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La subida del petróleo refleja un impulso a más largo plazo

Pozo de gas y petróleo cerca de Granum (Alberta, Canadá).
Pozo de gas y petróleo cerca de Granum (Alberta, Canadá).Todd Korol (REUTERS)

Desde junio, el Brent ha oscilado entre 37 y 45 dólares. Hay más de una razón para pensar que el salto a 48, el nivel más alto desde marzo, puede ser un nuevo suelo.

Puede sonar prematuramente optimista. Después de que el Brent se hundiera en abril por debajo de los 20 dólares, las reservas, según Morgan Stanley, saltaron a 7.800 millones de barriles, muy por encima de lo normal, y todavía están suficientemente altas como para frenar los precios. La subida del Brent también podría alentar a la OPEP+ a eliminar los recortes de producción. Es más probable que lo hagan si los perforadores de shale de EE UU comienzan a bombear, dado que estos pueden cubrir más fácilmente sus costes a los precios actuales.

Aun así, la evaluación del día 12 de la AIE, que predice que no habrá un impulso significativo de la demanda hasta la segunda mitad de 2021, empieza a parecer prematuramente sombría. Hay cuatro ensayos exitosos de vacunas, que podrían permitir un retorno más rápido a la vida normal y una recuperación más veloz de la demanda, que la AIE prevé de 97,1 millones de barriles el año que viene, frente a los 100 millones de 2019.

Si bien el precio puede repuntar a corto plazo, hay un segundo factor que debería soportarlo en los próximos años, incluso compensando los esfuerzos por destetarse de los combustibles fósiles. En 2019 la inversión de capital de los perforadores mundiales fue de 530.000 millones de dólares, pero según Rystad Energy bajará a 380.000 millones este año y potencialmente a 300.000 millones en 2021, a medida que los perforadores afectados por el Covid frenen la inversión. E incluso si China y EE UU adoptan objetivos netos cero a largo plazo, la demanda diaria podría ser de 101 millones de barriles en 2030, según Bernstein, en línea con 2019.

Esa subida no es evidente en los futuros del Brent a largo plazo: el contrato para diciembre de 2024 vale menos de 50 dólares. Eso puede cambiar pronto. También podría provocar un replanteamiento de Exxon o Shell, que han tardado más que otras en detallar su giro renovable. Ahora podría tentarles elevar sus inversiones en petróleo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías 

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