Huitema (Acea): "Un Brexit sin acuerdo sería devastador para la automoción"
Asegura que si la UE y el Reino Unido no llegan a un acuerdo comercial, el motor perdería 110.000 millones hasta 2025
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea) representa a los 16 mayores fabricantes de vehículos en Europa y en CincoDías hemos hablado con su director general, Eric-Mark Huitema, con el fin de abordar las consecuencias que ha supuesto la crisis generada por el Covid-19 para el sector y cuál es el horizonte que le espera en el corto-medio plazo.
Huitema llegó a la patronal en septiembre del año pasado procedente de IBM, donde ejercía como responsable de Transporte Inteligente Global. También ha trabajado en el sector de las Tecnologías de la Información, en empresas como la startup Chello Benelux, de la que fue cofundador, EDS International y en Philips Electronics.
El directivo holandés considera que el efecto que ha tenido la pandemia de coronavirus sobre la sociedad y la economía mundial “no tiene precedentes”. “Es probable que dure más que la crisis financiera de 2008-2009. De hecho, todos los mercados de la Unión Europea (UE) están en recesión este año y el PIB se contraerá un 8,1% este año. Se espera que el desempleo en la UE aumente al 9% este año. Esto tiene grave consecuencias para la industria de la automoción”, asevera.
La mayoría de fabricantes, así como proveedores, concesionarios y talleres de reparación, tuvieron que cerrar 30 días de media en Europa debido al coronavirus. Según Acea, esto provocó una pérdida de producción de 3,6 millones de vehículos en el primer semestre del año, o alrededor del 20% de la fabricación total de 2019.
Caída de las ventas del 25%
Por su parte, las ventas de coches en la UE se han desplomado un 28,8% entre enero y septiembre en comparación con el mismo periodo del año pasado, hasta siete millones de unidades. En este contexto, la patronal ha revisado “radicalmente” su previsión de matriculaciones para 2020. Espera una bajada del 25% frente a 2019, lo que supondrá la caída “más pronunciada jamás experimentada por el sector”, asegura Huitema. “El panorama es similar a escala mundial, y se espera que la demanda se reduzca un 21%”, apunta. Además, advierte de que “existe el riesgo de un segundo golpe económico devastador a la vuelta de la esquina en forma de Brexit sin acuerdo”.
En su opinión, este escenario daría lugar a pérdidas comerciales entre la UE y el Reino Unido por importe de 110.000 millones de euros hasta 2025, además de otros 100.000 millones en valor de la menor producción a causa de la crisis sanitaria. El sector europeo del automóvil perderá alrededor de 100.000 puestos de trabajo en 2021 por culpa del coronavirus, según las previsiones de la Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa).
7% del PIB del continente
El sector del automóvil genera un volumen de negocio que supone el 7% del PIB del continente y da trabajo a casi 14 millones de personas de manera directa e indirecta, lo que supone el 6,1% sobre el total del empleo. Tan solo en la cadena de producción trabajan 2,6 millones de personas.
Además, de las plantas de ensamblaje del ‘Viejo Continente’ salen cada año alrededor de 19 millones de turismos, vehículos comerciales y camiones, el 20% sobre la fabricación mundial, según datos de Acea y la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos a Motor (OICA).
Se espera que la demanda de vehículos a nivel mundial se reduzca un 21% este año frente a 2019
Otra amenaza para el motor es los “ambiciosos” objetivos climáticos de la Comisión Europea (CE): reducción de los niveles de dióxido de carbono (CO2) del 55% para 2030 en comparación con los de 1990.
“La industria de la automoción apoya plenamete el objetivo a largo plazo de la UE de la neutralidad climática para 2050 y quiere desempeñar su papel para hacer de Europa el primer continente neutral climáticamente hablando. Sin embargo, los ambiciosos objetivos establecidos en la propuesta de la CE requerirán inversiones adicionales masivas del sector, en el mismo momento que se ha visto sacudido por la crisis del coronavirus”, avisa Huitema.
El directivo resume que el Covid-19 ha añadido “enormes presiones adicionales” sobre el automóvil cuando atraviesa “cambios tecnológicos fundamentales, así como desafíos geopolíticos”. La automoción está inmersa en una gran transformación que se engloba bajo las siglas CASE (Conectividad, Autónomo, Servicios de movilidad y Electrificación).
Planes de ayuda
El secretario general de ACEA cree que debería haber un “fuerte enfoque” en aumentar la adopción de las últimas tecnologías de vehículos, tanto electrificadas como las de combustión más modernas, bajo planes de ayudas gubernamentales.
“Nos decepciona ver observar que varios de los planes de renovación se centran exclusivamente en vehículos eléctricos, que representan una pequeña, aunque creciente, cuota del mercado total”, lamenta el holandés.
En este sentido, apuesta por un “fuerte impulso” al mercado en conjunto con ventas de modelos que cumplan con las últimos estándares (Euro 6d Temp) con el fin de ir reduciendo progresivamente los niveles de CO2. Además, reclama que se incluyan a los vehículos pesados en los planes de incentivos. En España, el Plan Renove 2020 está dotado con 250 millones de euros, de los cuales 230 se destinarán a cambiar el parque de turismos (200 millones), vehículos comerciales (25 millones) y motocicletas (5 millones), mientras que la adquisición de vehículos industriales y autobuses se fomentará con 20 millones.
“Si queremos que se produzca el salto definitivo de los coches eléctricos, se necesita una red densa de puntos de recarga en toda la UE, junto con ayudas económicas sostenibles (en el tiempo), de modo que la movilidad sin emisiones pueda convertirse en una opción accesible y asequible para todos los europeos. Necesitaremos un cambio regulatorio sin precedentes para garantizar que se aseguran todos los factores”, puntualiza Huitema.
En este sentido, expresa que hacen falta 2,8 millones de puntos de recarga en Europa para cumplir con los objetivos de CO2 que impone la CE. En España, el Ejecutivo aspira a alcanzar un parque móvil con 250.000 eléctricos para 2023 y lograr los cinco millones de unidades para 2030. Para ello, asegura que se desplegarán más de 100.000 puntos de recarga. El país cuenta ahora mismo con 7.879 puntos de recarga públicos, según Anfac.