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El Ejecutivo prevé iniciar la reducción de la deuda en 2021 pasando del 118% al 117%

Hacienda dibuja alzas del IRPF y rebajas de beneficios fiscales con impacto en los dos próximos años. Limita a 27.000 millones la pérdida de ingresos de 2020

Previsiones fiscales del plan presupuestario para 2020
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Juande Portillo

A través del plan presupuestario de 2021, el Ministerio de Hacienda ha comunicado oficialmente a la Comisión Europea su intención de dejar en suspenso las reglas fiscales de este y el próximo año, como la propia Bruselas acaba de permitir, pese a que el Gobierno aún necesita que el Parlamento dé el visto bueno a una declaración de emergencia por la pandemia que lo justifique. Sin embargo, aunque da por anulados los objetivos de deuda y déficit, el Ejecutivo se compromete con Bruselas a comenzar a corregir la desviación de las cuentas públicas que ha generado la pandemia a partir del próximo año. Un gesto clave dado que aspira a ayudas millonarias de la UE. Propone para ello una reforma tributaria con la que elevar la recaudación en 9.000 millones de euros en dos años, y promete comenzar a rebajar ya en 2021 tanto el déficit como la deuda, un aspecto, este último, sobre el que el Ejecutivo había evitado pronunciarse hasta ahora.

En concreto, el Gobierno asevera que en 2021 logrará suavizar el tamaño de la deuda hasta el 117,4% del PIB, frente al 118,4% al que espera que salte este año desde el 95,5% de 2019 por la extraordinaria factura que deja hacer frente a la crisis del Covid-19. Conviene tener en cuenta, sin embargo, que esa mejora porcentual esconde un importante incremento cuantitativo del volumen de deuda puesto que el PIB previsto para 2021 es mayor, es de 1.224.728 millones de euros, al asumir el Ejecutivo que su Plan de Recuperación permitirá elevar un 10,8% nominal los 1.105.359 millones a los que estima descenderá este año tras caer un 11,2%. Después de todo, el Gobierno ha anunciado que está dispuesto a adelantar, vía deuda, los 27.000 millones en ayudas europeas que aspira a recibir durante 2021, a fin de que estén disponibles para iniciar su plan de inversiones en el momento en que entre en vigor el nuevo Presupuesto, idealmente en las primeras semanas de enero.

En paralelo, Hacienda ha diseñado una reforma fiscal que, si bien posterga algunos de los aspectos mollares de la pactada por los socios de Gobierno, introduce ya algunos elementos de su plan original para elevar la recaudación en 9.170 millones, de los que 6.874 se ingresarán en 2021 y 2.323 en 2022.

El listado incluye las nuevas tasas Google y Tobin que, tras su publicación el viernes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), entrarán en vigor el 15 de enero, para recaudar 968 y 850 millones anuales, respectivamente. También se cuenta con la creación de un tributo sobre los envases de plástico no reutilizables, para ingresar 491 millones el próximo año; o con elevar del 10% al 21% el IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas, para ingresar 340 millones en 2021 y 60 en 2022. A su vez, el paquete de medidas de la ley antifraude (limitación del pago en efectivo entre profesionales; ampliación de la lista de morosos o mejora de la lucha contra la elusión fiscal) aportarán 850 millones al Estado el año que viene.

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Los principales incrementos fiscales, sin embargo, solo aparecen sugeridos. Hacienda confía en lograr 2.548 millones más en dos años con “medidas de imposición directa”, lo apunta que los socios de Gobierno pretenden impulsar el alza del IRPF sobre rentas altas y el recorte en deducciones sobre Sociedades que vienen estudiando. Su efecto aportaría 550 millones en 2021, cuando se practicarían retenciones adicionales, y 1.998 millones más en 2022, coincidiendo con la liquidación de esos impuestos.

Otro tanto ocurre con el objetivo de recaudar 1.724 millones más en impuestos indirectos, con alzas de IVA e Impuestos Especiales sin detallar, de los que 1.509 millones llegarían el próximo año y 215 más, el siguiente.

Finalmente, Hacienda dibuja un alza del gravamen del diésel, bajo la denominación de “fiscalidad verde”, que dejaría 1.311 millones en 2021 y 50 más en 2022.

Con estas medidas, y los 22.400 millones adicionales que espera obtener por la recuperación económica, Hacienda aspira a elevar los ingresos públicos en 33.500 millones en 2021. Un alza del 7,3% frente al retroceso del 5,6% que habría sufrido la recaudación este año, que el Ministerio limita a 27.000 millones frente a los 40.000 estimados por los expertos del REAF.

La idea es que, dado que el gasto asociado a las ayudas europeas no computa en déficit, y que el resto se verá diluido con el alza del PIB, esos ingresos extra ayuden a rebajar el agujero fiscal del 11,3% al 7,7% en 2021.

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