Las operaciones corporativas se rebelan contra la crisis
Las compañías más fuertes toman la delantera con compras a precios bajos y préstamos baratos; el número de transacciones cae en España pero el importe aumenta un 15%
En pleno apocalipsis también queda espacio para un rayo de luz. Las perspectivas económicas –con el PIB español cayendo más de un 10% este año– dibujan un panorama que se asemeja al fin de los tiempos. Un desastre del que prácticamente solo escapan las operaciones corporativas. Cierto, en sectores concretos y con muchos asteriscos, pero están resistiendo de manera notable el ataque de la pandemia.
El mercado de fusiones y adquisiciones ha sido la estrella en los últimos años. Los elevados flujos de liquidez en el mercado, fundamentalmente en los fondos de private equity y los tipos ultrabajos de la financiación bancaria han disparado el apetito de los compradores a un ritmo similar al que lo han hecho los precios y valoraciones de las empresas. Los vendedores, incluso los más recelosos, han decidido desprenderse de compañías que, por ejemplo, llevaban décadas en manos familiares.
La explosión del Covid-19 obligó a confinar a medio mundo. Y fue un verdadero shock que afectó también al mercado de fusiones empresariales. De 100 frenó a cero. Según los registros de Mergermarket, entre marzo y abril se cerraron en España poco más de 50 operaciones. La buena noticia es que en septiembre se firmaron 35, según los datos de la consultora. Aunque la cifra es un 35% inferior con respecto al mismo mes del año anterior, supuso un incremento del 77% frente a agosto.
Así, poco a poco, el mercado de fusiones y adquisiciones ha ido cogiendo tracción de nuevo. Ya en verano las grandes operaciones volvieron a España. Bridgepoint consiguió vender Rovensa a Partners, donde decidió recomprar el 50%. También vendió Miya a Antin. Apax, por su parte, vendió Idealista a EQT, y Permira compró Neuraxpharm. Y, por encima de estas, destacó la opa de KKR, Cinven y Providence sobre MásMóvil. También se cerró la compra de BME por parte de Six. Todas ellas son operaciones grandes, de entre 1.000 y 3.000 millones de euros.
Los sectores resistentes son un imán para la liquidez de los grandes inversores
Iberdrola ha sido de las últimas en dar un paso al frente con la adquisición de la estadounidense PNM Resources por unos 3.700 millones de euros. Antes, Telefónica ya había anunciado la fusión de su filial en el Reino Unido, O2, con Virgin. Y Cellnex ha llenado su balance con 4.000 millones de capital y además ha emitido bonos por 1.000 millones. Este viernes, el grupo de torres de telefonía anunció la compra de las torres de Iliad en Polonia en una operación valorada en 2.100 millones. AZ Capital asesoró al grupo español. “Hay compañías españolas menos afectadas por el Covid que están en modo comprador dentro y fuera de España”, ratifica Arturo García-Tizón, head of advisory de banca corporativa e institucional de BNP Paribas en España. “Más adelante veremos ampliaciones de capital y operaciones más estructuradas, como la emisión de convertibles y otros instrumentos”, agrega Gonzalo Zurita, managing director de Nomura en España.
Pese a esta vuelta de las operaciones, el ritmo sigue más bajo. De acuerdo al último informe de TTR, las operaciones cerradas en los nueve primeros meses del año fueron 1.387 y suman un valor por 66.043 millones de euros. El número de transacciones es un 24% inferior al de 2019, pero su tamaño es mayor. El valor agregado ha aumentado un 15%. Es decir, se han cerrado menos operaciones, pero estas han sido más grandes.
“En los últimos años se ha desarrollado una potente industria de Private Equity en Europa y en especial en España que favorecerá el dinamismo del mercado de M&A. La clave está en una adecuada valoración de los activos en un contexto de incertidumbre. Desde KPMG hemos desarrollado potentes herramientas tecnológicas para aumentar el valor de la información facilitada en las due diligence”.
Menor tamaño
Las infraestructuras, la energía verde y la tecnología despiertan avidez compradora
Pero ya comienzan a producirse operaciones significativas, aunque de menor tamaño, como la compra de Scytl, especializada en voto digital, en concurso de acreedores, por parte de Service Point Solutions. Un rescate en forma de compra a precio de derribo. “Aquellas empresas cuya viabilidad estaba probada previamente a la crisis y que en la actualidad atraviesan serias dificultades como consecuencia de las circunstancias excepcionales, buscarán mecanismos de financiación que los inversores aprovecharán”, señala Lara Hemzaoui, socia de corporate/M&A de Linklaters en España.
Existe en el mercado un flujo interesante de operaciones medianas de perfil defensivo, con algunas compañías que se han visto impulsadas por el efecto Covid, ante los nuevos hábitos de consumo, como el sector salud o el farmacéutico, explica Fernando Sebastián, socio de AZ Capital. “En operaciones atractivas existe elevado apetito entre compradores y los precios de las transacciones no se han visto impactados a la baja, como por ejemplo se ha visto en Rovensa, GTT o Prosur”, sentencia.
“Las operaciones de tamaño medio no han parado pese al Covid, nosotros no hemos notado bajón en España. Aunque es cierto que los procesos se alargan, sí existen algunas dificultades adicionales. Con todo, la actividad en las áreas de energía renovable, tecnología, farma, agroalimentación, movilidad sostenible y biotecnología está disparada”, corrobora Lourdes Ayala, socia de M&A de Bird & Bird.
"Hay sectores como el farmacéutico y el relacionado con las nuevas tecnologías que están en plena ebullición. También la actividad es máxima en energías renovables. En estos segmentos no hemos visto caída de negocio, al contrario. Sigue habiendo muchas oportunidades", corrobora David Höhn, socio responsable de Transaction Services de KPMG en España.
Desde Allen & Overy, Íñigo del Val coincide en que los sectores más activos serán los que menos han sufrido el impacto de la pandemia, como los de energía e infraestructuras pero también los de media y tecnología. “Veo una lenta recuperación de la inversión en otros sectores salvo potenciales operaciones a precio de derribo que aún no son norma”, añade. “Se harán revisiones estratégicas de las diferentes divisiones para ver si merece la pena sacarlas al mercado y apoyar financieramente la continuidad del negocio estratégico”, según Santiago Rodríguez Palacios, head de M&A en Europa de BBVA.
“Las áreas de servicios de las constructoras se han convertido en un segmento muy activo para el M&A en tiempos de covid. El interés por contratos de gestión de aguas, por ejemplo, están levantando una gran avidez entre los fondos de infraestructuras", señala el experto de KPMG.
Refugios
En las energías renovables, consideradas un refugio, la actividad es máxima. El fondo canadiense CDPQ acaba de desembarcar en España con la compra de plantas solares a Q-Energy por más de 1.000 millones.
“Los activos físicos se han convertido en una de las claves de bóveda de la estrategia de determinados inversores. Buscan empresas con plataformas capaces de desarrollar proyectos. La energía verde será mayoritaria en unos años y es uno de los segmentos que más crece dentro del sector energético”, anticipa Enrique Ugalde, socio de AZ Capital. Los principales actores del sector de hidrocarburos, como Total, Galp, BP o Repsol, están en plena metamorfosis, con la pretensión de convertirse en empresas productoras de electricidad a partir de fuentes renovables.
Pero ojo, porque no es oro todo lo que reluce, y algunos expertos alertan de una burbuja. “Es posible que exista una suerte de burbuja en las renovables, con más capacidad proyectada de la que la red puede absorber en este momento, por lo que es necesario separar la cizaña del trigo. Los proyectos greenfield [en desarrollo] necesitan un análisis detenido para determinar su viabilidad”, advierte Hermenegildo Altozano, socio de energía de Bird & Bird.
El ladrillo es otro posible escudo. “La inversión en inmobiliario con flujos de caja asegurados mediante contratos de arrendamiento a largo plazo –por ejemplo, sobre oficinas, centros comerciales o fincas agrícolas– continúa siendo una opción interesante para los fondos al preferir estas entidades predictibilidad en los ingresos”, según José Blanco, socio de mercantil de Ramón y Cajal.
La financiación no es un problema
Préstamos. Los círculos de la liquidez están fluyendo como nunca. A través de la banca con los avales del ICO, de los mercados de capitales, con emisiones de bonos, y también a través de fondos de deuda. “En algunas operaciones con fondos de deuda se ofrece financiación a precios inferiores al Covid, después de que los márgenes llegaran a incrementarse en 100-150 puntos básicos en los momentos iniciales de la pandemia”, explica Javier Latorre, managing director de debt advisory de AZ Capital. Este experto razona que hay jugadores poco habituales en el mercado de deuda que están siendo muy activos al proporcionar en esta coyuntura estructuras de financiación que requieren los private equity para ejecutar sus compras. “El despliegue de equipos locales por parte de algunos grandes nombres en España ha arrancado, lo que añade presión al sector, dispara la competencia y rebaja los precios”, afirma.
Capital. No solo de préstamos viven las operaciones corporativas. “Hay una gran disponibilidad de equity a través de los fondos de capital riesgo y de otros inversores muy activos como fondos de pensiones y fondos soberanos”, afirma Gonzalo Zurita, managing director de Nomura. Desde BBVA, Santiago Rodríguez Palacios anticipa la llegada de nuevos socios capitalistas, principalmente, ahorro institucional internacional, que permitan a las compañías continuar con sus negocios.
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