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Director general de Adecco en España

Íker Barricat: “Echo en falta que la formación tenga más peso en los fondos europeos”

Este experto en gestión del empleo cree que se está viviendo un "drama" laboral que exige que no se penalice a las empresas con sobrecostes o recortando su flexibilidad

Íker Barricat, director general de Adecco en España en un momento de la entrevista con Cinco Días.
Íker Barricat, director general de Adecco en España en un momento de la entrevista con Cinco Días.
Raquel Pascual Cortés

Un experto en gestión del empleo como Íker Barricat (Barakaldo, País Vasco, 1973), director general de Adecco en España, tiene claro que lo que está viviendo el mercado laboral español es “un drama”. Pero también cree saber qué se debe hacer y qué no, para mitigarlo. Entre las soluciones que aporta está “que el Gobierno visualice” las bondades de la colaboración público privada en la gestión e intermediación del empleo, que el servicio público se abra a colaborar con profesionales y pone como ejemplo la sanidad, sin llegar a su privatización, matiza. Al tiempo, desaconseja algo que planea el Gobierno: “no es momento de penalizar la temporalidad ni restar flexibilidad a las empresas”.

R. Las empresas de trabajo temporal (ETT) han dejado de hacer uno de cada cuatro contratos durante la pandemia, ¿Cómo ha arrancado 2021?
R. Las perspectivas que teníamos para este año y que mantenemos porque somos optimistas son bastante buenas. Aunque desafortunadamente la primera parte del año está siendo un poco más débil de lo que esperábamos. Calculamos que no retornaremos a los resultados precrisis hasta dentro de dos o tres años.
R. ¿Cree que se debería haber optado por salvar la Semana Santa?
R. No. Ahora mismo toca ser muy responsables y apuntalar la recuperación. No se puede ir más rápido. Debemos ser decididos en las medidas que se tomen en los próximos meses y no se trata de salvar la Semana Santa sino de que, poco a poco, las vacunas y la mejora sanitaria traigan la recuperación económica.
R. ¿Cómo ha cambiado la pandemia a una empresa como Adecco?
R. Ha habido muchos cambios. Ya veníamos observando la necesidad de la digitalización, la existencia de nuevos modelos laborales o sistemas más sostenibles de producción. Son tendencias que el Covid ha acelerado. Pero todo esto no va a afectar a la filosofía de Adecco, que apuesta por el talento y por las personas. Los cambios no hubieran sido posibles sin los buenos profesionales. De hecho, uno de los grandes cambios en las empresas es que hemos tenido que ser mucho más ágiles en la toma de decisiones y en su capacidad de implantarlas.
R. Hablando de digitalización ¿Qué papel puede jugar una ETT en estos procesos?
R. Cuando se habla de digitalización tendemos a pensar que nos referimos a tecnología, pero en realidad hablamos de las personas que tienen que adaptar el uso de esa tecnología. Ahí podemos dar a las empresas un servicio integral. Primero a identificar dónde tienen el talento y, sobre todo, qué profesionales necesitan y no tienen y proporcionárselos o recualificarles. Y, finalmente, si en el proceso es inevitable una reestructuración, podremos ayudar a los afectados a recolocarse.
R. Esa labor de recolocación que también hacen ¿podría tener más protagonismo en el nuevo modelo de ERTE?
R. Sí. Si no tomamos las decisiones adecuadas podemos tener un problema como en la crisis de 2008. Por eso ahora el principal objetivo común debe ser llegar a un pacto por el empleo que garantice el menor impacto de la crisis en las personas. Es capital que el Gobierno tome decisiones legislativas para recolocar a los trabajadores. En particular, ver cómo se fomenta la contratación del talento sénior.
R. Ahora van a llegar miles de millones de fondos europeos para la reestructuración ¿se están gestionando bien?
R. Aún es pronto para evaluar la ejecución de los fondos. Estamos en una fase previa de ver dónde se van a invertir y en eso estoy razonablemente de acuerdo (digitalización, sostenibilidad, cohesión social e igualdad). Pero echo en falta que la formación tenga un peso específico mayor. Porque al final la digitalización y, en general, todo proceso de cambio productivo requiere un modelo de capacitación. El trabajador no va a poder hacer cosas diferentes con las mismas capacidades. Es imprescindible que una parte importante de esos fondos acaben llegando directa o indirectamente a la cualificación. También me preocupa que esos fondos lleguen de verdad a las pequeñas y medianas empresas. Los responsables sí deben dedicar un poco de tiempo a garantizar eso. No podemos perder de vista que no hay seis millones de parados como en 2008, pero hay cuatro y además 800.000 personas en ERTE y medio millón de autónomos a medio gas. En ese escenario se pueden cambiar cosas, se puede mejorar la reforma laboral, pero es importante que ahora se proteja a las empresas no incrementando sus costes y no reduciendo su flexibilidad.
R. Ha hablado de la contrarreforma laboral, pero el Gobierno, además, quiere penalizar la contratación temporal y extremar su control...
R. Estoy de acuerdo con que España tiene unos niveles de temporalidad inaceptables. Pero se tiende a equiparar temporalidad y precariedad y no siempre es así. Hay que abogar por un modelo de temporalidad ordenado como el de las ETT. En cuanto a la intención de reforzar la causalidad de los contratos temporales estoy encantado. Tiene que ser así y que se usen solo en los puestos donde se requiera flexibilidad. Lo que hay que hacer no es penalizar innecesariamente sino atacar esa causalidad que no es conforme a la ley desde el punto de vista de la Inspección y la sanción. Estamos de acuerdo en revisar los modelos de contratación y de relaciones laborales pero no es momento para penalizar incrementar los costes y no es momento para reducir la flexibilidad de las empresas porque tenemos un drama laboral y al final son las empresas las que crean el empleo.
R. Otro asunto en juego en la reforma del mercado de trabajo es el papel de la colaboración público privada en la intermediación laboral que les puede abrir un gran nicho de negocio ¿Qué hay de esa posibilidad que no termina de tener éxito?
R. Cuando hablé de un gran pacto por el empleo me refería fundamentalmente a redefinir las políticas activas (formación) y las de intermediación. Ya hay cuatro millones de parados y, potencialmente, otro millón que puede quedarse en el desempleo en los próximos meses si no somos capaces de recolocarles y reactivar la economía. Estas personas van a necesitar una ayuda y se ha demostrado que la colaboración público-privada es capaz de llegar a más gente con un menor coste y una mayor calidad. Lo importante es qué debe ser responsabilidad exclusiva de los servicios públicos de empleo y en cuáles pueden entrar los profesionales del sector. Lo veo, salvando las distancias, como la colaboración público-privada en sanidad. Cuando el sistema público necesita un refuerzo, los expertos del sector pueden darle ese apoyo.
R. ¿Cómo podría articularse?
R. Tenemos un conocimiento muy detallado en lo que demandan las empresas y lo que necesitan los sectores e incluso tenemos la capacidad de invertir en la cualificación de las personas. Durante toda la pandemia se cayó una parte importante del negocio con la hostelería y lo que hicimos fue conectar las delegaciones que tenían más actividad con la parte del e-comerce y la logística y lo que hicimos es una transferencia de perfiles de un sector a otro. Por ejemplo, de la restauración al sector agro. Se trata de reubicar gente de sectores dañados en otros que necesitan más actividad. Hemos conseguido que de la hostelería se vaya mucha gente a la logística y es algo en lo que podemos ayudar a los servicios públicos para que lo hagan.
R. ¿Están negociando ya esa colaboración con el Gobierno?
R. Tenemos buena interlocución y nos vamos a dejar la piel porque podemos aportar muchísimo en el modelo de colaboración publico-privada sobre todo identificando dónde está la demanda, a qué personas se puede reubicar, como recualificarlas y ejecutar el cambio y que terminen con un empleo en otro sector. Tenemos infraestructura para ello. Espero que el Gobierno sea capaz de visualizarlo.

Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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