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Las ayudas propuestas por el Eurogrupo ascenderían a los 35.000 millones para España

Los ministros de Economía también discutirán el martes el plan de la Comisión o el fondo propuesto por Francia

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. AFP
Pablo Sempere

La cumbre europea del pasado jueves 26 terminó sin acuerdo entre los principales líderes europeos y con un enfrentamiento entre los países del norte y los del sur. El encuentro, que pretendía encontrar un marco común de respuesta a la crisis del coronavirus, acabó embarrado por argumentos más pasionales que técnicos, y delegando un posible pacto en el Consejo que reunirá este próximo martes a los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro. Esta vez, tras varios días intentando acercar posturas, se vislumbra algo de luz en el horizonte, con margen para una posible activación del MEDE, el fondo de rescate europeo. No ocurre lo mismo, sin embargo, con la emisión conjunta de deuda a través de los bautizados como coronabonos.

Hacer uso del MEDE, con una capacidad de fuego de unos 410.000 millones de euros, es una de las peticiones de países como España, Italia, Francia o Portugal, siempre y cuando sea con una condicionalidad e intereses nulos o simbólicos. También piden la emisión de estos eurobonos especiales y la creación de un seguro comunitario contra el paro. Por el momento, la primera de las opciones es la que está sobre la mesa, según adelantó esta semana el diario El País, aunque con una potencia de fuego mucho menor que la esperada inicialmente por el sur.

El plan es activar el fondo de rescate con una movilización conjunta de hasta 80.000 millones de euros, con una dotación por país vinculada o bien a los efectos individuales de la crisis o bien a la participación que haya tenido cada Estado a la hora de engordar el MEDE desde su creación en 2012. En este último caso, a España le corresponderían algo menos de 9.500 millones de euros.

El plan del Eurogrupo se complementa con unas líneas adicionales de crédito disponibles para cada Estado, si así lo solicitan, a fin de luchar contra los efectos de la pandemia. Estos avales darían a cada socio comunitario el equivalente al 2% de su PIB, lo que en el caso español se eleva a los 24.895 millones de euros. Es una cifra similar, por ejemplo, a la que Italia destinó durante la primera semana de crisis para hacer frente a la pandemia.

Desde un primer momento, los países del sur han reclamado una condicionalidad nula en las ayudas, alegando que esta es una “crisis sanitaria y económica simétrica” que afecta a todos por igual, y que nada tiene que ver con las políticas de gasto de cada capital, tal y como señalaron los presidentes de España, Italia, Francia, Portugal e Irlanda, entre otros, en una carta conjunta enviada recientemente a sus homólogos. En Berlín, Áms­terdam o Viena, sin embargo, suelen ser reacios a que estas ayudas salgan gratis.

Una de cal y otra de arena. Las líneas de apoyo que contempla aprobar el Eurogrupo recogen las demandas del sur en el primer paquete. Así, quienes recurran al oxígeno del MEDE lo harán, previsiblemente, con unas condiciones simbólicas, casi inexistentes, y con cierta flexibilidad en su uso. No ocurre de la misma forma en el segundo mecanismo, que deberá respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento acordado por los países de la Unión y tendrá unas comisiones aparentemente cómodas, pero no simbólicas. Aunque la propuesta supone un avance para desbloquear la situación, el sur reclamaba una movilización mayor de recursos solo en el MEDE, además de los coronabonos.

De materializarse, este plan se añadiría a la pata presentada esta semana por la Comisión Europea, que ha propuesto la creación de Sure, un fondo para costear los ERTE y las ayudas destinadas a los autónomos en cada país, con una movilización total de 100.000 millones de euros. El plan de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, aún tiene que recibir el visto bueno del Eurogrupo, que también valorará la posibilidad de que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) inyecte liquidez por valor de 200.000 millones al tejido empresarial europeo, desde las grandes organizaciones hasta las pymes. Francia también ha presentado la propuesta de un fondo temporal a 10 años que se financiaría a través de un impuesto nacional de solidaridad o la contribución directa de los Estados.

Bruselas avala a España

La Comisión dio luz verde este viernes al paquete de medidas aprobado por el Gobierno español para dar liquidez a autónomos, pymes y grandes empresas a través de subvenciones directas, préstamos y facilidades de pago. El mecanismo, que entra dentro del Marco Temporal sobre ayudas de Estado que las autoridades comunitarias adoptaron el pasado 19 de marzo, establece que cada compañía podrá recibir hasta 800.000 euros en ayudas. El objetivo, explica Bruselas en un comunicado, es apoyar a las empresas que se enfrentan a dificultades debido a la pérdida de ingresos y liquidez derivada del impacto económico de la pandemia de Covid-19.

La Comisión subraya que el importe de los préstamos por empresa y su duración están limitados y que las primas de las comisiones de garantía y los tipos de interés tampoco superan los niveles establecidos, por lo que la medida “es proporcionada, necesaria y adecuada”.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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