Es tiempo de apostar por salvar a las empresas solventes
La respuesta del Gobierno ante la demanda empresarial de medidas de apoyo más enérgicas ha sido prorrogar los mecanismos aprobados en la primera ola de la epidemia
El Gobierno aprobó ayer una nueva batería de medidas económicas con el fin de apuntalar a las empresas frente a las oscuras perspectivas que afronta España con la segunda ola de la pandemia del Covid-19. La respuesta del Gobierno ante la demanda empresarial de medidas de apoyo más enérgicas –desde ayudas directas a instrumentos de recapitalización– ha sido prorrogar y mejorar la cobertura de los mecanismos en vigor que fueron aprobados durante la primera ola de la epidemia. El Ejecutivo ha flexibilizado y ampliado los créditos avalados por el ICO, ha extendido la moratoria concursal, ha reforzadoo la protección de los sectores estratégicos frente a inversiones extranjeras, incluídas las comunitarias y ha incorporado nuevas ayudas directas y tributarias, entre otras medidas de apoyo.
Tanto las facilidades en los créditos ICO, que contarán con un año más de carencia, extenderán su vencimiento a ocho años y podrán seguir solicitándose hasta el próximo 30 de junio, como la ampliación de la moratoria concursal, que mantendrá en una suerte de hibernación los concursos de acreedores hasta el 14 de marzo, son medidas útiles y que han demostrado su eficacia como salvavidas empresarial en los momentos más dramáticos de la pandemia. Pero es evidente que no agotan la capacidad de maniobra del Gobierno ni son lo suficientemente enérgicas como para estar a la altura de la gravedad de la crisis que afronta España. La intención del Ejecutivo con este plan es continuar proporcionando oxígeno a las empresas a la espera de que la tormenta escampe, bien por la llegada de la vacuna anti-Covid o de un tratamiento efectivo, bien por la progresiva y lenta recuperación de la actividad, pero también evitar una cascada de insolvencias que desborde el sistema y evidencie hasta qué punto la situación económica se ha deteriorado en estos meses. Aunque la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, negó ayer que las medidas del Gobierno, especialmente en lo que se refiere a los concursos, puedan generar empresas zombie, es decir, mantenidas financieramente con vida pero plenamente insolventes, desde el Banco de España se ha advertido ya de posibles efectos similares respecto a extensión de los ERTE.
El Gobierno lleva varios meses liderando con escaso nervio una crisis histórica, para lo que cuenta con el respaldo de los fondos y las instituciones europeas. Tras los largos meses de anestesia financiera, ha llegado el momento de concentrarse en luchar por la recuperación y por el crecimiento, lo que implica apostar recursos y crear mecanismos para salvar a las empresas solventes, como también facilitar la liquidación de aquellas que, con anestesia o sin ella, no sobrevivirán a la crisis.
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