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Mercados

Perspectivas de la renta variable para 2s20 y algunas reflexiones como inversor

De cara a los próximos meses, la gran mayoría de analistas y economistas coinciden en algo: la situación en la que nos encontramos nunca ha sido tan impredecible

La primera mitad de 2020 ha sido histórica en los mercados financieros, afectados por la crisis derivada del Covid-19 a nivel global. Una situación sin precedentes, con incertidumbre sanitaria y medidas de confinamiento en las principales economías, que se han traducido en un una fuerte contracción económica. Esto, unido a las medidas monetarias y fiscales adoptadas por las autoridades para intentar suavizar dicho impacto, son los principales factores que explican el comportamiento de los activos financieros en este semestre, que será recordado como uno de los de mayor volatilidad en la historia de los mercados de renta variable.

De cara a los próximos meses, la gran mayoría de analistas y economistas coinciden en algo: la situación en la que nos encontramos nunca ha sido tan impredecible, atendiendo a: cuestiones sanitarias (como una posible segunda oleada del Covid-19), económicas (con un aumento del desempleo en las principales economías, menor crecimiento y un aumento del endeudamiento en empresas) y geopolíticas (elecciones en Estados Unidos, o la guerra comercial). Y a pesar de todo, los mercados de renta variable han tenido uno de sus mejores trimestres en los últimos 20 años, y los mercados parecen “calmados” en el inicio del segundo semestre.

En lo que respecta a cuestiones sanitarias, aunque parece que el peor impacto de la crisis ha podido ser superado, sigue habiendo temor a una segunda ola de contagios en otoño. Consideramos que hasta que no pasen algunos meses no podremos verificar el impacto completo de la crisis sanitaria en el tejido empresarial y en el empleo. En el plano macroeconómico, los indicadores más adelantados del ciclo están recuperando, pero desde mínimos históricos.

Los principales organismos han empeorado sus previsiones 2020, y la recuperación se antoja larga y de baja intensidad. El consumo y la inversión siguen afectados por medidas de distanciamiento social, elevado desempleo y caída de márgenes empresariales. Es poco probable que el PIB global se recupere completamente debido a la cautela del sector privado, las tensiones en los balances y la retirada de los estímulos fiscales. Es razonable pensar que el PIB global se quedara a finales de 2021 un 3-4% por debajo del nivel que teóricamente seguía antes de la pandemia.

Es poco probable que el PIB global se recupere completamente debido a la cautela del sector privado, las tensiones en los balances y la retirada de los estímulos fiscales

De cara a renta variable, las preguntas a hacerse, una vez resuelta la crisis sanitaria, serían:

  1. ¿Cómo de intensa va a ser la recuperación? (y por tanto, cuáles serán los beneficios en 2021-22e) 
  2.  ¿Qué múltiplos pagará el mercado?, teniendo en cuenta la velocidad en la recuperación económica, posibilidad de segundas rondas de contagios en países “curados”, tipos de interés, primas de riesgo (previsiblemente altas, por miedo a nuevos “cisnes negros”) , y menor intensidad en M&A.

La normalización de beneficios esperada para 2021, debería suponer crecimientos de los beneficios en una magnitud similar a la caída de este año, que nos dejarían al final de todo el trayecto (recesión + recuperación) a finales de 2021 con unos beneficios en torno a un 10/15% inferiores a los logrados en 2019. Esto, junto a los importantes estímulos monetarios y fiscales aplicados, creemos que explica la recuperación desde los niveles de marzo (en el caso europeo, la corrección acumulada en el 1S20 se sitúa precisamente en ese 10-15%).

En los próximos trimestres deberíamos asistir a un escenario de gradual recuperación de la economía, y no es descartable asistir a alguna noticia positiva, como una posible vacuna, la progresiva ralentización de la pandemia, un tratamiento eficaz, o una recuperación aún más vigorosa de la economía, pero lo cierto es que en estos niveles de cotización del mercado también hay una elevada incertidumbre económica, de visibilidad de resultados en algunos sectores, y geopolítica.

En los próximos trimestres deberíamos asistir a un escenario de gradual recuperación de la economía, y no es descartable asistir a alguna noticia positiva, como una vacuna

Seguimos pensando que en el nuevo mundo "postcoronavirus", la renta variable seguirá siendo un activo interesante donde invertir, teniendo en cuenta su capacidad para generar retornos atractivos y sostenibles en el medio y largo plazo, en un entorno de tipos bajos al que nos enfrentaremos durante mucho tiempo.

Es razonable pensar que el próximo ciclo estará caracterizado por una menor expansión de múltiplos, con algo de presión en márgenes, llevando quizá a menores retornos, en un mercado más ancho y plano. Respecto a regiones geográficas, en la última década, el mercado estadounidense ha tenido un comportamiento muy positivo, reflejando la dominancia del factor de crecimiento, con el sector tecnológico a la cabeza, y una menor prima de riesgo frente a Europa.

Otros sectores están evolucionando rápidamente, ampliando las oportunidades de crecimiento a otros sectores como MedTEch, FinTEch o EdTEch, así como ESG. Esto sugiere que las oportunidades para encontrar crecimiento serán más diversas desde un punto geográfico, y el enfoque global es imprescindible.

Dentro de ese escenario, en Renta 4 Gestora seguimos sobreponderando empresas de calidad y crecimiento visible, bien gestionadas, inmersas en megatendencias, sólidas desde un punto de vista financiero, con elevada generación de caja y retornos sobre el capital empleado interesantes, que actualmente presentan valoraciones razonables. Las encontramos principalmente en sectores salud, consumo básico, y tecnología. Por otro lado, en el actual contexto, con menor liquidez y elevada volatilidad, se presentan algunas dislocaciones y oportunidades potenciales para la gestión activa y la selección de valores, principalmente en sectores cíclicos de calidad, que podrían repuntar con fuerza a medida que la situación económica mejore.

Empresas que actualmente están en territorio “deep value”, líderes en su sector, con buena situación financiera, y con fuerte sensibilidad en resultados a una rápida vuelta a la normalidad. Las encontramos principalmente en nichos industriales y materias primas.

La evolución más importante en los gestores de renta variable de Renta 4 en los últimos años, antes de la aparición del Covid, ha sido el cambio del foco desde “¿cuánto vale la compañía hoy?”, a “¿cómo puede la compañía componer su valor a lo largo del tiempo?” En otras palabras, estamos dedicando más tiempo en analizar megatendencias, descubrir y conocer con mayor profundidad compañías de elevada calidad, y menos en intentar determinar el valor de una compañía en, digamos, un horizonte temporal de corto-medio plazo (12-18 meses).

Esta evolución nos está llevando a enfocarnos más en identificar los sectores más atractivos, en el tamaño del mercado potencial, en las ventajas competitivas de la empresa, el retorno sobre el capital invertido o las oportunidades de reinversión de la caja generada. Este cambio de concepto, unido al trabajo realizado por el equipo, nos ha permitido comprar compañías excelentes a precios muy atractivos en marzo-abril, “sentarnos” como accionistas en empresas con unas perspectivas de crecimiento y retornos sobre el capital muy interesantes de cara a los próximos años.

La evolución digital ha dado varias zancadas durante estos meses de confinamiento y aunque llevamos más de una década en el que las disrupciones (principalmente tecnológicas) están afectando de forma significativa, creemos que la revolución industrial en la que nos encontramos se está acelerando y que los consumidores, empresas y gobiernos tienen que asumir que es imperativo adaptarse a la era digital.

Los modelos comerciales tradicionales se enfrentan a una ola de disrupciones derivadas de las nuevas tecnologías, los nuevos contenidos y las nuevas formas de consumo, en este contexto es fundamental la adaptación. Vemos varias tendencias muy evidentes: digitalización, descentralización, salud, energías renovables, automatización y cambio en hábitos de consumo, que tienen mucha presencia en nuestra cartera de acciones.

Estas mega-tendencias hay que aprovecharlas comprando empresas o negocios de calidad con ventajas competitivas y elevada visibilidad de crecimiento. Lo más importante es saber que empresas están baratas hoy con los beneficios que van a ganar mañana. Lo que hoy está aparentemente caro si crece rápidamente puede estar muy barato con los beneficios que generen a 5 o 10 años vista. Actualmente lo que está barato indica un riesgo de estar invertido en una trampa de valor por encontrarse en un periodo de disrupción (financieras, petroleras, retail, autos, hardware, etc.).

La cartera de acciones de Renta 4 Valor Europa FI tiene la mayoría de estas temáticas a través de la inversión en acciones de Sanofi, Novartis, Unilever, Danone, Prosus, ASML, SAP, Amadeus, Reckitt Benckiser, Roche, Philips, Healthineers, Kerry Group, Rentokil, Fresenius, EssilorLuxottica, o GN Store, etc.

En el Renta 4 Small Caps Euro, ejemplos son Rovi, Orpea, Ipsen, Vitrolife, Delivery Hero, Shop Apotheke, Sdiptech, Teleperformance, Avast, Soitec, CAF, Trigano, Fluidra o MIPS.

En conclusión, en un escenario tan impredecible como el actual, creemos que la gestión “bottom-up” y la selección de valores tienen cada vez mayor importancia. Nuestro objetivo en Renta 4 Gestora es encontrar esas compañías, en múltiples países y sectores, que pueden tener un buen comportamiento en el medio largo plazo y componer valor, independientemente de macro y condiciones de mercado.

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