La banca dispara un 36% la compraventa de deuda y supera los 5.000 millones
Recupera niveles del ejercicio 2017
En un año en el que la banca española ha registrado elevadas pérdidas por las millonarias provisiones que se ha anotado ante el posible futuro impacto del Covid-19 en sus carteras crediticias, el sector ha buscado vías de ingresos para suplir la caída de los intereses y del negocio tradicional. Una de estas alternativas son las operaciones financieras (ROF), en la que se agrupan las operaciones de compraventa a corto plazo (trading) en Bolsa y renta fija, que el año pasado se elevaron un 36,2%, hasta los 5.211,1 millones de euros.
Este importe implica volver a niveles no vistos desde 2017, tras dos años en los que esta partida registró un comportamiento más reducido. No obstante, si solo se incluye el resultado derivado de las operaciones financieras en España las ganancias se reducen a 2.258 millones, una 6% más que a cierre de 2019.
Las ocho entidades cotizadas trataron en el año de la pandemia de sacar brillo a su cartera de negociación, integrada por títulos tanto de renta fija –bonos y obligaciones– como de renta variable, opciones y futuros, si bien no todas lo hicieron en igual cuantía ni lograron el mismo éxito.
Solo tres entidades lograron el año pasado incrementar el ROF: Santander, BBVA y Sabadell. La entidad presidida por Ana Botín elevó el resultado por operaciones financieras un 42,8%. Incremento que sin tipo de cambio sería del 56%. Se trata de una partida que supone un 5% de los ingresos de la entidad y que se vio favorecida en 2020 por impacto favorable de las coberturas de tipos de cambio, las ventas de carteras y la gestión de la volatilidad de los mercados, apunta la entidad en sus cuentas.
En el caso de BBVA, el aumento de los resultados por operaciones financieras fue del 22,3%, hasta los 1.692 millones de euros.
Más llamativa es la subida del ROF de Banco Sabadell, del 534,92%, hasta los 800 millones de euros. Un elevado incremento que desde la entidad explican por la venta de bonos de la cartera a coste amortizado. La entidad recurrió a este instrumento esencialmente en el cuarto trimestre del año, cuando se situó en 622 millones, al vender deuda para neutralizar el impacto de los planes de reestructuración y de parte de las ventas de carteras de activos problemáticos (NPA) por más de 1.200 millones de euros, que tuvieron un impacto negativo de 380 millones. Una reestructuración que llegó tras la ruptura de las negociaciones para una eventual fusión con BBVA y su decisión posterior de seguir en solitario y vender su filial británica TSB.
Gonzalo Sánchez, gestor de renta variable para España y Portugal de Gesconsult, explica que la evolución del mercado de deuda ha jugado un papel protagonista en el resultado obtenido por el conjunto del sistema financiero español vía operaciones financieras. Después del fuerte repunte que experimentaron las rentabilidades durante los meses de marzo y abril, un periodo marcado por el estallido de la crisis y el confinamiento, las medidas puestas en marcha por los bancos centrales devolvieron la tranquilidad al mercado. Mientras las rentabilidades caían, el precio, que se mueve de manera inversa, subía, lo que traduce en ganancias para los inversores.
Pero como en todo, el buen desempeño logrado en 2020 gracias a las operaciones financieras tiene sus pros y sus contras. Si bien Sánchez considera que el resultado obtenido ha ayudado a compensar las pérdidas registradas por las fuertes provisiones efectuadas para hacer frente a los futuros impagos derivados de la crisis del Covid-19, la rentabilidad futura se ve reducida. Las entidades se enfrentan ahora al reto de rehacer sus carteras en un contexto en el que el recorrido de algunos activos como la deuda es limitado.
En el lado de las ventajas, el experto señala que en un contexto de repunte de la inflación es de esperar que las rentabilidades de la deuda suban. El haber deshecho la cartera de deuda ha permitido a los bancos lograr plusvalías y blindarse de las pérdidas que acompañarán al alza de los rendimientos. “Las entidades podrán volver a tomar posiciones cuando los rendimientos hayan repuntado a unos niveles razonables”, explica.
Liberbank, a la cola
Seis millones. De las cinco entidades que obtuvieron un peor resultado vía operaciones financieras, Liberbank lideró los recortes. La entidad, en pleno proceso de fusión con Unicaja, recortó un 73% el ROF, que cerró 2020 en los 6 millones, que proceden principalmente de las ventas de renta fija, los resultados de coberturas y los ajustes de valoración de instrumentos financieros contabilizados a valor razonable. Bankia lo redujo un 50,67% (147 millones, lejos de los 433,68 logrados en 2018); Bankinter lo contrajo un 26%; CaixaBank, un 20%, y Unicaja, un 9%.