Bruselas abre una investigación sobre la compra de Fitbit por Google por posible daño a la competencia
La UE estudiará la adquisición de la firma de relojes inteligentes para esclarecer si amplía la posición de la multinacional en el mercado de publicidad online
El temor de Google a que la Comisión Europea abriera una investigación en profundidad sobre su adquisición de la empresa de relojes inteligentes Fitbit por 2.100 millones de dólares se ha cumplido. Bruselas tenía hasta el 4 de agosto para tomar una decisión y, finalmente, ha decidido emprender dicha investigación ante el temor a que dicha adquisición pueda dañar a la competencia. La decisión llega tras una primera revisión del acuerdo y amenaza con descarrilar la compra del fabricante de relojes inteligentes.
El Ejecutivo comunitario ha señalado hoy a través de un comunicado que teme que la operación "refuerce aún más la posición de Google en los mercados de la publicidad online, aumentando el volumen de datos que Google podría utilizar para personalizar la publicidad que propone o muestra".
Bruselas tiene dudas sobre el impacto que tendrá la transacción en los servicios de venta de espacios publicitarios en las páginas de resultados de los motores de búsqueda y en el suministro de servicios de tecnología publicitaria (herramientas de análisis utilizadas para la compraventa de anuncios).
La medida adoptada por la Comisión Europea se produce pese a que Google se había comprometido el pasado junio a no utilizar los datos de Fitbit para su publicidad. La Comisión Europea aseguró, en este sentido, que la promesa por parte del gigante de internet era "insuficiente" para calmar sus preocupaciones.
Según la vicepresidenta comunitaria y responsable de Competencia Margrethe Vestager, el uso de los dispositivos portátiles por parte de los consumidores europeos debería aumentar de manera considerable en los próximos años y ello se acompañará de "un crecimiento exponencial de los datos generados por estos dispositivos". "Estos datos", añadió, facilitan "informaciones esenciales sobre la vida y la salud de los usuarios de los dispositivos". Por ello, dijo, la investigación pretende garantizar que con la compra de Fitbit, el control de Google sobre los datos recopilados a través de los relojes y pulseras inteligentes de esa compañía no generará distorsiones de competencia.
El Ejecutivo comunitario cree que la compra de Fitbit otorgaría a Google una mayor ventaja en la personalización de anuncios a través del motor de búsqueda, lo que supondría una nueva barrera de entrada y expansión para sus competidores en el sector de servicios publicitarios online. Esto perjudicaría en última instancia tanto a anunciantes como a editores, que se enfrentarían a unos precios más altos.
La Comisión considera que la multinacional tecnológica es "dominante" en el sector de servicios de búsqueda publicidad online y cuenta con una "posición fuerte" en el mercado de visualización de servicios publicitarios en veinte países (entre ellos España) y en el de suministro de servicios de tecnología publicitaria.
Aunque la Comisión Europea ha dicho que su principal preocupación es esa “ventaja” que darán los datos a Google para servir anuncios más personalizados, la investigación de Bruselas también examinará las consecuencias de la adquisición de Fitbit por Google en el sector de la sanidad digital, que está en una fase "incipiente" en Europa, y si Google tendría los medios y la capacidad para dificultar la operabilidad de los wearables desarrollados por rivales con su sistema operativo Android.
La Comisión Europea decidirá antes del 9 de diciembre si elimina o no el bloqueo a la adquisición de Fitbit por parte de Google. El organismo de control europeo aseguró ante este escenario que se da hasta el 9 de diciembre para decidir si bloquea o no la operación. Mientras, Google dijo que cooperará con el proceso. Esta compañía sigue defendiendo que la combinación de su hardware con el de Fitbit aumenta la competencia en el sector. La adquisición de Fitbit, anunciada en noviembre de 2019, permitiría a Google tomar posiciones en el negocio de los wearables. Según los datos de IDC, en el primer trimestre de 2020, este mercado era dominado por Apple, con una cuota del 29,3%, seguido de Xiaomi, Samsung y Huawei. Fitbit, que presentó unas pérdidas de 132 millones de dólares en su último año fiscal, tenía un 3% del mercado.
Google ha insistido en repetidas ocasiones que "este acuerdo es sobre dispositivos, no sobre datos". "Hemos sido claros al asegurar que no utilizaremos los datos de salud y bienestar recopilados por Fitbit para los anuncios de Google", dijo en un comunicado Rick Osterloh, vicepresidente senior de dispositivos y servicios de la multinacional. "Como hacemos con todos nuestros productos, daremos a los usuarios de Fitbit la opción de revisar, mover o eliminar sus datos", añadió.
El gigante de internet está convencido de que la combinación de los esfuerzos de Google en hardware y Fitbit aumentará la competencia en el sector, "haciendo que la próxima generación de dispositivos sea mejor y más asequible", añadió Osterloh.
La investigación de Bruselas a la operación llega después de que el anuncio de esta compra desatara fuertes críticas por parte de algunos proveedores ligados a la atención médica, fabricantes rivales de wearables y 20 organizaciones de consumidores que expresaron su temor sobre los temas de privacidad y el aumento de poder que ello conllevaba para el gigante estadounidense.