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Las restricciones para frenar las nuevas cepas alejan la economía de la recuperación

La tercera ola del coronavirus se agiganta en Europa a lomos de las nuevas variantes

Medidas Covid Tercera ola
Belén Trincado / Cinco Días

La tercera ola del coronavirus se expande por Europa a un ritmo frenético, impulsada por las nuevas variantes sudafricana y británica, detectadas ya en un buen número de países. Comercios y actividades no esenciales cerrados, confinamiento domiciliario, toque de queda… ante esta situación, con países como Reino Unido y Alemania en el peor momento de toda la pandemia, batiendo récords de muertes y contagios en las últimas semanas, Europa ha echado el cierre progresivamente, desde el confinamiento total en Portugal o el país británico, hasta las medidas más laxas (en comparación al resto de autonomías) de la Comunidad de Madrid en España.

A la espera, no solo de que la vacunación avance, sino de que se pruebe eficaz contra las nuevas cepas y para cortar la transmisión del SARS-CoV-2, los expertos sanitarios urgen a tomar más medidas para frenar el avance del virus, que puede colapsar los servicios hospitalarios. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, advirtió el jueves en rueda de prensa que la cepa británica será la “dominante” en marzo en España, mientras que el primer ministro británico, Boris Johnson, ha asegurado ayer de que empieza a haber evidencias de que esta variante es más mortal. Concretamente, un 30% más en los mayores de 60 años.

Mientras el Gobierno de España espera que las medidas que surtieron efecto durante la segunda ola en otoño (la incidencia pasó entonces de 524 casos por cada 100.000 habitantes a 189 en un mes) sirvan para bajar la transmisión del virus esta vez también, las comunidades braman por no poder aplicar medidas más restrictivas, como en Francia o Reino Unido. Especialmente, la discordia entre administraciones la ha sembrado el rechazo del Ejecutivo a adelantar el toque de queda a las 20:00 horas, como pedían 13 autonomías. Actualmente, solo Castilla y León lo impone a esa hora, decisión que fue recurrida ante los tribunales por el Gobierno central.

El Covid-19 ha ocasionado una crisis inédita. Las economías europeas comenzaban a reactivarse en el tercer trimestre de 2020, pero la mala evolución del virus de los últimos meses ha forzado a los gobiernos europeos a tomar de nuevo medidas muy drásticas que ponen en jaque a la economía.

El Reino Unido impuso el 5 de enero un confinamiento igual de severo al de marzo, cuando detectaba alrededor de 60.000 nuevos contagios al día y su incidencia acumulada se aproximaba a 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Después de alcanzar su máximo el 12 de enero, con 1183 casos, las medidas empiezan a surtir efecto y la tendencia es descendente. En Portugal se optó por esta opción desde el 14 de enero, después de registrar máximos de muertes y contagios en toda la pandemia. Este jueves ha decretado, sin embargo, el cierre de universidades y colegios. La incidencia acumulada en el país luso es de 1348 casos.

Francia, por su parte, apostó el 4 de enero por un toque de queda desde las 18:00, idea que gustaba en dirigentes autonómicos como el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Ñúñez Feijóo y el de País Vasco, Íñigo Urkullu. El país galo, además, exigirá una PCR negativa para entrar en su territorio desde el domingo.

En España, las regiones vienen agotando el margen que les da el estado de alarma, restringiendo reuniones y horarios. Hasta Madrid, reticente a ello, anticipa ahora el toque de queda a las 22.00 y el cierre de la hostelería a las 21.00 horas, si bien otras regiones la han cerrado totalmente.

Todas estas medidas, inevitablemente, empujan la economía lejos de la recuperación. Para el economista José Moisés Martín Carretero, alcanzar el nivel pre pandemia tendrá que esperar a 2023. “Hay tres cosas que preocupan si entramos de nuevo en caída económica: el menor ritmo de recuperación, el cierre de muchas empresas y que, como consecuencia, se produzca una cadena de impagos que afecte al sector bancario y se produzca otra crisis financiera”. “Aunque España no cierre, si la tercera ola avanza de esta manera, España lo va a notar”, añade. Multitud de previsiones que sobre 2021 se lanzaron durante el año pasado son ya papel mojado por el efecto de esta tercera ola, desatada en Europa.

De momento, Sanidad notificó ayer 42.885 nuevos casos y 400 muertes por covid, mientras que la incidencia acumulada se sitúa en los 828 casos. 62.524 dosis de la vacuna contra el Covid fueron administradas el viernes, lo que hace un total de 1.165.825 dosis, y ya son más de 68.000 las personas que han completado el proceso.

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