España ha captado ya el 79% de la financiación a largo plazo que necesita este año
Ha acelerado la emisión con la venta de 147.000 millones de euros; el interés medio de la deuda que ha vendido en 2020 se sitúa en el 0,29%
Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro, pilota con mano firme la estrategia de financiación de España. Sus objetivos son cubrir sin ningún tipo de contrariedad el déficit público, que se disparará este año por encima del 12%, y además repagar los vencimientos de la deuda lanzada años atrás. Con cinco meses todavía por delante, el país ya ha captado 147.292 millones de euros en deuda a medio y largo plazo, según las últimas estadísticas del organismo. Es el 79,2% de la previsión total, ampliada el pasado mayo ante el estallido de la pandemia coronavírica.
Rápido y con buena letra. Así está ejecutando el organismo de financiación del Estado su estrategia para afrontar la crisis. En cuanto llegaron los problemas, el Tesoro comenzó a elevar el tamaño de las subastas, tanto de letras como de bonos y obligaciones. Llegado agosto, puede exhibir un coste medio mínimo en el dinero que ha captado en 2020, de tan solo el 0,29%, con un coste para toda la deuda en circulación que se mantiene en mínimos históricos: el 1,94%, a fecha de ayer.
Cierto es que, en total, le quedan por captar 86.518 millones de euros, pero la tarea más difícil, la de colocación de deuda a medio y largo plazo, está prácticamente resuelta. Hasta final de año, tendrá que vender unos 38.700 millones de euros. También prevé vender deuda a corto plazo –letras, con vencimientos entre tres y doce meses– por cerca de 48.000 millones de euros (véase gráfico). Pero este papel no implica ninguna dificultad. Incluso en los peores momentos de la crisis soberana que asoló a los países periféricos de la eurozona entre 2010 y 2012, no hubo obstáculos significativos para vender este activo. De este tipo de deuda ya ha captado el 57% de lo previsto, tras haber adjudicado 63.541 millones.
Previsión
El Tesoro ha sido previsor, no solo con la ampliación del aumento de la cuantía de las subastas sino con las emisiones sindicadas. Una vez decretado el estado de alarma, colocó 37.000 millones en este tipo de operaciones, de la mano de sus bancos de referencia. Lo hizo además con plazos nunca vistos en España, como siete y veinte años, y fortísima demanda en todas ellas. Ya antes de que estallara el Covid-19, el 14 de enero, logró otros 10.000 millones fuera del calendario de subastas.
El BCE ha sido la clave de bóveda de la estrategia de financiación española. En concreto, el plan de recompras antipandemia lanzado por Christine Lagarde, por 1,35 billones, de los que ya había empleado 440.057 millones a cierre del pasado viernes. De esta cuantía, 46.111 millones han ido a deuda soberana española.
El rendimiento del bono español a 10 años se ha desplomado desde el 1,26% que llegó a pagar justo después de que se declarara el estado de alarma hasta colocarse por debajo del 0,3%. El BCE no puede comprar directamente en las emisiones que realizan los países del club, pero el efecto es el mismo. En esencia, lo compra un inversor y este se lo recoloca al Banco Central al minuto siguiente. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, descartó ayer recurrir al fondo europeo MEDE, que puede emitir para España hasta 24.000 millones a tipos negativos, como publicó el lunes día 3 El País.
Carlos San Basilio, con el escudo de Lagarde, elevó la previsión de emisión bruta de deuda a medio y largo plazo el 21 de mayo, hasta los 185.969 millones, frente a los 117.469 millones iniciales. También amplió la previsión de financiación a corto plazo, de los 79.035 a los 111.688 millones. En todo caso, el Tesoro sigue ampliando la duración media de la deuda, hasta los 7,71 años, frente a los 7,55 años de cierre de 2019. En total, el organismo se propone captar 297.657 millones de euros, frente a los 196.504 millones calculados en enero. Computando letras y deuda a largo plazo, ya tiene el 70,9%.
El rendimiento del bono a 10 años cae del 0,3%
Cerca de mínimos anuales. El tipo de interés de la deuda española a 10 años cerró ayer por debajo del umbral del 0,3%. Se situó en el 0,283%, su nivel más bajo desde el 11 de marzo, unos días antes de que se declarara el estado de alarma el día 14 de ese mes. Está, además, cerca del mínimo anual del 0,176% que marcó el 4 de marzo.
La primera y última subasta de agosto. Mañana, el Tesoro saldrá al mercado para captar entre 3.750 millones de euros y 5.250 millones. Los plazos de vencimiento serán abril de 2023, julio de 2027 y octubre de 2030. También venderá obligaciones ligadas a la inflación europea que expirarán en siete años. Esta será la primera emisión de deuda a largo plazo en agosto y también la última, puesto que el organismo de financiación del Estado, como es habitual, no convocará la programada para finales de agosto, en este caso fijada para el día 20. Sí mantendrá, previsiblemente, la agendada para el día 25, aunque esta será de papel a corto plazo
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