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Macroeconomía

Una recuperación asimétrica

La desigualdad social derivada de la crisis puede generar tensiones de tipo político

A primeros de julio se Esade presentó una nueva edición de su Informe Económico y Financiero (ver también vídeo) elaborado con la colaboración del Banco Sabadell. Su dierector. José Ignacio Conde-Ruiz, profesor visitante de Esade y subdirector de FEDEA, y uno de sus autores, el profesor de Esade Josep M. Comajuncosa, coincidieron en que, si bien es difícil poner cifra a la caída y posterior recuperación económica, con total seguridad esta última será asimétrica según países, sectores y colectivos de población, y provocará tal desigualdad social que será capaz de generar elevadas tensiones de tipo político.

A escala global Esade prevé un segundo semestre de 2020 ligeramente mejor que el primero, en el que el confinamiento produjo sendos shocks de oferta y de demanda, que, sumados a una alta incertidumbre, desembocaron en una recesión más grave que la experimentada en la crisis financiera de 2009.

La reactivación global se verá a medida que se flexibilicen los confinamientos y la economía vaya recobrando actividad, aunque habrá sectores que tardarán en alcanzar su situación previa a la crisis, debido a su mayor contacto social. El grado de recuperación dependerá de cómo afronten los países los problemas de solvencia de sus pymes en estos sectores, minimizando las quiebras y la pérdida de empleos y, también, de las políticas monetarias que pongan en marcha sus respectivos bancos centrales y que deberán ser muy expansivas para acomodar las imprescindibles políticas fiscales expansivas. Pero si hay algo seguro es que toda esta situación tendrá un gran impacto en los presupuestos públicos de los países, con un aumento considerable del déficit y, por consiguiente, un incremento en la deuda pública, tanto en las economías desarrolladas, como en las emergentes.

Eurozona, reactivación desigual

En lo que se refiere al viejo continente el Banco Central Europeo (BCE) prevé para 2020 una caída del 8,7% en la Eurozona, casi el doble que en 2009 (4,5%) y, para 2021, un crecimiento agregado del 5%. Sin embargo, los autores de este informe vuelve a advertir que esta recuperación será asimétrica, ya que mientras que Alemania acabará el año que viene con un 0,5%, por encima de la producción que tenía antes de la pandemia, otros países, como España e Italia, o incluso Francia, estarán por debajo.

Como punto fuerte, Esade destaca que la recuperación de la Eurozona podrá apoyarse en la la salud del sistema bancario, algo que no pudo hacer durante la Gran Recesión. La política monetaria del BCE ha permitido mantener un buen ritmo de flujo de crédito hacia las empresas y ha conseguido mantener los tipos de la deuda pública a niveles bajos y parecidos entre los distintos países de la zona. Otro de los puntos cruciales para una recuperación será el Fondo Europeo de Recuperación Económica, un paso, por otra parte muy importante en la integración fiscal que necesita la región para convertirse en un área monetaria óptima, como recuerdan los autores del Informe Económico y Financiero de Esade.

Las cinco debilidades de España ante la recuperación

Centrado en España Esade prevé un final de 2020 con una caída superior al 10% de su PIB y, para 2021, una recuperación el 6% y el 7%, siempre y cuando no se vuelva a vivir un segundo episodio de confinamiento como el de primavera. Un escenario en el que el incremento del déficit público superará el 10% del PIB y la deuda pública será superior al 115%.

Los autores del informe señalan que la recesión de la economía española será más profunda que otros países por cinco debilidades específicas:

  1. La naturaleza de la economía, más orientada que otras hacia servicios que requieren de contacto social, que se verán más afectados y durante más tiempo.
  2. El tejido empresarial español, que alberga un importante porcentaje de empresas pequeñas o muy pequeñas, que requerirán medidas específicas de financiación.
  3.  El confinamiento llevado a cabo, que ha sido más estricto que en otras regiones y que ha producido una caída mayor del crecimiento en el segundo trimestre que en otros países.
  4. Un mercado laboral más precario, con mayores tasas de temporalidad.
  5. Una menor movilización de recursos frente a la crisis al contar con una menor capacidad de respuesta fiscal que otros países.

Según Esade, la recuperación económica estará ligada a la correcta desescalada de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), para la que proponen un esquema flexible con incentivos al empleo, a fin de evitar que éstos se conviertan en ERE (o despidos);  las ayudas específicas a sectores que se vean más afectados, y que en necesitarán de la activación de la demanda; el crédito, para que la falta de liquidez de las empresas no se traduzca en falta de solvencia y el Fondo Europeo de Recuperación Económica. En su opinión, este fondo ha de proteger el mercado único de Europa, y compensar a aquellos países con menor margen fiscal para que puedan competir en igualdad de condiciones en la Zona Euro.

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