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DiaSorin, un raro punto de luz en la oscuridad italiana

El éxito de los kits para el Covid-19 de la biotecnológica han disparado sus acciones y el entusiasmo del mercado

Instalación de test de Covid-19 en Los Ángeles (California, EE UU), el 30 de junio.
Instalación de test de Covid-19 en Los Ángeles (California, EE UU), el 30 de junio.FREDERIC J. BROWN (AFP)

Tal vez los kits de DiaSorin para la Covid-19 no sean tan emblemáticos como los bolsos de Prada o los deportivos de Ferrari, pero en la pandemia se venden como rosquillas. Si la emergencia desaparece, con ella se irán las ventas de las pruebas para detectar el virus fabricadas por la empresa de Milán. Aun así, la actividad empresarial de esta compañía biotecnológica valorada en 11.000 millones de dólares representa un salto cualitativo respecto a los tradicionales productos Made in Italy.

Los inmunodiagnósticos no son algo que se asocie inmediatamente con Italia, la tierra del buen comer y el diseño. Pero la experiencia de DiaSorin en los análisis serológicos, que tuvo su origen en la alianza en 1968 entre la empresa automotriz Fiat y el en otro tiempo peso pesado de la industria química Montecatini, se volvió esencial al explotar la pandemia.

Hace unos meses, el grupo logró detectar anticuerpos contra la covid-19 en solo una hora. Reino Unido se convertía el martes en el cuarto país en aceptar el kit serológico de DiaSorin para efectuar pruebas de detección masivas. Esto explica por qué sus acciones aumentaron un 51%, frente a la caída del 12% experimentada por el índice de referencia STOXX Europe 600.

DiaSorin, que debe su forma actual a la adquisición por su equipo directivo en 2000 con el respaldo del presidente Gustavo Denegri, trabaja ahora en el desarrollo de una prueba de detección del coronavirus en muestras de saliva. La prueba podría realizarse en solo cinco minutos, saldría barata y sería fácil de fabricar masivamente. Mientras no haya una vacuna que controle el virus, las pruebas generalizadas para prevenir el contagio se convertirán en la norma.

El entusiasmo por la empresa italiana comporta riesgos. A 38 veces los beneficios estimados, su valoración está por debajo del múltiplo de 43 alcanzado por su rival francesa directa, Biomerieux, pero muy por encima de las 22 veces que alcanza Abbott Laboratories, un rival de mayor tamaño. A casi 175 euros, el precio de la acción está un 15% por encima del objetivo de precio medio de 175 euros propuesto por los analistas, según muestran datos de Refinitiv.

Y DiaSorin se enfrenta a una dura competencia. Gigantes como Roche y docenas de empresas de nueva creación investigan para crear pruebas de detección de covid-19 más rápidas y precisas. La aparición de una vacuna haría que la demanda de pruebas de detección se desplomase. La parte positiva es que la población volverá a pedir los análisis de sangre normales, que supusieron el grueso de los 706 millones de euros obtenidos por DiaSorin el año pasado, pero se paralizaron durante los confinamientos.

No obstante, la crisis actual ha demostrado que el inmunodiagnóstico es esencial para gestionar una pandemia. Y a diferencia de los bolsos, el trabajo biotecnológico avanzado no resulta fácil de copiar ni de trasladar a países en vías de desarrollo más baratos. A Italia, uno de los países más golpeados por el virus, centrarse más en empresas como DiaSorin podría permitirle avanzar hacia un futuro más rico.

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