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Deliveroo es un desabrido aperitivo para la reforma británica de las OPV

Su desastroso debut debería de frenar el impulso desregulador de Londres, aún no materializado

Repartidor de Deliveroo en París, en febrero.
Repartidor de Deliveroo en París, en febrero.Francois Mori (AP)

La presión de la City de Londres para flexibilizar las normas de cotización en Bolsa acaba de sufrir un gran revés. Las acciones de Deliveroo se desplomaron hasta un 30% este miércoles por la mañana, a medida que los inversores se alejaban de su muy publicitada oferta pública de venta, que valoraba la empresa de comidas sobre ruedas en 7.600 millones de libras (8.900 millones de euros). Los políticos británicos consideraron el deficitario grupo como un atractivo aperitivo para su campaña destinada a persuadir a más empresarios para que coticen en Londres. El fracaso debería hacerles replanteárselo.

La empresa, con ocho años de antigüedad, cumplía muchos requisitos para las autoridades deseosas de eliminar los obstáculos que pudieran disuadir a las startups de cotizar en Londres.

Dos informes patrocinados por el Gobierno han propuesto permitir que las empresas con acciones con supervoto obtengan una cotización “prémium” en la Bolsa de Londres. El fundador de Deliveroo, Will Shu, ha introducido una estructura que le permite mantener el control de la empresa, aunque solo posea el 6%.

Los políticos están dispuestos además a facilitar la participación de los inversores minoristas en las ofertas bursátiles: Deliveroo vendió acciones por valor de 50 millones de libras (59 millones de euros) a 70.000 clientes que se inscribieron a través de su aplicación para smartphone.

Aunque el Gobierno aún no ha modificado formalmente sus normas, consideró la decisión de Deliveroo de cotizar en Londres como un primer respaldo a la reforma. El ministro de Hacienda, Rishi Sunak, calificó la noticia de “fantástica” a principios de mes.

La debacle de Deliveroo debería de frenar el impulso desregulador. Los inversores institucionales que rechazaron la oferta, como Aviva y Aberdeen Standard Investments, tienen ahora más argumentos para mantener a las empresas con acciones con supervoto fuera de índices de referencia como el FTSE 100.

Es de suponer que los políticos se replantearán la conveniencia de animar a los inversores minoristas a invertir sus ahorros en acciones de riesgo. Mientras, los planes para facilitar la salida a Bolsa de las sociedades de adquisiciones de propósito especial (SPAC) en Londres también se enfrentarán a un mayor escrutinio.

Un enfoque probablemente más cauteloso de la desregulación puede obligar a otras empresas emergentes como Wise, la compañía de pagos, a replantearse sus planes de cotización. También puede hacer que más empresas británicas sigan a Cazoo, el concesionario de coches online que esta semana ha presentado una fusión con una SPAC cotizada en Estados Unidos.

Pero siempre fue un error reescribir apresuradamente las normas de cotización en medio de un boom bursátil. A la larga, Deliveroo puede haber hecho un favor a los inversores.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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