Transportes aprueba el proyecto informativo de Chamartín con un ramal de AVE a Barajas
La ampliación de la estación es clave para atender a las nuevas líneas del norte del país
El proyecto de remodelación y ampliación de la estación ferroviaria de Madrid-Chamartín, centro neurálgico de la red de alta velocidad junto a la infraestructura vecina de Atocha, ha dado un nuevo paso adelante con la aprobación del estudio informativo por parte del Ministerio de Transportes (Mitma). El proyecto contempla, como era de esperar, la futura conexión del entramado de vías de alta velocidad con el aeropuerto de Barajas.
La conexión del AVE con la terminal 4 (T4) es una antigua reivindicación desde muy distintos foros que ha sido abanderada por Iberia o el ayuntamiento de la capital. Se trata de un proyecto que ha entrado este año en la planificación de Adif, que prevé lanzar la fase de estudio este año y realizar tanto el proyecto como licitar las obras en 2022, tal y como refleja la declaración de red firmada por el gestor de la infraestructura ferroviaria.
De momento se debate aún si ese ramal entre Chamartín y el aeropuerto debe acometerse sobre el actual trazado de Cercanías u ocupar una nueva plataforma exclusiva para los trenes de alta velocidad.
Esta última, bastante más cara, es la opción defendida por la mayor aerolínea española y principal operador en Barajas. Iberia ha insistido en los últimos tiempos en que la llegada de los fondos europeos para la reconstrucción de la economía suponían una oportunidad para apostar por un enlace en el que no coincidieran las Cercanías y el AVE.
Punto estratégico
Una vez completado el expediente de información pública, la ahora llamada estación de Madrid-Chamartín-Clara Campoamor mantiene abierto el concurso para el diseño de la infraestructura y la configuración del modelo de explotación comercial, al que optan diez consorcios. El Ministerio que lidera José Luis Ábalos ha remarcado la importancia de las futuras obras, valoradas en unos 1.000 millones de euros, para mejorar la eficiencia y competitividad del sistema de transporte ferroviario y optimizar el uso de la capacidad existente.
Esta estación cercana al estadio Santiago Bernabéu, en el norte de Madrid, es clave para la gestión del tráfico que llegará con la ampliación de la red de alta velocidad en el norte del país. De forma paralela, la apertura del túnel que une Chamartín con la estación de Atocha permitirá conectar y unificar líneas, con la posibilidad de llegada a esta estación de los servicios procedentes de Andalucía, Levante y Cataluña.
Chamartín atiende tráfico convencional en ancho ibérico, como el de Cercanías, y los de alta velocidad en vía de ancho estándar. Además de prever el enlace con Barajas en alta velocidad (a través del tramo entre Chamartín y la estación de Fuente la Mora), el proyecto prevé tres nuevos andenes y seis nuevas vías de ancho internacional. El vestíbulo de viajeros será ampliado y se va a habilitar una nueva terminal al norte de los andenes para separar salidas y llegadas.
Otra de las actuaciones previstas es la de la instalación de un intercambiador con la red de metro y cercanías, a través de un nuevo paso inferior bajo las vías de alta velocidad. La nueva estación tendrá capacidad para los 41 millones de viajeros al año previstos en 2040, lo que supone incrementar más de un 40% el nivel de usuarios previos a la pandemia. La actual estructura fue construida en 1975.
La ampliación será soportada con la venta de suelo por parte de Adif. Concretamente de sus terrenos en el ámbito urbanístico Madrid Nuevo Norte a la promotora Distrito Castellana Norte (DCN), operación con la que recibirá 1.245 millones de euros en 20 años.
El estudio informativo que se aprueba ahora entró en audiencia pública en octubre de 2018. Y la ampliación de Chamartín cuenta desde el pasado 27 de noviembre con el plácet del Ministerio de Transición Ecológica respecto a la evaluación de impacto ambiental.
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