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Banca

La fusión de CaixaBank y Bankia mantendrá la feroz competencia del crédito en España

La operación garantiza el flujo del crédito y precios asequibles La CNMC afinará el ajuste de oficinas y plantilla uue presenten ambas entidades

La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández
La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani FernándezDIGITALES

La fusión de Bankia con CaixaBank será un autentico estreno para el nuevo equipo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), presidido por Cani Fernández. Será su prueba de fuego y en la que estarán puestos los ojos de autoridades supervisoras tanto nacionales como del resto de Europa, como el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA), además del conjunto del sector financiero.

La unión de los dos bancos dará como resultado la creación del mayor banco de España, con unos activos de 650.000 millones de euros. Este gigante financiero tendría, inicialmente, una cuota de mercado de dominio en Murcia, Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, Canarias, Navarra y Madrid.

Pero será Competencia el organismo que decidirá sobre ello, una vez que la entidad resultante apenas tiene presencia exterior, razón por la que Bruselas no tiene que intervenir en este punto de un posible dominio de mercado.

La nueva entidad sumaría una cuota de mercado en oficinas del 50% en Murcia, Baleares, Canarias y Navarra, mientras que en Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía el dominio del negocio se acercaría al 40%. De ahí que la agencia de calificaciones Standard & Poor’s alerte: “El control de los negocios combinados de los bancos en ciertas regiones podría convertirse en un problema para las autoridades de la competencia que examinen la operación”.

Pese a esta alerta, y a la posición dominante que puede tener la nueva CaixaBank en ciertos mercados y regiones, todo hace indicar según fuentes de la operación que tras el plan que presentará la futura entidad a Competencia sufrirá pocas variaciones por su parte. Aunque también es cierto que tanto Bankia como CaixaBank dejarán los números finos de la jibarización del negocio, de su capacidad instalada y del recorte de plantilla a este departamento dependiente de Economía.

Aunque no será hasta este fin de semana cuando se concluya la due diligence de la operación y pase por la aprobación de los consejos de administración de las dos entidades, tanto el ministerio que dirige Nadia Calviño como el Banco de España y el BCE conocen los números de esta operación, pese a que no sean los definitivos, ni el detalle. No hay que olvidar que el Estado es el principal accionista de Bankia, con el 61,8% de su capital.

Según datos que han transcendido de la operación, Bankia y CaixaBank reducirían su plantilla en conjunto entre 7.000 y 8.000 empleados, y su red de sucursales, en unas 1.500, teniendo en cuenta que la entidad de origen catalán ya cerrará este año, y al margen de la fusión, 418 sucursales, según estaba previsto con anterioridad a la operación.

Planes de pensiones

En el negocio de planes de pensiones, la suma de las dos entidades controlaría el 33% del mercado, con un volumen de activos de 150.000 millones. En total, las dos entidades manejan más de 350.000 millones de euros en crédito a la clientela, de los que casi 200.000 millones corresponderían a préstamos a hogares y el resto, a empresas. La suma de clientes en conjunto superan los 20 millones.

Pero pese a estos elevados números, varias fuentes conocedoras del proyecto de fusión y de los contactos con Economía están convencidos de que Competencia no realizará una gran criba al proyecto, ente otras razones porque la principal preocupación para las autoridades que podría provocar esta operación sería una concentración del crédito, que encareciera su precio y evitará su flujo por una concentración. Pero, además, es una fusión que pretende animar al resto del sector a llevar a cabo nuevas concentraciones, y es apoyada por los principales accionistas y por el Gobierno, BCE y Banco de España.

Las mismas fuentes aseguran que un argumento para defender el diseño de la operación es que tras un análisis preliminar, esta fusión no pone en peligro la competencia bancaria en España. Su impacto no supondrá un endurecimiento de las condiciones del crédito, por lo que los clientes bancarios podrán financiarse sin problemas de contracción y a unos precios similares a los actuales, explican las mismas fuentes. Este es el principal punto que analizará Competencia, concluyen las mismas fuentes..

Sin efecto de oligopolio en el mercado

Oligopolio. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ya dio una pista el 1 de septiembre. Aseguró en un curso de la APIE que existía “margen para que se produzca alguna consolidación en el sector que contribuya a hacer que las entidades, y el sistema en su conjunto, sean más resistentes”.

El coste del crédito. El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha asegurado en varias ocasiones que la clave para la rentabilidad de las entidades es “si estamos siendo capaces de trasladar al coste del crédito la prima de riesgo que tiene el crédito y coste de capital. El reto que tenemos es ser capaces de cobrar un precio que permita unos márgenes que den lugar a una rentabilidad adecuada”. Con estas declaraciones intentaba explicar que en España el precio del crédito es muy barato, tanto que algunas entidades no lograban rentabilizar la operación.

Ajustes. Tras los ajustes llevados a cabo en España durante la crisis financiera en el número de entidades, oficinas bancarias y plantilla, el país se ha colocado en la media europea. Ahora seguirá el ajuste. Según todas las fuentes consultadas en Europa hay países con menos oficinas, y entidades y “no se habla de oligopolios”.

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