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Distribución

El Corte Inglés negocia convertir su crédito antivirus de 1.311 millones a ICO

El objetivo es ampliar el plazo y abaratar los costes de la línea de financiación firmada a principios de abril

Centro de EL Corte Inglés en Pamplona
Centro de EL Corte Inglés en Pamplona

El Corte Inglés busca diferentes alternativas para reducir costes en sus diferentes vías de financiación, incluso en las que acaba de poner en marcha. El negativo escenario que se presenta para los próximos meses derivado de la crisis sanitaria del coronavirus hace más necesario recortar gastos donde se pueda sin aplicar medidas traumáticas.

De momento, la empresa ha planteado a sus bancos acreedores la posibilidad de modificar las condiciones de su crédito firmado el pasado 1 de abril con 14 entidades financieras por un importe de 1.311 millones de euros y un plazo de 12 meses. Este préstamo tenía por objetivo contar con liquidez inmedidata para hacer frente los pagos más inmediatos a proveedores, nóminas, y cubrir las contingencias derivadas de la crisis del coronavirus, que trajo consigo el cierre de la mayor parte de las tiendas y centros comerciales del grupo.

Esta nueva línea de financiación tiene el formato de una revolving credit facility (RCF), lo que permite ir haciendo uso de los fondos disponibles a medida que la empresa lo necesite, sin tener que llegar a disponer de todos ellos.

Pero ahora El Corte Inglés quiere transformar este crédito en un préstamo con aval del ICO, propuesta que ha trasladado a los 14 bancos que firmaron la línea de financiación el pasado abril. Estos estaban encabezados por Santander, BBVA, Caixabank y BNP Paribas como entidades financieras coordinadoras y las que mayor aportación realizaron, entre 200 y 215 millones cada uno. El resto de los participantes, Sabadell, Bankia, Crédit Agricole, Société Générale, Goldman Sachs, KutxaBank, Commerzbank, Ibercaja, Liberbank y Cecabank, aportaron menos de 100 millones cada uno.

La pretensión de El Corte Inglés y sus bancos es ampliar el plazo inicial de vencimiento fijado en un año y financiarse a un tipo de interés más bajo, como ocurre con los créditos ICO. Estos están creados, precisamente, para paliar en lo posible los efectos económicos del Covid-19.

Varias de las entidades financieras han acogido positivamente esta iniciativa, ya que los créditos ICO cuentan con el aval del Estado entre un 80% para pymes y autónomos, un 70% para grandes empresas y un 60% para renovaciones.

Cuando El Corte Inglés firmó el 1 de abril su crédito antivirus aún no eran operativos los créditos con aval del ICO, pese a que la línea de 100.000 millones de euros estaba aprobada por el Gobierno, pero no fue hasta el 6 de abril cuando la banca comenzó su concesión, tras resolverse algunos problemas técnicos. El Corte Inglés, como los bancos, tampoco esperaban que el estado de alarma durase tanto, y la crisis fuera a ser tan traumática.

No ha sido hasta hace escasas fechas cuando la compañía ha podido empezar a reabrir sus tiendas, aún con limitaciones de aforo y superficie comercial. En abril tuvo que aprobar un ERTE para 23.000 empleados dado que solo tenía operativas las áreas de alimentación y los supermercados.

Bajo la lupa de las agencias de calificación

Uno de los grandes objetivos que ha perseguido El Corte Inglés durante la gestión de su consejero delegado Víctor del Pozo ha sido alcanzar la calificación de “grado de inversión” por parte de las agencias de rating, lo que le abriría las puertas a mejor financiación. Algo que S&P le reconoció el verano pasado en su emisión de bonos, mientras que su calificación corporativa se quedó a un paso. Los últimos acontecimientos relativos al COvid-19 han provocado que las agencias miren con lupa al grupo español. Tanto S&P como Moody’s y Fitch pusieron en vigilancia negativa su nota a principios de abril, amenazando con una rebaja de la nota debido al deterioro del negocio por el cierre de las tiendas.

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