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Brookfield, KKR, Allianz, Macquarie y Couche-Tard pujan por Repsol Clientes

El grupo espera cerrar la operación antes de fin de año

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, y Antonio Brufau, presidente de Repsol.
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, y Antonio Brufau, presidente de Repsol.

Repsol avanza en la venta de una participación minoritaria de su filial comercial. Tiene sobre la mesa las muestras de interés de cuatro fondos de infraestructuras: Brookfield, KKR, Allianz y Macquarie. Y una del grupo canadiense de distribución Couche-Tard. La filial está valorada en 10.000 millones.

Repsol trabaja por poner a pleno funcionamiento el plan estratégico que comunicó al mercado en noviembre. Junto a la salida a Bolsa o venta de una minoría de su filial de renovables, la compañía que pilota Josu Jon Imaz quiere poner en valor uno de sus activos estrella. Se trata de su filial de clientes, que acaba de crear y que aglutina a 24 millones de usuarios en negocios como gasolineras, electrolineras, carsharing (Wible), tiendas de conveniencia, de la comercialización de electricidad y gas a particulares, de soluciones energéticas y de lubricantes.

Para ello, la compañía encargó la venta de alrededor de un 25% del capital a Citi, como adelantó CincoDías. También sopesó la posibilidad de activar una salida a Bolsa, una opción que ahora ha perdido enteros.

La petrolera ya cuenta con las primeras muestras de interés. Son, en su mayoría, de fondos de infraestructuras. Entre ellos figuran el gigante canadiense Brookfield, el estadounidense KKR, el fondo de la aseguradora Allianz y el australiano Macquarie, según indican fuentes financieras a CincoDías. La agencia Bloomberg suma a esta lista a la compañía canadiense Couche-Tard, que hace unos pocos meses trató de hacerse con Carrefour, pero se enfrentó a un veto del Gobierno francés. No obstante, el proceso va lento. Las ofertas son solo preliminares y no se descarta que aparezcan nuevos contendientes. El calendario apunta a que la operación se cerrará en la segunda mitad del año.

La cifras de esta filial son mareantes. Las valoraciones por el 100% parten de los 10.000 millones, por lo que ese 25% en venta estaría valorado en 2.500 millones. La capitalización de la firma era de 15.930 millones al cierre de ayer. Repsol no venderá los activos, sino una filial que aglutina la operativa.

La capacidad de generación de flujo de caja libre de esta división es además elevada, con 600 millones el año pasado y previsiones de llegar a los 800 millones en cinco años.

El crecimiento del ebitda, del 40%, supondría replicar el incremento que ha experimentado esta área desde los 700 millones de 2015 hasta los 1.000 millones actuales. Estos se reparten entre los servicios de movilidad (con los clientes de las estaciones de servicios como piedra angular), que aportan 700 millones, los 200 millones procedentes del butano y del propano, los 100 millones del área de lubricantes y los simbólicos 40 millones de la electricidad y el gas minoristas.

Apuesta fuerte

Este negocio, sin embargo, ha sido una de las grandes apuestas de Repsol en los últimos años. Ha construido su comercializadora de luz y gas sobre los cimientos de la que adquirió a Viesgo en 2018, junto con los activos verdes de la compañía cántabra, que integran la filial renovable que Repsol quiere sacar a Bolsa a través de una ampliación de capital (OPS).

La misión es aumentar hasta los dos millones el número de consumidores de electricidad y gas, lo que supondría un crecimiento del 82% desde los 1,1 millones actuales. Ya cuenta con 250.000 usuarios con ofertas conjuntas y otros 200.000 en su servicio de alquiler de coches por minutos en Madrid.

El área se propone fidelizar al cliente, a imagen y semejanza de lo que hacen los bancos, para que Repsol sea su marca de referencia en todo lo relacionado con la energía y realizar ventas cruzadas. Aquí juegan su papel las tiendas de conveniencia de su red, con más de 4.300 estaciones de servicio, en alianza con El Corte Inglés, el negocio de autoconsumo de energía renovable. También entran en la ecuación los compradores de sus bombonas de butano y de propano. Son en total 24 millones de clientes, de los que 10 millones están registrados y dos millones son digitales. El plan estratégico prevé que estos últimos, los más rentables, lleguen a ser ocho millones en 2025. Repsol especifica también que potenciará sus plataformas digitales.

Tasación de unas 10 veces el ebitda

La filial de clientes obtuvo un ebitda, sobre el papel, de 1.000 millones de euros en 2019. Es un valor teórico, puesto que la segregación de esta división aún está en proceso, si bien se detalló en el plan estratégico que presentó a finales del año pasado. El objetivo de Repsol es lograr al menos una valoración para esta área de negocio equivalente a 10 veces su ebitda, de ahí que surja la cifra mágica de 10.000 millones de euros. En los resultados del año pasado, no segregó cuánto obtuvo esta división. El objetivo es que la cantidad se dispare hasta los 1.400 millones en 2025, año en que concluye el plan estratégico. Repsol prevé que el número de clientes digitales para entonces haya pasado de los dos millones actuales hasta los ocho millones. El área se propone fidelizar al cliente para que Repsol sea su marca de referencia en todo lo relacionado con la energía y realizar ventas cruzadas. Las fuentes financieras consultadas señalan que el socio ideal –pese a que también hay industriales interesados, como Couche-Tard, según Bloomberg– sería un inversor financiero que pueda ampliar su participación en el futuro.

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