Telepizza anticipa una ruptura con Pizza Hut si no encuentra 115 millones de financiación
La compañía dice en sus resultados trimestrales que los planes de expansión ligados a esta alianza corren peligro de no encontrar los fondos
Los efectos del coronavirus también impactan de forma frontal en Telepizza. La cadena de pizzerías con reparto a domicilio ha presentado hoy sus resultados del primer trimestre, que arrojan unos ingresos de 93,2 millones, cifra que incluye las ventas de los locales gestionados de forma directa y los royalties percibidos de los franquiciados, entre otros conceptos.
Una cantidad que supone una mejora del 1% respecto al mismo periodo del año anterior, aunque los tres primeros meses del ejercicio se cerraron con una pérdida neta de 20,7 millones de euros frente a los 6,5 ganados en el mismo periodo del año anterior. Las ventas del sistema, que incluyen también los restaurantes franquiciados, fueron de 281 millones, un 6% menos.
Sin embargo, el impacto importante llega a partir de abril. En ese mes las ventas de todo el sistema apenas fueron de 55 millones de euros, un 41% menos que en el mismo mes del año anterior, y registró un ebitda ajustado negativo de 800.000 euros.
La empresa reconoce en su presentación que "pese a nuestros esfuerzos, nuestra liquidez está bajo presión". La caja en abril era de 76,5 millones, y Telepizza espera cerrar mayo en 50 millones. La deuda en el primer trimestre se elevó hasta 301 millones, más del doble que en el mismo periodo de 2019. La compañía además ha dispuesto toda la línea de crédito disponible que tenía con las entidades (revolving credit facility, en la jerga) y busca desesperadamente más dinero.
Así, la empresa ha contratado los servicios de dos bancos especilizados en reestructuraciones, Kirkland & Ellis y Houlihan Lokey, que se encargarán de evaluar las posibilidades con las que cuenta la compañía. En lado contrario, los bonistas han fichado a PJT Partners para que defienda sus intereses. Telepizza, como buena compra apalancada que fue, emitió 335 millones de euros, que pagan un cupón del 6,25% anual hasta 2026.
Todo ello resulta en una advertencia importante de la compañía propiedad de KKR, que no es otra de la posibilidad de romper el acuerdo de fusión con Pizza Hut, por el cual Telepizza tenía previsto abrir 1.300 restaurantes en un plazo de 10 años como máster franquicia de la primera. Una proyección internacional para la compañia española que fue uno de los grandes factores que atrajeron a KKR para la toma de control el año pasado. Un plan que ahora está en el aire: "El Covid-19 ha creado un número de impedimentos estructurales para nuestro modelo de negocio que necesitarán ser resueltos con capital adicional", dice la empresa en su presentación de resultados.
En particular, prosigue, "los objetivos de la alianza con Yum! [Pizza Hut] necesitan ser actualizados debido al Covid-19 y al entorno macroeconómico adverso". De no hacerlo, dice Telepizza, "podría existir el riesgo de que el acuerdo con Yum! pueda ser finalizado en el año fiscal 2021, teniendo un impacto potencial adverso en el negocio".
Una llamada de alerta en toda regla. Telepizza cifra sus necesidades de capital en una horquilla de entre 95 y 115 millones "para llevar a cabo el plan de transformación y mantener una liquidez adecuada". Ese dinero lo buscará en forma de inyección pura de capital y en financiación externa. La empresa confirma que ya ha contratado asesores financieros y discute con bancos españoles una financiación de 20 millones de euros.
En abril, la agencia de calificación Moody's ya alertó de las difícil situación por la que podría atravesar la compañía a nivel de ventas y rentabilidad por la crisis económica derivada del coronavirus, recordando que en la crisis que se desencadenó a partir de 2008 el negocio del reparto de comida a domicilió cayó un 20%. Una debilidad que según la agencía también se extendería a 2021.
La compra de Telepizza se remonta a diciembre de 2018, cuando un consorcio liderado por KKR lanzó una opa a 6 euros por acción. Tras una agria disputa con los fondos que estaban en el capital y que exigían más dinero, la operación se cerró en mayo del año pasado. Los compradores, capitaneados por el gigante estadounidense del capital riesgo se hicieron con el 56%. Posteriormente, a través de operaciones bilaterales de compra, los inversores, entre los que también están Artá, gestora del grupo March, Torreal, sociedad de la familia de Juan Abelló, el banco Safra Group y Altamar, elevaron su participación hasta superar el 80%.