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Los movimientos de Erdogan ofrecen escasas recompensas

Es poco probable que el banco central turco pueda bajar mucho los tipos sin arriesgarse a un aumento de la inflación, o incluso una crisis monetaria

El nuevo gobernador del banco central turco, Sahap Kavcioglu.
El nuevo gobernador del banco central turco, Sahap Kavcioglu.BANCO CENTRAL TURCO (REUTERS)

Turquía ha resistido la tentación de reducir los costes de préstamo, por ahora. El nuevo jefe del banco central, Sahap Kavcioglu, mantuvo el jueves el tipo principal en el 19%, al tiempo que insinuó una posible relajación.

La meta aparente de Tayyip Erdogan de flexibilizar la política monetaria se tambalea. En marzo sustituyó bruscamente al gobernador, Naci Agbal, que había subido los tipos ese mes en 200 puntos básicos, el tercer despido en el puesto en dos años. Kavcioglu parecía más proclive a complacerle, ya que había argumentado que los tipos altos pueden causar, en lugar de frenar, la inflación.

Hasta ahora, ha evitado cualquier acción brusca. Pero está preparando el terreno para una relajación. Habló de mantener los tipos por encima de la inflación. Dado que la anual superó el 16% en marzo, puede subirlos hasta 300 puntos. Mientras, la promesa de marzo de mantener una política monetaria estricta “durante un período prolongado” desapareció.

Pero Turquía está peor que antes. La lira ha perdido más de un décimo de su valor frente al dólar desde el nombramiento. Y, después de haber gastado más de 100.000 millones de dólares en 2020 para apuntalarla, la entidad solo tiene 10.000 millones en reservas netas de divisas, el nivel más bajo desde 2003, lo que le da poca capacidad para luchar contra una liquidación. Además, los turcos están evitándola en los depósitos.

Eso significa que la inflación puede seguir al alza. El creciente déficit de la balanza por cuenta corriente, de 2.600 millones de dólares en febrero, es otro motivo de preocupación, sobre todo porque las restricciones implican que el turismo volverá a sufrir este año, lo que perjudicará a las exportaciones. Es poco probable que Kavcioglu pueda bajar drásticamente los tipos sin arriesgarse a un aumento de la inflación, o incluso una crisis monetaria.

Su mayor problema es la falta de credibilidad. Société Générale estima que otros 5.900 millones de dólares de capital abandonarán los activos turcos a corto plazo. Los giros del banco central hacen que un recorte de los tipos sea aún más arriesgado.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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