Las cementeras urgen un plan de obras anticrisis y el estatuto de consumidores electrointensivos
Oficimen rebaja su estimación en la caída del consumo doméstico, del 20% a una horquilla del 10% al 12%, pero no avista recuperación en 2021
Los fabricantes de cemento en España, agrupados en la patronal Oficemen, creen que el golpe en la demanda doméstica motivado por la crisis de la Covid 19 no será tan fuerte como el estimado a la altura del mes de mayo. La previsión, ofrecida esta mañana por la patronal Oficemen, es de una caída del 10% al 12%, frente a un nivel anterior del 20% de decrecimiento. Esto situaría el mercado nacional en unas 13 millones de toneladas este año, prácticamente un tercio de la capacidad fabril instalada en el país.
A este nivel bajo de demanda se suma una fuerte incertidumbre para 2021. Donde Oficemen esperaba una recuperación en V durante el próximo ejercicio, ahora cuenta con datos para avanzar que el consumo español de cemento evolucionará entre un 5% a la baja y un 1% al alza. En el mejor de los casos se volverían a repetir los 13 millones de toneladas.
El escenario sostenido de baja actividad coincide con unas exportaciones también decrecientes. España sigue siendo el principal vendedor de cemento de la UE fuera de sus fronteras, con 6,2 millones de toneladas en 2019. Una cifra que, comparada con los 9,8 millones de toneladas de 2016, habla de una competitividad de esta industria que se degrada año a año frente a la de otros países. Un 20% de las exportaciones se dirigen a Reino Unido, canal de venta sobre el que pesan serias dudas a la vista de cómo evoluciona el Bréxit.
La caída de tres millones de toneladas en ventas al exterior entre 2016 y 2019 equivale a la producción media de tres o cuatro fábricas
Ante esta situación, el presidente de Oficemen, Víctor García Brosa, ha demandado esta mañana en rueda de prensa un plan de construcción de infraestructuras que sirva de estímulo la economía y cumpla el objetivo de modernizar el stock español en redes de transporte de carga, depuración de agua o transporte sostenible de viajeros. "En 2021 apenas se notaría el efecto, que veríamos más bien en 2022", ha puntualizado García Brosa, "de la construcción dependen 1,3 millones de empleos y se trata de un sector con capacidad de arrastre sobre otros muchos".
Desde Oficemen se ha apuntado que la actividad inducida por la construcción es de 1,92 euros por cada euro invertido. Pero se advierte que, aunque la inversión en obra pública creció un 2% en el primer semestre, la licitación de proyectos para el corto y medio plazo podría caer este año un 30%. Si en 2019 la inversión pública fue de 11.275 millones, la cifra esperada por Oficemen este año se mantiene en ese nivel, y para 2021 se movería entre los 9.600 y los mismos 11.275 millones, lo que podría suponer un descenso de hasta un 15%, según sus cálculos.
Tampoco ayuda la congelación de proyectos de construcción de viviendas. Si en 2019 se visaron 106.000 viviendas, en este 2020 se esperan 71.000, y no más de 72.000 para el próximo año. "El sector cementero español mantiene 30 millones de toneladas de capacidad de producción porque aún tenemos la esperanza de que pueda estabilizarse un consumo doméstico de 20 millones de toneledas y unas exportaciones de 10 millones. Para ello, el país debería construir entre 150.000 y 200.000 viviendas al año y la inversión en infraestructura tendría que colocarse entre el 1,5% y el 2% del PIB", señala García Brosa.
A por los fondos europeos
El director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, ha declarado que el sector cementero, en muchos casos junto a otras industrias, trabaja en la planificación de proyectos candidatos a participar en los fondos para la reconstrucción de la economía que vendrán de Bruselas. La patronal cementera tiene una reunión pendiente con el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y trata de profundizar en la clarificación de los mecanismos de acceso a esta financiación en el seno de la CEOE.
Para un consumo de 20 millones de toneladas, España debería construir entre 150.000 y 200.000 viviendas al año y la inversión en infraestructura tendría que colocarse entre el 1,5% y el 2% del PIB", señala García Brosa.
Entre los planes consensuados con otras industrias pesadas figura el de la tecnología de captación de CO2.
Además de un plan de emergencia para la construcción, Oficemen ve imprescindible la urgente aprobación del estatuto de consumidores electrointensivos con el fin de abaratar la factura de la luz a los productores: "Este mecanismo funciona en Francia o Alemania; no entendemos cómo en España suelen surgir dificultades adicionales para una aprobación que creemos inminente", ha afirmado Zaragoza.
El diferencial en los costes de producción que derivan de una electricidad más cara o de los propios derechos de emisiones, debería compensarse con mecanismos de ajuste en frontera sobre el cdmento importado, ha insistido esta mañana Oficemen. Solo la caída de tres millones de toneladas en ventas al exterior entre 2016 y 2019, señala la asociación, equivale a la producción media de tres o cuatro fábricas.