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Elecciones EE UU

El asalto de partidarios de Trump al Congreso de EE UU provoca el caos en Washington

Cuatro muertos tras la irrupción de manifestantes en el Capitolio El Congreso de EE UU confirma finalmente la victoria de Biden

AP

Washington vivió una jornada extrema este miércoles, que se ha saldado con cuatro muertos, tras el asalto por parte de seguidores del presidente Donald Trump de la sede del Congreso cuando los legisladores certificaban la victoria electoral del demócrata Joe Biden. Después de cuatro horas de interrupción, el Congreso reanudó la sesión y finalmente ha certificado la victoria de Biden.

Con proclamas a favor de Trump en las elecciones, cientos de seguidores del mandatario irrumpieron en el Capitolio tras desbordar a la policía que lo custodiaba, mientras dentro se celebraba una sesión de mero trámite si bien ayer se convirtió en uno de los momentos más tensos de la historia política reciente de EE UU. Las escenas de caos, con seguidores del presidente recorriendo los pasillos con banderas, ocupando despachos o sentándose en los escaños, han dado la vuelta al mundo.

Durante el asalto, cuatro personas murieron y al menos 14 policías resultaron heridos. La tensión estalló y los partidarios del presidente saliente, que se manifestaban en los aledaños del Capitolio, irrumpieron en el Parlamento tras un enfrentamiento con la Policía.

Aún hay pocos datos sobre los fallecidos en el Capitolio. Las autoridades de Washington habían informado inicialmente de la muerte de una mujer, que falleció como consecuencia del disparo de la Policía del Capitolio. Otras tres personas, que no identificaron, fallecieron como consecuencia de "urgencias médicas" que sufrieron en las instalaciones del Capitolio, dijo el jefe de la Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, en una rueda de prensa nocturna.

Ante el asalto de los manifestantes, las autoridades se vieron obligadas a evacuar de emergencia a todos los congresistas y senadores. Tras cuatro horas, el FBI logró vaciar el edificio.

Horas antes y ante una concentración a su favor en las puertas del Congreso, Trump había animado a las protestas al asegurar que "nunca" reconocerá la derrota frente al presidente electo, el demócrata Joe Biden, al reiterar sus acusaciones, sin pruebas, de fraude electoral. Todo ello mientras el Congreso de EE UU iniciaba la sesión que está llamada a investir a Biden como nuevo presidente y después de que los juzgados hayan desestimado todas sus demandas por un supuesto fraude electoral y tras haber pedido todos los recuentos que ha reclamado en los Estados clave.

"No cederemos nunca, nunca concederemos", dijo Trump a los miles de manifestantes congregados a las afueras de la Casa Blanca para la marcha "Salvar a EEUU". "Detendremos el robo", remarcó ante los gritos de sus seguidores de "Cuatro años más". Posteriormente el presidente culpó a su vicepresidente, Mike Pence, de los disturbios por no intervenir en la votación, como le había reclamado. Trump pedía que Pence devolviese los votos a los Estados para un nuevo recuento. El vicepresidente se negó y afirmó que no tenía potestad para ello.

Los ánimos se fueron caldeando, arengados por el propio presidente. Los manifestantes proTrump se enfrentaron a la Policía, se saltaron el cordón policial e irrumpieron en el Capitolio, la sede del parlamento estadounidense. Los congresistas y senadores allí congregados fueron evacuados. Entre ellos, el propio Pence, la futura vicepresidenta, Kamala Harris, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Las imágenes difundidas por la prensa mostraban  los asaltantes entraron a las cámaras e incluso ocuparon algunos de los despachos.

El Capitolio pudo ser despejado casi cuatro horas después del inicio del asalto, poco antes de entrar en vigor a las 18 horas (23 GMT) el toque de queda decretado de manera urgente por la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, y se restableció la seguridad.

Reacciones políticas

La violencia de los manifestantes provocó las críticas también de los parlamentarios del Partido Republicano. Trump se ha visto obligado a tuitear que pide que las manifestaciones sean pacíficas. "Pido a todo el mundo en el Capitolio que se mantenga en paz. ¡No violencia! Recordad, somos un partido de ley y orden. Respetamos a la ley y a los policías. ¡Gracias!", ha dicho Trump. También Pence ha llamado a pacificar los disturbios.

El presidente electo, Joe Biden, lanzó un mensaje en televisión en el que ha aludido directamente a Trump, a quien le ha pedido "dar un paso adelante", salir en televisión y pedir parar los disturbios. "Las palabras de un presidente importan", ha afirmado.

"No son protestas. Es una insurrección", ha dicho y ha alertado que "la democracia es frágil y debemos preservarla". "No representa a América y quienes somos", ha afirmado.

Minutos después, el propio Donald Trump transmitió un breve mensaje a través de Twitter en el que pidió a los manifestantes que “se vayan a casa”, pero reincidó en las acusaciones de que las elecciones fueron fraudulentas. "Os queremos. Sois especiales", dijo.

El Partido Demócrata, por su parte, se está preparando para mover ficha. Y es que los días hasta el próximo 20 de enero, cuando está previsto que Biden jure el cargo como presidente, se esperan tensos. Un congresista demócrata ha abierto la puerta a que el Senado tramite de urgencia un impeachment para que en apenas dos semanas el Parlamento destituya a Trump. Incluso reclaman a Pence que invoque la enmienda 25 de la Constitución, que permite la destitución inmediata del presidente para que el vicepresidente tome el mando.

El papel del vicepresidente y del Congreso

Horas antes de comenzar la sesión, Trump intentó convencer a su vicepresidente, Mike Pence, que la preside, de que rechace la confirmación de la victoria de Biden en la certificación de los votos del Colegio Electoral, algo que no tiene precedentes. 

"Los estados quieren que se corrijan los votos, que saben que están basados en irregularidades y fraude, además de un proceso corrupto que no recibió apoyo legislativo. Todo lo que Mike Pence tiene que hacer es enviar (los votos del Colegio Electoral) de vuelta a los estados y GANAREMOS. Hazlo, Mike ¡Es el momento de la valentía extrema!", escribió Trump en un tuit.

El vicepresidente le comunicó que no tiene el poder de bloquear la certificación de la victoria electoral de Biden y que no tiene intención de rechazar la confirmación, algo que, en todo caso, no tendría valor legal. El presidente ha culpado a Pence de los disturbios por no haber obedecido a sus órdenes y arrogarse poderse que no establece la Constitución.

En la sesión conjunta de la Cámara de Representantes y el Senado, los legisladores deben abrir y contar los certificados de los votos electorales correspondientes a cada estado del país.  Pero basta con que un miembro de la Cámara Baja y otro del Senado presenten una objeción a los resultados en uno de los estados para desatar un debate y una votación de ambas cámaras sobre la posibilidad de no contar los votos electorales en ese territorio. 

Más de cien legisladores republicanos, incluidos trece senadores, habían anunciado que presentarán objeciones a los resultados.  Tras reanudar la sesión, el Senado de EE UU ha rechazado este jueves la última de esas objeciones, en el estado de Pensilvania, el último obstáculo que planea revisar antes de que el Congreso ratifique la victoria del presidente electo estadounidense.

Nunca hubo ninguna perspectiva de que las objeciones presentadas en el Congreso prosperaran, puesto que cada uno de ellos debe superar una votación en el pleno y los demócratas, el partido de Biden, son mayoría en la Cámara de Representantes.

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