Google podría salvar la compra de Fitbit en la UE si se compromete a no utilizar sus datos de salud
El gigante de internet evitaría así una investigación antimonopolio más extensa o el bloqueo de la operación, según Reuters.
Google podría ser capaz de evitar una investigación antimonopolio más extensa por parte de la UE sobre su adquisición de Fitbit por 2.100 millones de dólares si promete no utilizar los datos relacionados con la salud de esta compañía para su negocio publicitario, según aseguran personas familiarizadas con el asunto a Reuters.
La Comisión Europea, que se ha dado hasta el próximo 20 de julio para tomar una decisión, declinó hacer comentarios. La fecha límite para que Google ofrezca concesiones es el 13 de julio. Desde esta compañía han defendido reiteradamente que la compra de Fitbit, fabricante de relojes y pulseras inteligentes para hacer seguimiento de la condición física del usuario, es un acuerdo con el que persiguen tomar posiciones en el negocio del hardware.
La adquisición, anunciada en noviembre de 2019, permitiría a Google tomar posiciones en el negocio de los wearables. Según los datos de IDC, en el primer trimestre de 2020, este mercado era dominado por Apple, con una cuota del 29,3%, seguido de Xiaomi, Samsung y Huawei. Fitbit tenía un 3% del mercado.
Sin embargo, Bruselas está investigando antes de autorizar o rechazar la operación, o aprobarla con condiciones, si la adquisición de Fitbit daría al gigante de internet más datos para afianzar su motor de búsqueda y su negocio de publicidad.
La adquisición de Fitbit daría a Google información tan personal sobre los usuarios como el número de pasos que dan a diario, la calidad de su sueño, las calorías consumidas y sus frecuencias cardíacas.
La operación no solo ha levantado sospechas en los reguladores europeos, que pidieron a los fabricantes rivales de Google y Fitbit información sobre si el acuerdo dañará la competencia. También unos 20 grupos de defensa de los consumidores mostraron hace días su preocupación por esta adquisición, porque ven una amenaza respecto a la privacidad de los datos personales y un serio riesgo de que Google aumente su posición de dominio en los mercados digitales.
Aunque según Reuters, Google podría disipar las preocupaciones de la competencia al ofrecer una promesa vinculante a los reguladores de la competencia de la UE en la línea con su promesa el año pasado, cuando ya dijo que no iba a utilizar los datos de salud y bienestar de Fitbit para los anuncios de Google, las organizaciones que se oponen a la operación insistirán en su argumento.
Según apuntaron a principios de este mes, "la experiencia pasada muestra que los reguladores deben desconfiar de cualquier promesa por parte de las empresas fusionadas sobre las restricciones en el uso de datos. Y deben asumir que Google, en la práctica, utilizará la totalidad del conjunto de datos altamente sensibles, únicos e independientes de Fitbit, en combinación con los suyos".
Más allá de lo que determine Bruselas, la compra de Fitbit por Google está bajo estudio por parte de la Competencia de Australia, que también ha mostrado sus dudas y ya ha dicho que tomará una decisión al respecto antes de que finalice el próximo mes de agosto. Y el Departamento de Justicia de los EE UU está revisando igualmente el acuerdo. El gigante de internet se enfrenta en estos momentos a una investigación antimonopolio en Washington, donde se está analizando si está utilizando su poder para dañar a otros rivales más pequeños.