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Dictamen bienal

La EBA alerta a la banca sobre el potencial riesgo de blanqueo derivado de la crisis por el Covid-19

Alerta de forma específica, además, sobre potenciales usos irregulares de fondos públicos de ayuda por la pandemia

 La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) se ha puesto en alerta ante un potencial auge en los riesgos de blanqueo de capitales derivados de la situación creada por la crisis de la pandemia como podría ser una eventual brecha de seguridad en negocios que busquen compensar su pérdida de actividad tradicional incorporando clientes desconocidos.

En su dictamen bienal sobre los riesgos de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, recogido por Servimedia, el organismo avisa de que la crisis puede "haber tenido un impacto negativo en el cumplimiento de las normativas" para evitar dichas exposiciones por parte de las empresas si se han lanzado a buscar clientes de los que puedan no tener un conocimiento exhaustivo digitalizando su negocio o han entrado en productos y geografías con leyes endebles o más expuestas.

"Desde el inicio de la pandemia del Covid-19, las empresas tuvieron que adaptarse rápidamente y existe la preocupación de que algunos no estén lo suficientemente bien equipados para mitigar los riesgos contra el blanqueo de capitales y financiación del terrorismo resultantes de manera efectiva", explica el organismo dirigido por el español José Manuel Campa.

Alerta de forma específica, además, sobre potenciales usos irregulares de fondos públicos de ayuda por la pandemia "que las empresas bajo presión para pagar puedan estar mal equipadas para gestionar", y fraudes relacionados con la venta de productos médicos que las compañías "pueden haber encontrado difíciles de integrar rápidamente en sus sistemas de monitorización".

Según reconoce en el estudio, las entidades y supervisores ya están avisadas, puesto que las Unidades de Inteligencia Financiera (UIF) y las autoridades policiales en toda la UE han avisado de que las "tipologías delictivas relacionadas con la pandemia incluyen fraudes y estafas relacionadas con la venta indebida de productos médicos, mal uso de fondos gubernamentales y de emergencia, así como múltiples intentos por parte de los delincuentes para infiltrarse en la economía aprovechando las mayores vulnerabilidades de algunos grupos socioeconómicos y pequeñas empresas afectados por la crisis".

A la autoridad que elabora los test de estrés al conjunto de la banca europea y muchas de sus normas le preocupa que "puedan exponer al sector financiero a riesgos adicionales" en una materia tan relevante y sensible, como también que la capacidad de las autoridades competentes pueda haberse visto mermada a la hora de garantizar la supervisión continua de las empresas en el contexto actual de restricciones de movimiento.

Reanudar las actividades "in situ"

Si bien reconoce que la pandemia ha obligado a las autoridades de supervisión a "realizar sus actividades de supervisión de forma remota mediante la realización de inspecciones virtuales", les conmina a "tener procesos establecidos para identificar y monitorear los riesgos emergentes en su respectiva jurisdicción y revisar y ajustar su enfoque de supervisión y estrategia cuando sea necesario".

De forma específica "alienta" además a los organismos supervisores a "reanudar sus actividades in situ", con las inspecciones desde dentro de las entidades financieras para atajar problemas porque resulta "esencial" evitar dichos riesgos "para salvaguardar la integridad del sistema financiero de la UE".

En previsión de problemas, la EBA ya emitió en marzo del 2020 un comunicado sobre las acciones para mitigar los riesgos de delitos financieros en el marco de la pandemia y donde recordó a las autoridades competentes "que los delitos financieros siguen siendo inaceptables, incluso en tiempos de crisis como el brote de Covid-19".

La EBA ha ido completando dicha declaración con novedades en sus boletines y el contacto con los organismos, organizando incluso mesas de discusión sobre el impacto de la pandemia en la supervisión en la UE para facilitar el intercambio de buenas prácticas.

En el documento reconoce además que 32 de las 52 autoridades competentes que han colaborado para el informe reconocen en sus respuestas al cuestionario de la EBA que han identificado riesgos específicos relacionados con la pandemia.

El documento efectúa un análisis con recomendaciones sobre todo tipo de prácticas o actividades que puedan exponer a la banca al riesgo de blanqueo y financiación del terrorismo, incluyendo algunos identificados en anteriores documentos como los asociados a las monedas virtuales o los servicios financieros innovadores.

En la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación de actividades ilícitas las normas obligan a la banca a mantener férreos controles y reportar cualquier operación sospechosa, pero el colectivo de empresas obligadas a esta monitorización es muy amplia e incluye, por ejemplo, a inmobiliarias, casas de apuestas, joyerías, empresas de cambio de moneda o transferencias de remesas de fondos, bufetes, notarios o empresas que comercien con objetos de arte.

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