La visión alemana de la UE recibirá una sacudida verde pos-Merkel
Los Verdes se perfilan como socios de gobierno de la CDU, un buen augurio para reformas sensatas en Bruselas
La Unión Europea tiene cada vez menos que temer la salida de la canciller alemana Angela Merkel tras las elecciones federales de septiembre. Mutti, o mami, como se la conoce en Alemania, es una figura dominante en la política europea desde hace más de una década. Pero Bruselas podría encontrar un socio aún más cooperativo en Berlín cuando ella abandone la escena.
Los peces gordos del partido gobernante en Alemania, los democristianos, han elegido a Armin Laschet, líder de su partido de centroderecha, para que se presente como canciller del bloque conservador. La decisión debería bastar para rechazar el desafío de Markus Soeder, líder del partido bávaro hermano de la CDU.
Esto elimina un claro riesgo para Europa. Soeder ha adoptado históricamente una línea dura en cuestiones europeas, pidiendo la salida de Grecia de la zona euro en 2015 y criticando la política de puertas abiertas de Merkel durante la crisis de los migrantes.
En cambio, Laschet, que habla francés, se ha posicionado como el candidato de la continuidad de Merkel. El año pasado se reunió con el presidente galo, Emmanuel Macron, y se disculpó en nombre del Gobierno alemán por tardar en reaccionar a las peticiones de reformas de la UE.
En principio, Laschet tendrá menos autoridad que Merkel, que a menudo pudo arrastrar al ala derecha euroescéptica de su partido a donde no quería ir. Pero los conservadores, aunque siguen siendo el bloque más numeroso, con un 28% de apoyo, según un sondeo de Politico, son una fuerza menguante en comparación con los Verdes. Codirigidos por la candidata a canciller Annalena Baerbock, estos últimos obtienen un 21%, más del doble de su porcentaje de votos en las elecciones de 2017. Por tanto, el Gobierno de coalición más probable tras las elecciones de septiembre es, con diferencia, uno relativamente equilibrado entre el bloque conservador y los Verdes.
El partido de Baerbock quiere que Bruselas tenga más poderes para recaudar sus propios ingresos fiscales y emitir bonos. Los Verdes también han pedido una mayor inversión en infraestructuras y tecnologías respetuosas con el medio ambiente.
Eso es un buen augurio para reformas sensatas de las normas fiscales de la UE, conocidas como Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y la posible emisión de deuda común en el futuro. Sus políticas domésticas también encajan bien con las necesidades de la economía alemana, que requiere inversión.
Puede que Merkel haya desempeñado un papel decisivo en la negociación de los principales acuerdos europeos. Pero el liderazgo alemán en los principales proyectos financieros y económicos del bloque bien puede durar más que su mandato.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías