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¿Del trabajo a la jubilación?

En un marco de incertidumbre y con vidas más largas, pensar en cómo y cuándo nos vamos a jubilar es clave

La ‘vuelta al cole’ también ha hecho que el debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones regrese a la vida política. En un año marcado por la crisis del coronavirus, y a la espera de la nueva reforma de las pensiones, la Comisión para el Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados retomó su actividad la semana pasada con el objetivo de pactar una serie de recomendaciones que marquen el rumbo de la próxima reforma.

Ayer, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, señaló ante la Comisión que el COVID-19 ha hecho que sea más necesario llegar a un acuerdo para que las pensiones “ya se revaloricen con un marco estable el año que viene”.

En su comparecencia, el ministro puso el foco en la necesidad de incentivar un retraso voluntario en la edad de jubilación y endurecer las penalizaciones a la jubilación anticipada en el caso de las rentas altas, algo que ya venía anunciando en los últimos meses.

El ministro destacó que el envejecimiento poblacional va a hacer que, a partir del año 2020, veamos un incremento del gasto en pensiones. Y, así, señaló que es necesario acortar la brecha entre la edad efectiva de jubilación -que es la edad a la que, de media, se jubilan los españoles- que está fijada en 64,6 años, para hacerla coincidir con la edad legal, que aumentará progresivamente desde los 65,8 meses actuales hasta los 67 años del 2027.

Desde el ministerio consideran que esa medida “goza de una importante aceptación social y que, además, según los cálculos de la AIReF tiene un impacto económico relevante”.

¿Estamos preparados para trabajar más años?

La realidad es que el incremento de la esperanza de vida y la mejora en las condiciones de nuestra calidad de vida -vivimos más y lo hacemos con mejor salud- nos lleva obligatoriamente a replantearnos cómo vamos a vivir cuando dejemos de trabajar.

Cuando pensamos en cuándo nos vamos a querer jubilar, debemos tener en cuenta que, por un lado, esos años de más que vamos a vivir los vamos a tener que financiar: ¿nos hemos planificado para vivir más años siendo jubilados? Y, por otro lado, debemos tener en mente que si nos seguimos jubilando a la misma edad, vamos a pasar un tercio de nuestra vida como jubilados. La longevidad, como hemos contado en otras ocasiones en este blog, nos trae grandes oportunidades, pero también multitud de retos e interrogantes.

Vivir más años no solo nos puede afectar por el lado financiero -inevitablemente vamos a gastar más y deberemos orientar nuestro plan de ahorro e inversión pensando en esos años de más que vamos a vivir-, sino también por el lado personal. ¿Estoy preparado para dejar de trabajar? ¿Y si quiero seguir en activo, pero cambiar de profesión? ¿Jubilarme implica no seguir generando rentas?

Responder a todas esas cuestiones, con tiempo, es clave para que podamos tener la jubilación que siempre hemos querido tener y evitar problemas de última hora que, en ocasiones, pueden ser ajenos a nuestra voluntad. Un análisis detallado de nuestra situación patrimonial y financiera y un ejercicio para poner sobre la mesa cuáles son nuestros objetivos nos ayudará a trazar un plan para nuestra jubilación que sea realista y tenga en cuenta todas nuestras necesidades y qué formula es la que más nos conviene.

Porque puede que no queramos frenar en seco nuestra actividad y necesitemos un periodo de transición en el que ir bajando poco a poco el ritmo hasta jubilarnos. ¿Tiene sentido seguir pensando en una vida en tres etapas: formación, empleo y jubilación? Planificar con tiempo nos va a permitir salir de esa ecuación y que los límites solo nos los marquemos nosotros mismos.

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