El jefe de Volkswagen pierde el control en el peor momento
Comercialmente, aún podría reivindicarse a Diess, pero no puede permitirse más errores verbales
Es difícil sentir lástima por Herbert Diess. El jefe de Volkswagen se ha visto obligado a disculparse públicamente después de que sus indiscretos comentarios provocaran una pelea en la sala de juntas. Difícilmente podría llegar en peor momento.
A principios de mes, Diess criticó al consejo de supervisión por filtrar información sensible a los medios alemanes, describiendo sus acciones en una telerreunión de la empresa como “crímenes”. Desahogarse con un grupo de amigos puede ser comprensible. Pero hacerlo ante un público de más de 3.000 altos directivos muestra falta de juicio, y le valió una reprimenda formal del consejo de supervisión y una humillante admisión de Diess de que sus pullas eran “inapropiadas y equivocadas”.
Está desarrollando un hábito. El año pasado, un chiste sobre nazismo en un evento interno provocó una crítica general. Algunos miembros del consejo querían que se fuera, según una fuente, pero el presidente, Hans Poetsch, negoció que Diess dejara de ser el CEO de la marca VW pero conservara el control del grupo.
Se puede decir que es la decisión correcta. Es cierto que la acción está un 18% por debajo de cuando Diees ascendió a CEO, en abril de 2018. Pero en parte debido a su hábil manejo del escándalo de las emisiones que precedió a su nombramiento, ha superado ampliamente a Daimler y BMW (y a FCA y Peugeot) en ese período.
Puede haber subtexto. Diess ha provocado a los sindicatos, que tienen la mitad de los puestos del consejo de supervisión, porque quiere que se reduzcan drásticamente los empleos mientras se prepara para lanzar su primer vehículo eléctrico generalista (el ID3) para competir con los modelos 3 e Y de Tesla. Pero si logra alcanzar su ambicioso objetivo de vender tres millones de coches eléctricos en 2025 (un quinto de las ventas previstas), la empresa probablemente necesitará menos ingenieros industriales al dejar de utilizar motores de combustión interna. Comercialmente, aún podría reivindicarse a Diess. Pero no puede permitirse más errores verbales.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías