Las islas pierden 11.000 millones de PIB por el impacto de la covid
La cantidad supone el doble de lo que perdió en la anterior crisis. El coronavirus empobrece a las islas hasta los 35.000 millones de renta
El sector turístico es tan potente en Canarias que las últimas estadísticas de Eurostat antes de la pandemia situaban a las islas como el primer destino europeo en pernoctaciones. Este claro liderazgo en turismo de sol y playa no impedía, por el contrario, que el archipiélago permaneciera a la cola de otros significativos indicadores. Hasta el punto de cerrar 2019, tras un septenio histórico (2011-2018) de sucesivos récords en la llegada de visitantes, con una de las mayores tasas de paro de España (19%) y con el 35% de su población en riesgo de exclusión social.
La covid-19 amenaza con disparar estos porcentajes de forma preocupante: “Todos, incluidos los políticos, estamos convencidos de que vienen tiempos muy duros”, resume en una simple frase el presidente del Banco de Alimentos de Las Palmas, Pedro Llorca, tras explicar que “hemos recibido un 40% más de peticiones de ayuda que en 2019”. También la voluntaria de la organización no gubernamental Sonrisas del Suroeste, Pilar Cáceres, confirma la tendencia: “Los que antes nos donaban comida, autónomos que tenían su pequeña empresa y colaboraban con nosotros, ahora nos piden ayuda para sus empleados o para ellos mismos”.
Y es que, sin turismo, apenas hay empleo en las Islas. En paro o sostenidos por un ERTE se encuentra también un 35% de su población activa: 270.000 desempleados (25%) y casi 84.000 asalariados afectados por un expediente temporal de empleo. Es decir, 354.000 canarios en edad de trabajar, pero sin poder hacerlo, al finalizar noviembre.
Economía asfixiada
Con el motor económico asfixiado, reactivar el turismo en la temporada de invierno es clave para Canarias. Pero la situación turística se presenta aún muy complicada: “El turismo alemán va a llegar, como mucho, al 20% o 25% de lo que tuvimos en diciembre del pasado año. Reino Unido sigue prácticamente cerrado y nuestro tercer mercado, el escandinavo, también está a cero este fin de año de 2020. Tampoco hay un incremento del turismo nacional que sea representativo”, explica el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios y presidente del Círculo de Empresarios de Gran Canaria, Agustín Manrique de Lara. Y añade que “ha caído el número de vuelos y han subido los precios, por lo que la conectividad sigue siendo baja”.
Hay cifras globales que contribuyen a entender la dimensión del reto al que se enfrentan las Islas Canarias, golpeadas por la pandemia precisamente por su liderazgo turístico y su escasa diversificación económica. Sostiene Manrique de Lara que “por culpa de la covid, en tan solo ocho meses, hemos perdido 11.000 millones de PIB. Y eso es el doble de lo que perdimos en la anterior crisis de 2008-2013”. Y, efectivamente, el Archipiélago pasará de ser una región de 46.700 millones de renta a una de menos de 35.000 millones a consecuencia de la pandemia. Por debajo incluso de los 42.000 millones en que se colocó en el año 2008 por el impacto de la gran recesión.
Hay, eso sí, algunos signos positivos. El primero la vacuna, que “estará en el segundo semestre en nuestros países emisores y sin duda lo notaremos”. También ha sido esperanzador para el sector turístico, como para las aerolíneas que cubren las rutas con las islas, la reciente decisión del presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, de no esperar más por la autorización del Gobierno estatal para dar luz verde a los test de antígenos, y no solo a las PCR, para entrar en Canarias. Y es que 340.000 puestos de trabajo directos e indirectos (el 40,4% del total) están en juego y solo se recuperarán en la medida en que lo haga la actividad turística. En principio se prevé una recuperación lenta y progresiva, que no volverá a los ritmos pre covid hasta 2024, según las previsiones empresariales.
Las Islas siguen teniendo, por último, al clima y la naturaleza como sus mejores aliados: “Canarias seguirá siendo una potencia turística, somos líderes mundiales en la oferta de sol y playa y eso no lo vamos a abandonar. Porque hemos demostrado que lo hacemos mejor que otros destinos y tenemos, también, una de las mejores ofertas de turismo vacacional del mundo”, confía el presidente de la CCE. Cuestión distinta es si ese regreso turístico a los tiempos de ante de la pandemia debe volver al modelo anterior, de 15 millones de turistas, o a otro más sostenible que prime la calidad sobre la cantidad.
La más castigada
Viajeros. La Organización Mundial del Turismo ha cifrado la caída del número mundial de viajeros por la pandemia en mil millones de turistas. Es decir, de los 1.500 millones que viajaban en 2019, solo lo hará un tercio: 500 millones. Son por ello las regiones turísticas las más castigadas. Y, entre ellas, aquellos destinos con “una dependencia extrema del turismo durante todo el año”. El Plan Reactiva Canarias así lo reconoce: “Somos la comunidad española más afectada por el impacto económico causado por la crisis sanitaria”.
Cuota. Canarias, con 15 millones de turistas, representaba el 1,1% de los viajeros mundiales. Es difícil augurar qué capacidad tendrá para mantener esa cuota de mercado en los tiempos post-covid, frente a destinos competidores con otras fortalezas o simplemente más próximos a sus emisores. Y por tanto menos dependientes de la conectividad aérea. Frente a los 11,2 millones de turistas que recibió hasta octubre de 2019 (último dato confirmado), en el mismo periodo de 2020 viajaron a las islas 3,9 millones de visitantes extranjeros y nacionales.
Dos desafíos Canarias no afronta un desafío, sino dos. A la crisis sanitaria que provocó el cero turístico se ha sumado una crisis migratoria de grandes proporciones, con la llegada de más de 20.000 ciudadanos africanos. Ambas han convergido en un lugar: los hoteles que se prestaron a acoger a 6.000 inmigrantes y sobre los que pesa ahora una amenaza de multa por los Ayuntamientos de San Bartolomé de Tirajana, Mogán o Santiago del Teide, si no los desalojan antes del próximo 31 de diciembre. Decisión que ha enfrentado a unos hoteleros con otros.