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Formación, entre la educación líquida y la presencial

Universidades y escuelas de negocios contemplan varios escenarios de cara al próximo curso

Formación líquida en IE University.
Formación líquida en IE University.

Un jueves por la tarde la actividad universitaria era casi al 100% presencial y el lunes siguiente más de 5.500 estudiantes tuvieron que retomar su actividad en remoto, desde casa. Así resume Jon Altuna, vicerrector académico de Mondragon Unibertsitatea, los primeros días del estado de alarma: “Tuvimos un fin de semana para convertir los hogares del alumnado, profesorado y personal en un nuevo campus digital multiconectado”. Este fue el primer impacto que, como esta universidad vasca, sufrieron todas las instituciones educativas, de un día para otro y en medio del curso.

Ahora, universidades y escuelas de negocios se centran en el diseño de su estrategia para afrontar el curso 2020/2021. La experiencia del aprendizaje en remoto va a dejar huella, explica Altuna: “Hemos identificado actividades en las que lo presencial genera valor añadido clave, y hemos visto que lo remoto puede tener un espacio mayor".

El liquid learning es la apuesta de IE University. Es un modelo de formación que supone una transfor­mación de la experiencia educativa, según la institución, que ha rediseñado sus cursos con nuevas metodologías, contenidos y materiales académicos para adaptarlos a este nuevo modelo. “Vivimos en un mundo líquido en el que las fronteras entre el entorno físico, digital y natural se desdibujan", apunta Diego del Alcázar, vicepresidente de IE University.

Clases híbridas

La conferencia de rectores (CRUE) trabaja en varios escenarios con vistas a la vuelta a las aulas. Ninguno contempla que los alumnos pasen el día en el campus, de momento. Las clases magistrales serán online y la parte más práctica, presencial. Está por ver si este aprendizaje híbrido se prolongará durante todo el curso.

Por su parte, ESIC baraja diversos escenarios: clases presenciales, virtual, de forma síncrona, con los mismos horarios que en la modalidad presencial, y una mezcla de ambas, de forma que el alumno asista un día a clase, otro en remoto, y así sucesivamente, o una semana en clase, otra online.. "Lo relevante es conseguir que el alumnado adquiera los objetivos de aprendizaje y las competencias inherentes a cada asignatura, independientemente del formato", opina Segundo Huarte, decano del área universitaria de ESIC.

Con la experiencia del último trimestre, la Universidad Pompeu Fabra también prevé varios escenarios para poder reaccionar a las eventuales restricciones de asistencia que la situación sanitaria pueda plantear. La UPF quiere sacar el máximo rendimiento de la experiencia en el aula, pero propone hacer a distancia las clases de gran grupo, mientras que sugiere mantener en los campus las actividades formativas en grupos pequeños, donde la presencialidad es decisiva.

En caso de que se estipule número de alumnos por aula, IEB planifica la adaptación para impartir clases presenciales y online (en aulas contiguas) para que todos los alumnos las sigan a la vez. “La demanda para el próximo curso no ha bajado, por el contrario, estamos experimentando un aumento”, asegura Ignacio Muñoz, responsable de admisiones del IEB. En plena turbulencia sanitaria y económica, Jon Altuna advierte: “No debemos olvidar que formar a las personas es la mejor manera de afrontar una crisis económica”.

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