hijos. Tras haber cobrado su dividendo demográfico por adelantado, puede que sea demasiado tarde para que China evite el inminente precipicio demográfico.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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