Latinoamérica: tirón de las materias primas y desequilibrios financieros
China es la gran apuesta bursátil para las grandes gestoras
El precio de las materias primas ha vivido una subida excepcional en los últimos meses. No solo el petróleo se ha revalorizado más de un 60% en el último semestre. También el hierro, el cobre y el aluminio han elevado su precio con fuerza. Al igual que el maíz, la soja o el algodón. Este rally está permitiendo sostener las economías de varios países de América Latina, muy dependientes de estas exportaciones.
El impacto de la crisis del coronavirus fue muy importante en la región, que el año pasado registró una contracción económica del 7%. Para este año, el FMI espera que logre crecer a una tasa del 4,6%.
El gran motor económico de la región, Brasil, es uno de los países que más se está viendo beneficiado por el rally de las materias primas, aunque su caótica gestión de la pandemia esté provocando estragos también en su economía. Sin embargo, el fuerte aumento de las exportaciones tiene una cara negativa, y es que se están empezando a disparar las expectativas de inflación y el IPC podría acabar el año por encima del 5,2%, según cálculos de Bank of America Securities.
Con todo, el Gobierno de Jair Bolsonaro ha puesto en marcha un programa de concesiones para la construcción de nuevas infraestructuras públicas, lo que ha despertado un importante apetito inversor por parte de gestoras internacionales.
Desde la gestora Franklin Templeton defienden que el país es lo suficientemente grande, al igual que sus empresas cotizadas, para atraer la atención de los inversores y señalan oportunidades en el ámbito de la inclusión financiera, las nuevas tecnologías y la digitalización.
En el caso de México, la otra gran economía de la región, los analistas alertan de que las políticas macroeconómicas adoptadas, muy restrictivas, podrían lastrar el crecimiento.
“Estados Unidos y México han tenido una evolución muy paralela en los últimos 20 años, pero ahora parecen haberse desacoplado. En parte, porque Washington adoptó unas políticas fiscales muy expansivas, mientras que México no lo ha hecho”, explican desde el equipo de análisis de Bank of America.
El tirón de China
China ha propinado una cura de humildad a los países occidentales en su gestión de la pandemia. Pese a ser el foco irradiador del coronavirus, su rápida adopción de medidas drásticas le permitió controlar el problema muy pronto y recuperar la normalidad mucho más rápido que el resto. También desarrolló su propia vacuna contra el Covid en tiempo récord.
Esta gestión ejemplar hizo que en 2020 fuera uno de los poco países del mundo que no tuvo una contracción económica. Su producto interior bruto (PIB) creció un 2,3%, mientras que otra economía emergente como India sufrió un desplome del 8%. Las políticas públicas adoptadas por las autoridades chinas durante la última década para ir sustituyendo las exportaciones por una mayor demanda interna resultaron vitales.
Para este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento de la economía china del 8,4% y las grandes gestoras internacionales consideran que el país asiático es uno de los más atractivos para invertir en Bolsa. De hecho. China es el destino predilecto de inversión en economías no occidentales.
Para la prestigiosa firma francesa Carmignac, la renta variable china mantiene un gran potencial. La boutique lleva años decantándose por este mercado y para 2021 considera que sigue teniendo los mimbres para conseguir mejores retornos que otros mercados. “Hay que recordar que el país no ha tenido que poner en marcha grandes paquetes fiscales para afrontar el coronavirus, por lo que tienen una situación financiera más saneada”, apuntan desde la entidad.
En Credit Suisse recuerdan que China tiene un muy buen posicionamiento en compañías tecnológicas, como empresas de ventas online, fabricantes de semiconductores, robótica, digitalización.... “Creemos que la Bolsa china va a registrar buenos rendimientos en 2021, dada la contención de la pandemia y su fortaleza económica”.
Esta misma semana se hacía pública la inversión en el gigante de las compras por internet Alibaba por parte de Charlie Munger, uno de los inversores más prestigiosos de Estados Unidos junto con su socio Warren Buffett. Es una de sus primeras inversiones fuera de su país de origen.