Lo que realmente supone cerrar una empresa
Trámites y gestiones que se deben hacer para disolver un negocio.
La crisis del coronavirus ha provocado el cierre de muchos negocios. En mayo de este año se han disuelto un 20% más de sociedades que las registradas el pasado 2019. Pero lo peor de todo es que más de la mitad de las sociedades en España son inactivas, según datos de cierratuempresa.com. Es decir, cerca de 700.000 empresas de nuestro país están constituidas y aparentemente en marcha, pero realmente no están desarrollando su actividad. Por tanto, no facturan y no venden productos ni servicios, sin embargo, sí tienen que cumplir con las obligaciones tributarias y de carácter administrativo. A pesar de no tener actividad, si una sociedad no cumple con sus declaraciones de impuestos, se enfrenta a sanciones, lo que complica, aún más, su situación.
No podemos olvidar que en España, más del 99% del tejido empresarial son pymes. Es decir, no cuentan con un músculo financiero que les avale. Según datos del Registro Mercantil Central, a finales de 2019 había 618.000 sociedades unipersonales, y el 75% de las sociedades limitadas tienen un capital de 3.000 euros. Por tanto, todos los gastos añadidos dificultan su supervivencia.
Las dificultades de cerrar una empresa
Pero entonces, ¿por qué no disolver la empresa? ¿Por qué no plantearse un cierre de la sociedad para evitar tener más gastos? ¿Quizás intentar un cambio de modelo de negocio? La explicación de esto se debe a que disolver una empresa supone pasar por un proceso difícil, emocionalmente hablando, pero también una serie de trámites burocráticos farragosos y un coste adicional.
“En otros países, el emprendedor tiene interiorizado como algo normal el cerrar un proyecto si eso te va a facilitar el iniciar otro nuevo con más garantías”, asegura Joaquín Casanovas, fundador de cierratuempresa.com. Los procesos administrativos por los que hay que pasar en nuestro país muchas veces frenan a muchos emprendedores a montar un negocio, y también a cerrarlo. Desde la plataforma subrayan que en España no se considera normal el cerrar una empresa para retomar un nuevo proyecto empresarial o llevarlo hacia otro tipo de mercado.
De aquí surge la necesidad de crear un sistema o una herramienta que facilite el proceso, con el fin de “normalizar algo que no tiene porqué ser negativo, ni traumático sino algo normal y necesario en la trayectoria de cualquier emprendedor”.
Pero en la situación que vivimos actualmente tiene más sentido que nunca. El impacto de la crisis del coronavirus sigue avanzando y pasando factura a las empresas. Según un estudio del Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos, en menos de un año 240.000 pymes se verán obligadas a cerrar.
Fases para cerrar una empresa
Llegado este punto, el empresario o los socios deben pasar por tres fases para poder disolver la sociedad:
- Fase de disolución. La toma de decisión del cierre del negocio. Como es una sociedad, debe celebrarse una junta general de accionistas que con el fin de formalizar el acuerdo de disolución y el paso a la siguiente fase.
- Fase de liquidación. En este punto se reparte el patrimonio de la sociedad después de haber cobrado los créditos y pagado las deudas.
- Fase de extinción. Se produce el balance final de liquidación en escritura pública, e incluyendo toda la documentación. A continuación se tramita la baja en Hacienda, en la Seguridad Social y en el resto de registros públicos, incluyendo el Registro Mercantil.
En caso de tener trabajadores contratados, primero hay que extinguir los contratos laborales y abonar las correspondientes indemnizaciones por despido. De esta manera se convierten en acreedores de la empresa. Por tanto, si se tienen empleados, las gestiones se complican y alargan aún más.
Cómo cerrar una empresa de manera rápida y asequible
En este punto es donde Casanovas vio la oportunidad de crear un sistema online a través del cual se pueda cerrar una empresa de forma rápida y sencilla. Cierratuempresa.com facilita estos trámites con solo unos clics, ya que es un servicio online. Cumpliendo una serie de requisitos es posible disolver una sociedad mediante un proceso sencillo y económico, facilitando de esta forma los trámites y reduciendo los costes a los empresarios. “Lo más complicado ha sido el crear el sistema tecnológico adecuado para automatizar todo el proceso”, asegura su fundador, poniendo de manifiesto cómo también montar un proyecto nuevo requiere de un gran trabajo.
Este tipo de soluciones ayudan a que las empresas puedan replantearse sus negocios de la mejor forma posible. El confinamiento ha hecho mella en muchos negocios y es mejor poner un punto y seguido en una trayectoria profesional lo antes posible para poder recuperar cuanto antes, la ilusión por un nuevo proyecto y los ingresos con el desarrollo de la actividad.