Daniel Křetínský, el checo que llena de supermercados el carrito
Multimillonario, hizo fortuna con la energía, y acumula participaciones en minoristas como J Sainsbury Casino o Caprabo, además del diario ‘Le Monde’
Lo llaman la esfinge checa. Es el multimillonario de moda entre las cadenas de supermercados europeas. Daniel Křetínský (Brno, entonces Checoslovaquia y ahora República Checa, 1975) se hizo rico en el sector energético, y lleva varios años invirtiendo en medios (Le Monde), servicios públicos (Royal Mail) y el sector minorista de Europa Occidental.
EP Corporate Group, su holding, factura más de 10.000 millones de euros anuales. Forbes estima el patrimonio de su cabeza visible en 3.400 millones. Posee el 50% del mayor grupo energético de Europa Central, EPH, que emplea a más de 25.000 personas y generó 8.000 millones de euros en ventas en 2019.
La firma distribuye y suministra electricidad, además de proporcionar almacenamiento y transporte de gas. Su riqueza proviene especialmente de la compra en 2013 a GDF y E.ON del 49% del gasoducto eslovaco Eustream, que lleva el producto de Gazprom a Europa Occidental, y que genera cientos de millones al año. Pese a sus vínculos con Rusia, en la crisis de Crimea de 2014-15 aceptó hacer llegar gas a los ucranianos. Además, compra viejas centrales de carbón y minas baratas y las hace funcionar al máximo antes de que las prohíban.
El periodista Jérôme Lefilliâtre, autor del libro Mister K, Petites et grandes affaires de Daniel Kretinsky (Le Seuil Editions), lo considera muy inteligente, ambicioso y decidido, formidable en los negocios, además de reservado. En su entorno profesional se han producido diferentes escándalos, aunque ninguno le ha salpicado directamente.
Nació en Brno, la segunda ciudad más grande de Chequia; vive en Praga, y sale desde hace cuatro años con Anna Kellnerová, de 24, amazona e hija mayor de su socio en varios negocios Petr Kellner, fallecido hace un mes en accidente de helicóptero en Alaska, y que era el checo más rico, con 13.000 millones de euros.
El padre de Křetínský, Mojmír, es profesor de informática en la Universidad Masaryk, y su madre, Michaela Židlická, exjuez del Tribunal Constitucional. Él se licenció en la Facultad de Derecho de Masaryk y empezó a trabajar como pasante en un bufete. En 1999 se incorporó al grupo de inversión J&T como abogado y ascendió a socio en 2003.
Desde 2004 preside el Sparta de Praga de fútbol, del que es propietario junto a J&T y otros accionistas. Al equipo no le va especialmente bien desde entonces: ha ganado la liga nacional cuatro veces, frente a su aplastante dominio de las décadas anteriores.
Cuando en 2009 J&T fundó el holding Energetický a průmyslový (energía e industria en checo),
EPH, Křetínský se convirtió en su presidente, con un 20% de las acciones; entre los propietarios estaba también Petr Kellner. Uno de sus primeros grandes movimientos fue la compra de la mina alemana Mibrag en 2011: el país acababa de decidir abandonar la energía nuclear y necesitaba electricidad; incluso subvencionaba el carbón para evitar apagones.
Luego compraría centrales de Europa del Este, pero también de Alemania, Reino Unido o Italia, a E.ON, Enel o EDF. Eso sí, ha invertido a su vez en centrales de biomasa, de nuevo con subsidios. Ahora Křetínský tiene el 50% de las acciones más una, y su socio Patrik Tkáč (la T de J&T), un 44%.
Diversificación
Tiene una participación en el centro turístico Velaa Isla Privada, en las Maldivas. Desde hace seis años, es uno de los propietarios de la empresa de medios Czech News Center, editora del tabloide Blesk, el periódico más leído del país. También entró en el grupo suizo Ringier.
Habla francés fluido: pasó varios veranos en Francia y estudió un semestre en la Universidad de Dijon. Posee una participación en la revista Elle, del grupo Lagardère, y en 2018, compró al banquero e inversor Matthieu Pigasse el 49% de Le Nouveau Monde, principal accionista del diario Le Monde. Eso provocó un conflicto con la plantilla, también en el capital, que no se enteró directamente de la operación.
Se considera un enamorado del periodismo de calidad, que valora como un pilar de la democracia europea. Políticamente está más cerca de la rama europeísta del partido liberal-conservador; es partidario de que Bruselas regule más estrictamente a las grandes tecnológicas de EE UU. En opinión del periodista Lefilliâtre, su entrada en la prensa francesa puede tener que ver con las oportunidades de invertir en EDF o Engie, en las que podría reducir su presencia el Estado.
Con el objetivo de diversificar su negocio, en 2019 entró en el minorista francés Casino, del que ahora posee más de un 10%, e intentó controlar el operador de cash and carry Metro, en el que tiene un 40,6%. Ambas participaciones han perdido la mitad de su valor desde que entró en ellas.
Pero la mayoría de sus negocios le van mejor. Hace un año adquirió un 5% del servicio de correos británico, Royal Mail: se convertía, a buen precio, en el mayor accionista de una empresa plagada de profit warnings que había perdido casi dos tercios de su valor en dos años... y que ha remontado en los últimos meses, gracias al auge del comercio electrónico. Asimismo, entró con un 5% en los grandes almacenes estadounidenses Macy’s, de los que salió un mes después con una plusvalía de 30 millones de euros. En la cadena de calzado del mismo país Foot Locker ha acumulado un 12,2%.
En septiembre pasado, su sociedad de cartera Vesa Equity Investment Sarl anunció una participación del 3,05% en J Sainsbury, la cadena de supermercados británica. Desde entonces la ha elevado hasta casi el 10%, mientras la cotización ha subido un 30%. Y en España, Eroski anunció en marzo que vendía la mitad de su filial Supratuc 2000, bajo la que opera Caprabo y Cecosa (con presencia en Cataluña y Baleares), a EP Corporate, por una cifra no divulgada. El cierre de la operación está sujeto al visto bueno de los reguladores.
El hombre inescrutable, que antepone el pragmatismo del negocio a las simpatías políticas o a la ideología, tiene el carrito cada vez más lleno, casi sin hacer ruido.
El futuro de la distribución
La analista de Reuters Aimee Donnellan cree que la distribución alimentaria puede beneficiarse de un cambio de hábitos tras la pandemia, si hay un desplazamiento poblacional hacia zonas rurales o de la periferia de las ciudades.
Aun así, considera que tampoco es momento de hacer enormes inversiones, justo cuando empieza a abrirse la hostelería, su principal competidor. Además, cadenas como Aldi y Lidl, con menos presencia online, pueden empezar a subir.