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Un verano solidario para una infancia con energía

Educo y Kellogg ofrecen becas de comida en campamentos para menores vulnerables

Hora del desayuno en un campamento urbano en Madrid.
Hora del desayuno en un campamento urbano en Madrid.
Rafael Durán Fernández

Las vacaciones de verano es una época esperada siempre por los niños, es sinónimo de diversión, de viajar a la playa o a la montaña, de amigos, de primos, de piscina, de romper con la rutina de las tareas y las obligaciones escolares. Aunque esto no es exactamente así para los niños y niñas en riesgo de pobreza y exclusión social, que han visto su situación de vulnerabilidad agravada con la crisis del Covid-19.

Para revertir esta situación, la ONG Educo, este año con la colaboración de la multinacional alimentaria Kellogg, han puesto en marcha durante los meses de julio y agosto un programa de Becas Comedor Verano en campamentos urbanos y colonias. El programa, como explica la directora de Educo España, Macarena Céspedes, “tiene tres componentes básicos. Uno es ofrecer a niños y niñas que tienen condiciones económicas muy precarias unos días de vacaciones, de estar en un campamento con otros niños, jugando, divirtiéndose y haciendo algo diferente y tener la oportunidad de salir de casa. Es muy pertinente y más este verano después de todo el tema del confinamiento”.

Otro componente es el educativo, “que este año está muy enfocado en reforzar la educación emocional, que expresen cómo han vivido todo y cómo esperan la vuelta al cole, en el buen uso de las herramientas tecnológicas y las nuevas tecnologías y en la gestión del conflicto, cómo podemos acentuar el buen trato y decir las cosas gestionando que no haya un conflicto y que si lo hay se pueda arreglar fácilmente”, relata Céspedes.

Y el tercer componente es garantizar la alimentación de esos niños y niñas con al menos una comida completa al día. Para reforzar este apartado, Kellogg garantiza un desayuno completo todas las mañanas a los niños que se beneficiarán de estos espacios sociales y educativos durante el periodo estival, en los casos en que sea posible.

Los campamentos acogen a niños desde 3 años hasta los 17 y se dividen por grupos y horarios

“Es una forma de adaptar el programa Todos a Desayunar de Kellogg, con el que llevamos varios años, con el que damos el desayuno en los colegios”, señala Amparo Lobato, responsable de RSC de Kellogg. “Teníamos este año 1.066 niños en el programa en 12 colegios y cuando se suspendieron las clases se tuvo que suspender el desayuno”, lamenta Lobato.

Sin embargo, Kellogg ideó pronto, con la ayuda de los propios directores de los colegios, una fórmula para seguir apoyando a las familias de estos niños en riesgo de exclusión social que participan regularmente en su programa Todos a Desayunar: sustituir los desayunos escolares por carros de la compra con 38 kilos de alimentos básicos que se entregan quincenalmente en colaboración con Carrefour. “De los 12 colegios que tenemos se apuntaron 9, porque los otros ya tenían resuelto el problema con acuerdos con bancos de alimentos”, apunta Lobato.

La donación de Kellogg ha sido de 50.000 euros, que cubren las necesidades de los 2.900 niños inscritos en campamentos que incluyen desayuno, lo que supone servir más de 23.000 desayunos. “El programa Todos a Desayunar se financia con la venta de los cereales de la marca W. K. Kelloggs, que son los cereales que se comercializan con el nombre de nuestro fundador”, recuerda la responsable de RSC de la compañía. Kellogg destina 10 céntimos de cada paquete vendido a fines sociales.

Campamentos pos-Covid

Los campamentos están pensados para niños “desde 3 años hasta los 16 o 17, y se dividen por grupos y por horarios, separando las actividades de los más pequeños y los más grandes”, precisa la directora de Educo España, que reconoce que este año organizarlo todo ha sido más complejo por la situación de pandemia. “Ha sido una especie de espiral en la que íbamos actuando día a día”, asevera. “Sanidad ha dado una serie de indicaciones que hacen muy difícil la organización de los campamentos con pernocta, porque se tiene que reducir el ratio de niños, aumentar el número de monitores, mascarillas, geles hidroalcohólicos, medidas sanitarias… Todo eso al final es un coste económico que se eleva muchísimo”, concluye.

El programa tiene tres componentes básicos: ocio, educación y alimentación

La solución para muchas organizaciones ha sido la de campamentos urbanos, porque les han cedido espacios como centros escolares o espacios municipales. “Y lo que han organizado es alguna que otra salida o excursión, para que los niños salgan de la ciudad”, apunta Céspedes.

Los campamentos escolares son, finalmente, “una herramienta para que estos menores puedan seguir desayunando, comiendo, y en algunos casos cenando, de forma saludable”, remarca la directora de Educo. Porque, abunda la responsable de RSC de Kellogg, “sabemos, con los estudios que hemos hecho durante todos estos años, que es muy positivo que antes de empezar el día tengan un buen desayuno porque eso además tiene efectos en el rendimiento tanto físico como intelectual y también social, les ayuda a interactuar, a estar más tranquilos y más despiertos”.

Carros de la compra

Este año, el programa Todos a Desayunar de Kellogg ha proporcionado a niños y niñas vulnerables (1.066) de 12 colegios en distintos territorios de España un desayuno completo todos los días antes de empezar las clases. Los alimentos más frecuentes son fruta y verdura fresca, zumos, leche y otros lácteos, copos de avena y cereales, galletas y bollería, y pan con aceite o mantequilla y mermelada.

La irrupción de la pandemia y el posterior cierre de los colegios obligó a suspender el programa, pero no así la ayuda para las familias de estos menores. Se sustituyó el programa por la entrega de carros de compra con 38 kilos de alimentos, valorado en 50 euros, en colaboración con Carrefour.

“Teníamos financiación para 500 familias y se apuntaron 478, que reciben el carro cada dos semanas. Llevan así desde la primera semana de abril y se lo hemos garantizado hasta la segunda semana de septiembre, cuando comienzan las clases”, explica Amparo Lobato, responsable de RSC de Kellogg. “Como nos sobraban 22 carros, a aquellas familias que tienen más miembros en la unidad familiar o más niños en edad escolar, en lugar de darles el carro de la compra quincenalmente, se lo damos semanalmente”.

La cesta es común para todos, con leche, huevos, patatas, cereales, fruta, tomate frito, legumbres, arroz o pollo, adaptada a las necesidades nutricionales de los niños.

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Sobre la firma

Rafael Durán Fernández
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

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