El mercado europeo, lejos de EE UU en instrumentos de inversión
El lanzamiento de SPAC en Europa está en ascenso aunque es hasta ahora casi testimonial. No hay, por el momento, vehículos en proyecto para cotizar en España y su desarrollo se prevé más lento
La eclosión de las SPAC en Wall Street es el último ejemplo del océano que separa el mercado bursátil estadounidense del europeo. Frente a la ebullición en EE UU, las salidas a Bolsa de estos vehículos en Europa son testimoniales y la inmensa mayoría de los promotores europeos de SPAC optan por lanzar sus proyectos en la Bolsa neoyorquina. Solo Ámsterdam está despuntando tímidamente como el polo europeo desde el que atraer la fiebre corporativa que desencadenan las SPAC, y en este movimiento, el mercado español está aún lejos de acoger el estreno de uno de estos vehículos de inversión.
La intensa actividad que están desarrollado las SPAC en EE UU se fundamenta en gran parte en el arraigo de la Bolsa como fuente de financiación de las empresas del país, en un mayor apetito por el riesgo y en una regulación financiera más flexible, según explica Isabel Giménez, directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros. “En EE UU no se da el monopolio de la banca que existe en Europa en cuanto a financiación a las empresas y la regulación europea es mucho más prudente”, afirma. Pero, salvando las distancias, el mercado europeo también empieza a moverse para no perder el tren de las SPAC, antes de que el fin de la expectativa de fuerte crecimiento económico vuelva a adormecerlas.
“El fenómeno de las SPAC ha llegado a Europa, hay mucho apetito entre posibles promotores e inversores, pero su desarrollo depende del grado de adaptación de los distintos marcos regulatorios. Países como Holanda o Luxemburgo están siendo las primeras plazas elegidas por las SPAC cotizadas en Europa. Es cuestión de tiempo que veamos salidas a Bolsa de SPAC en otros países europeos, incluyendo España”, asegura Pedro Sansó, managing director de Citi y responsable de fusiones y adquisiciones para España y Portugal.
Por lo pronto, la CNMV ve con buenos ojos esta fórmula de inversión, según reconocía esta semana su presidente. Rodrigo Buenaventura señaló que el organismo lleva tiempo estudiando el encaje de este producto en el mercado español, que a día de hoy sería posible aunque lo ideal sería realizar algunos ajustes regulatorios para su lanzamiento. Aun así, ningún proyecto está todavía maduro para ser la primera SPAC española en cotizar en el mercado nacional e inversores como Martín Varsavsky y Eduardo Montes han acudido a Nueva York para lanzar sus vehículos. La onda expansiva de las SPAC sí llega por tanto a España, pero los promotores y el capital patrio optan por cotizar en EE UU.
“Por el momento, no tenemos SPAC previstas para listar en España”, reconoce Patrick Frowein, codirector de banca de inversión de Deutsche Bank para EMEA. El ejecutivo admite que hay mucho interés y prevé que 2021 será un año mucho más activo en SPAC en Europa que 2020. “Tenemos proyectos de SPAC europeas en cartera con interés en cotizar en Estados Unidos, pero también cada vez hay más SPAC que están mirando salir en el mercado europeo”, asegura.
El mejor posicionado
Ámsterdam, que tras el Brexit se está consolidando como la principal plaza bursátil europea, es el mercado mejor posicionado para atraer la actividad de las SPAC a Europa, aunque las cifras sean casi irrisorias en comparación con Wall Street. En 2020, el volumen de salidas a Bolsa de SPAC en mercados europeos alcanzó los 7.015 millones de euros con 25 operaciones, y en lo que va de año, la cuantía asciende a 3.496 millones, con 16 operaciones, según datos de Dealogic. Citi es el banco de inversión que domina en el mercado europeo de las SPAC, seguido de Deutsche Bank.
En España, más allá de ciertos obstáculos regulatorios, el desarrollo de las SPAC también se topa con la propia estructura empresarial del país, con menor presencia de inversores promotores de este vehículo y de compañías susceptibles de ser objeto de unas compras que se dirigen con especial interés al mundo de la tecnología. “En España podrían surgir oportunidades para crear una SPAC, pero el número de iniciativas que encajan bien con este concepto hace que sea difícil que llegue a ser un fenómeno significativo en valor absoluto”, opina Noelle Cajigas, socia responsable de mercado de capitales de KPMG en España.
Las salidas a Bolsa tradicionales sí van a registrar una inusitada actividad en España en los próximos meses, con al menos seis estrenos previstos para el primer semestre. Una tarea que ya va a requerir los esfuerzos del regulador del mercado español. Si a ello se suma que sea necesario un ajuste regulatorio para el desarrollo patrio de las SPAC, en un momento de acuciantes prioridades económicas y políticas para el Ejecutivo, será difícil ver el lanzamiento de uno de estos vehículos en España en los próximos meses.
Promotores europeos de renombre
Francia. En Europa también surgen destacados promotores de estos vehículos de inversión, aunque la Bolsa estadounidense sea luego el destino predilecto de cotización. Uno de los anuncios de creación de SPAC más sonados ha sido la asociación del fundador de LVMH, Bernard Arnault, con Jean-Pierre Mustier, ex consejero delegado de Unicredit, quienes prevén lanzar este vehículo de inversión en la Bolsa de Ámsterdam. Siguen así los pasos de otros empresarios y ejecutivos europeos que ya han puesto en marcha sus SPAC. El empresario de telecomunicaciones Xavier Niel y el banquero Matthieu Pigasse sacaron a la Bolsa de París en diciembre su SPAC 2MX Orgánica, con la que han levantado 300 millones de euros de financiación.
Exbanqueros. Los exbanqueros, habitualmente premiados con millonarias cuantías en la retirada de sus cargos, abundan entre los promotores de SPAC. Uno de los ejemplos más recientes es el del expresidente ejecutivo de Commerzbank, Martin Blessing, que también ha lanzado una SPAC en Ámsterdam con la que pretende recaudar hasta 415 millones de euros.